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EL INICIO DEL MUNDO


Enviado por   •  27 de Octubre de 2012  •  Examen  •  406 Palabras (2 Páginas)  •  415 Visitas

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Pero esta vez todo salió bien: el zorro le había hecho un favor. Porque Tatú se

lució efectivamente, y causó gran sensación con su manto nuevo cuando llegó, al

fin, el momento de su aparición triunfal en la fiesta de su amigo Titicaca.

Fuente: Cuentos y Leyendas Americanas.

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EL INICIO DEL MUNDO

Los vecinos de la sierra cuentan, desde Cupo a Socaire, desde las cumbres hasta

el llano, que en un comienzo en el mundo todo era sólo noche, todo era sólo

penumbras, como cuando la neblina invade la quebrada. Nada iluminaba la

existencia de los hombres, quienes deambulaban por los cerros, las quebradas y

las vegas en busca de esquivos alimentos. Dicen que la falta de calor y de luz

impedía la germinación de las semillas, el crecimiento de las plantas; sólo existía

lo que ya estaba allí.

La tierra comenzaba recién a adquirir su forma actual, aparecían los paisajes de

volcanes y planicies, con su amplia gama de colores. El agua caía copiosamente;

llovía y llovía. Ríos caudalosos descendían desde lo alto, gastando los cerros,

arrastrando grandes rocas con las cuales desgarraban el llano, abriendo

profundas grietas.

"Saire", que significa agua de lluvia, frío, hambre y soledad eran los compañeros

de algunos "antiguos", los cuales difícilmente lograban sobrevivir. Se ocultaban en

cuevas existentes en lugares tan separados como en Socaire, camino a las

lagunas, y en la quebrada del Encanto, cerquita de Toconce, donde suelen verse

sus sombras en las noches sin luna, pero es necesario ir sin compañía hasta

dichos lugares para poder apreciarlo.

De estos hombres se dice que los de la cuenca del río Salado murieron por no

resistir la presencia del sol; y los del sector socaireño, debido a la intensidad de

las lluvias, acompañadas con sus truenos y relámpagos.

De ellos sólo perduran sus pueblos destruidos y sus tumbas saqueadas. También,

a medio camino entre Toconce y Linzor, sus grandes pies quedaron marcados

sobre las blandas rocas de aquella época. Hoy es posible ver esos rastros allí

donde quedaron definitivamente grabados por ejemplo en Patillón.

En Socaire, cuentan algunos vecinos, cuando "los abuelos" habían hecho los

terrenos y las eras, llovió durante cuarenta días y cuarenta noches, y el agua

corrió y corrió, después, quizás cuántos años, demoró en terminarse el agua.

La gente en ese entonces era muy tímida, vivían en los graneros. No tenían casas,

tampoco tenían nombres porque no eran cristianos. Aunque no eran gente

educada eran personas muy buenas que vivían inocentemente. Trabajaban la

tierra, sin herramientas porque no conocían la picota,

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