EL ADMINISTRADOR DE HOY PRODUCTO DE UNA LARGA EVOLUCIÓN HISTÓRICA

La implicación más importante para los administradores es que ellos más que nadie sepan como funciona la sociedad, la economía, la ecología y las situaciones humanas, que analicen el génesis de su quehacer y a partir de estas bases se desarrollen y estructuren transformaciones teniendo el cuenta el contexto actual en el que se desenvuelva.

“Los grandes ejes del trabajo del administrador se resumen en: Planificar, Organizar, Dirigir, Controlar”. Fayol (1916) Debido al lugar que ocupan en la vida de poblaciones siempre crecientes, los administradores deben estructurar una organización inteligentemente, haciendo usos de sus facultades y demostrando su gran capacidad de liderazgo; además de su imagen de líderes y su capacidad por hacerse obedecer, deben ser lo suficientemente flexibles como para modificar su propio comportamiento en relación con la necesidad de tratar a sus empleados en una forma adecuada en situaciones particulares.

Sin duda alguna la Revolución Industrial tuvo gran repercusión en lo que concierne a la organización de la empresa y a las relaciones existentes entre los sujetos que intervienen en ella (Administrador, Empleado). Lo cual ha perdurado en el tiempo, existe una organización que nos impulsa, un líder que dirige y unos actores que aportan con su trabajo y esperan recibir una remuneración a cambio de su quehacer. Gareth Morgan (1986) nos ofrece unas formas diferentes del pensamiento para comprender verdaderamente una organización, el afirma que es exacto empezar asumiendo que estas son complejas, ambiguas y paradójicas. Para tratar con esta complejidad existen formas de análisis metafóricos que nos enseñan cómo podemos abrir nuestros procesos de pensamiento de manera que podamos entender la misma situación desde múltiples perspectivas de una forma crítica e informada.

La Revolución Industrial ha dado lugar a grandes áreas urbanas que requieren gran mayoría de servicios municipales y por lo tanto es responsable de la creación de una muy especializada vida económica interdependiente. Esto significa que los empleados en estos sectores son mucho más dependientes de la voluntad absoluta de sus empleadores de lo que tal vez sus homólogos rurales históricos alguna vez fueron. Con la formación de sindicatos se dejaba ver claramente que los empleados buscaban la manera de organizarse para defender su oficio, pero esta concepción de estar a la defensiva es lo que Omar Aktouf (1989) refuta, el propone un cambio fundamental en la mentalidad; afirma que ante una administración que cambia los sindicatos deben adoptar una estrategia más acorde con la sociedad en una empresa, atendiendo principalmente al interés razonable de sus miembros y de todos en general.

La interdependencia en la Revolución Industrial llevó a muchos incidentes de descontento entre el capital y la mano de obra, por ejemplo la relación inversa entre industriales que se enriquecían considerablemente y trabajadores que se empobrecían o seguían pobres. Es notorio que este incidente todavía repercute en la actualidad; los intereses, objetivos de los trabajadores y sus empleadores no son los mismos y lamentablemente, en la mayoría de los casos los administradores no han podido superarlo. El término contradicción interna de la empresa engloba el fenómeno de que mientras el empleador insiste en querer la ganancia mas elevada, bajando los salarios; el empleado se empeña en tener el salario más alto posible. En este ámbito también se dio la división del trabajo lo cual trajo repercusiones tanto en el trabajador como en su acto de trabajar. Jean-Yves Calvez (1978) en su capitulo dedicado al trabajo alienado, identifica cuatro rupturas determinantes; la primera, entre el trabajador y el producto: que consistió en quitarle al productor, el producto de su trabajo, el cual era acaparado por el mercader, quien lo comercializaba en lugar del que lo había fabricado. La segunda, entre

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