Diseñando una mente creativa

Diseñando una mente creativa

Todos los días nos encontramos en situaciones donde ya sea tomar una decisión o llevar a cabo alguna otra acción requiere de un pensamiento crítico para llegar a una solución o resultado deseado. La creatividad es una herramienta fundamental para este tipo de situaciones y muchas veces ignoramos nuestros instintos más coloridos por miedo a ser juzgados o creer que no va funcionar.

Es nuestra responsabilidad tomar medidas y acciones que beneficien nuestra manera de pensar y creer cada vez más en nuestras capacidades como personas creativas e innovadoras. Muchas veces nos sentimos limitados por la sociedad o lo que las personas con las que pasamos mucho tiempo suelen decir, creando ideas erróneas que por lo general llevan al fracaso. Aprender a escuchar nuestra intuición es uno de los primeros pasos para empezar a pensar fuera de la caja y comenzar a descubrir nuestro verdadero potencial. Una persona creativa se hace, no se nace. Esto es porque la creatividad es una habilidad cognitiva, y todas las habilidades de éste tipo pueden desarrollarse.

Encontrar las cosas que nos gustan y apasionan suelen ser un motor de búsqueda de nuevos pensamientos dentro de nuestro entorno para así poder concebir ideas diferentes y con nuestro propio toque de genialidad. A pesar de lo fácil que resulta destruir, crear es todo lo contrario; suele ser un proceso que pocos toleran pues es llegar a concretar una idea que pudo haber comenzado como algo sumamente vago. Conocernos es algo fundamental a la hora de concebir ideas, saber quienes somos y qué es lo que queremos muchas veces son preguntas que la gente lleva haciéndose desde la adolescencia y a la mediana edad siguen sin poder responder. Conocer tus habilidades y debilidades es vital porque de esa manera puedes sacar ventaja de algunas características o sabrás qué caminos no tomar.

Funcionar de manera correcta a la hora de conectar ideas requiere concentración y saber qué es lo que estás haciendo y el tiempo en el que está sucediendo. El estado de flujo es aquel combinación de factores que tiene como producto una concentración superior a la normal, donde el individuo puede llevar sus habilidades a otro nivel y tomar mayor ventaja de lo que está sucediendo en su entorno. Es como si se entrara en un trance donde todo parece ser más claro y lo irrelevante pasa a segundo plano.

La mente es como un rompecabezas que nos muestra las respuestas únicamente cuando todo está en su lugar. El orden es un factor importante a la hora de identificar qué ideas nos serán útiles y cuáles no, a la hora de la resolución de un problema.

Constantemente nos vemos abrumados por la cantidad de publicidad que recibimos día a día, y más los habitantes de un entorno urbano. Es por esto que nuestros pensamientos siempre deben estar aislados de toda la basura que invade nuestros espacios personales, como los anuncios de televisión que llegan hasta nuestra habitación, o la radio que la escuchamos cuando estamos manejando a la escuela/trabajo. Es importante conocer las diferencias que existen dentro de nuestro entorno y nuestros pensamientos interiores, que son los que a final de cuentas nos llevaran a tomar decisiones por nuestra cuenta y para nuestro propio beneficio. Nada nos garantiza llegar a ciertas conclusiones sin ayuda, es por eso que muchas veces tenemos que aprender a escuchar nuevas opiniones y empezar a ver que un escenario puede ser percibido desde muchas otras perspectivas y tomar en cuenta los diferentes puntos de vista para poder entender de una mejor manera nuestro entorno y lograr manipular todos estos factores que influyen en nuestra manera de pensar y actuar dentro de una sociedad determinada donde a pesar de que la imaginación y la creatividad pueden llegar a ejercer fuerzas superiores en nuestras cabezas, tenemos que recordar mantener los pies siempre en la tierra para no desviarnos y crear un espectro de la realidad que sea inexistente. Esto no quiere decir que no podamos pensar sin limites, sin embargo es un punto que vale la pena aclarar para no caer en distorsiones de una realidad a la cual nuestros pensamientos o creaciones están fuera de contexto.

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