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Donde Estan Las Monedas


Enviado por   •  27 de Octubre de 2012  •  2.585 Palabras (11 Páginas)  •  409 Visitas

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¿ Donde estan las Monedas ?

Joan Garriga

En una noche cualquiera, una persona, de la que no sabemos si es un hombre o una mujer, tuvo un sueño.

Es un sueño que todos tenemos alguna vez. Esta persona soño que en sus manos recibia unas cuantas monedas de sus padres. No sabemos si eran muchas o pocas, si eran miles, cientos, una docena o aun menos. Tampoco sabemos de que metal estaban hechas, si eran de oro, plata, bronce, hierro o quiza de barro.

Mientras soñaba que sus padres le entregaban estas monedas, sintio espontaneamente una sensacion de calor en su pecho. Quedo invadida por un alborozo sereno y alegre. Estaba contenta, se lleno de ternura y durmio placidamente el resto de la noche.

Cuando desperto a la mañana siguiente, la sensacion de placidez y satisfaccion persistia. Entonces, decidio caminar hacia la casa de sus padres. Y, cuando llego, mirandolos a los ojos, les dijo:

¡Esta noche habeis venido en sueños y me habeis dado unas cuantas monedas en mis manos. No recuerdo si eran muchas o pocas. Tampoco se de que metal estaban hechas, si eran monedas de un metal precioso o no. Pero no importa, porque me siento plena y contenta. Y vengo a deciros gracias, son suficientes, son las monedas que necesito y las que merezco. Asi que las tomo con gusto porque vienen de vosotros. Con ellas sere capaz de recorrer mi propio camino.¡

Al oir esto, los padres, que como todos los padres se engrandecen a traves del reconocimiento de sus hijos, se sintieron aun mas grandes y generosos. En su interior sintieron que aun podian seguir dando a su hijo, porque la capacidad de recibir amplifica la grandeza y el deseo de dar. Asi, dijeron: — Ya que eres tan buen hijo puedes quedarte con todas las monedas, puesto quete pertenecen. Puedes gastarlas como quieras y no es necesario que nos las devuelvas. Son tu legado, unico y personal. Son para ti.

Entonces este hijo se sintio tambien grande y pleno. Se percibio completo y rico y pudo dejar en paz la casa de sus padres. A medida que se alejaba, sus pies se apoyaban firmes sobre latierra y andaba con fuerza. Su cuerpo tambien estaba bien asentado en la tierra y ante sus ojos se abria un camino claro y un horizonte esperanzador.

Mientras recorria el camino de la vida, encontro distintas personas con las que caminaba lado a lado. Se acompañaban durante un trecho, a veces mas largo o mas corto, otras veces estaban con el durante toda la vida. Eran sus socios, sus amigos, parejas, vecinos, compañeros, colaboradores e incluso sus adversarios. En general, el camino resultaba sereno, gozoso, en sintonia con su espiritu y su naturaleza personal. Tampoco estaba exento de los pesaresnaturales que la vida impone. Era el camino de su vida.

De vez en cuando esta persona volvia la vista atras hacia sus padres y recordaba con gratitud las monedas recibidas. Y cuando observaba el transcurso de su vida, miraba a sus hijos o recordaba todo lo conseguido en el ambito personal, familiar, profesional, social o espiritual, aparecia la imagen de sus padres y se daba cuenta de que todo aquello habia sido posible gracias a lo recibido de ellos y que con su exito y logros les honraba. Se decia a si mismo: ¡No hay mejor fertilizante que los propios origenes¡, y entonces su pecho volvia a llenarse con la misma sensacion expansiva que le habia embargado la noche que soño que recibia las monedas.

Sin embargo, en otra noche cualquiera, otra persona tuvo el mismo sueño, ya que tarde o temprano todos llegamos a tener este sueño.

Venian sus padres y en sus manos le entregaban unas cuantas monedas. En este caso tampoco sabemos si eran muchas o pocas, si eran miles, unos cientos, una docena o aun menos. No sabemos de que metal estaban hechas, si de oro, plata, bronce, hierro o quizas de barro...

Al soñar que recibia en sus manos las monedas de sus padres sintio espontaneamente un pellizco de incomodidad. La persona quedo invadida por una agria inquietud, por una sensacion de tormento en el pecho y un lacerante malestar. Durmio llena de agitacion lo que quedaba de la noche mientras se revolvia encrespada entre las sabanas.

Al despertar, aun agitada, sentia un fastidio que parecia enfado y enojo, pero que tambien tenaa algo de queja y resentimiento. Quiza lo que mas reinaba en ella era la confusion y sucara era el rostro del sufrimiento y de la disconformidad. Llena de furia y con un ligero tinte de verguenza, decidio caminar hacia la casa de sus padres.

Al llegar alli, mirandolos de soslayo les dijo:

¡Esta noche habeis venido en sueño y me habeis dado unas cuantas monedas. No si si eran muchas o pocas. Tampoco se de que material estaban hechas, si eran de un metal precioso o no. No importa, porque me siento vacia, lastimada y herida. Vengo a decirles que vuestras monedas no son buenas ni suficientes. No son las monedas que necesito ni son las que merezco ni las que me corresponden. Asi que no las quiero y no las tomo, aunque procedan de ustedes y me lleguen a traves vuestro. Con ellas mi camino seria demasiado pesado o demasiado triste de recorrer y no lograria ir lejos. Andare sin vuestras monedas.¡

Y los padres que, como todos los padres, empequeñecen y sufren cuando no tienen el reconocimiento de sus hijos, aun se hicieron mas pequeños. Se retiraron, disminuidos y tristes, al interior de la casa. Con desazon y congoja comprendieron que todavia podian dar menos a este hijo porque ante la dificultad para tomar y recibir, la grandeza y el deseo de dar se hacen pequeñas y languidecen. Guardaron silencio, confiando en que, con el paso del tiempo y la sabiduria que trae consigo la vida, quiza se pudieran llegar a enderezar los rumbos fallidos del hijo.

Es extraño lo que ocurrio a continuacion. Despues de haber pronunciado estas palabras ante los padres en respuesta a su sueño, este hijo se sintio impetuosamente fuerte, mas fuerte que nunca. Se trataba de una fuerza extraordinaria. Se habia encarnado en el la fuerza feroz, empecinada y herculea que surge de la oposicion a los hechos y a las personas. No era una fuerza genuina y autentica como la que resulta del asentimiento a los hechos y que esta en consonancia con los avatares de la vida, pero la fuerza era intensa.

Sin ninguna serenidad interior, aquella persona abandona la casa de los padres diciendose asi misma:

Nunca mas.

Impetuosamente fuerte, pero tambien vacia, huerfana y necesitada, aun queriendolo y deseandolo, no lograba alcanzar la paz.

A medida que la persona se alejaba de la casa de sus padres sentia que sus pies se elevaban unos centimetros por encima de la tierra y que su cuerpo, un tanto flotante, no

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