EL MARKETING Y EL CONSUMISMO
Enviado por Andres Paredes • 23 de Agosto de 2019 • Ensayo • 1.969 Palabras (8 Páginas) • 307 Visitas
EL MARKETING Y EL CONSUMISMO[pic 1]
PRESENTADO POR
Andrés David Paredes Alvarado
PARA
José Walter López
Universidad Militar Nueva Granada
Expresión oral y escrita
2019
Introducción
El consumismo comenzó su desarrollo en el siglo pasado con el surgimiento del capitalismo, la mercadotecnia y la publicidad, fomentando así, el consumo de productos considerados no esenciales dentro de un grupo social, denominado sociedad de consumo. Actualmente vivimos en un tiempo donde la publicidad está presente a todas horas y en todos lados, a consecuencia de esto, el consumo y el consumismo se hacen presentes en la vida diaria de la sociedad.
Tenemos que tomar en cuenta que el consumo es algo necesario entre los seres humanos para subsistir; pero consumir más de lo que necesitamos con tal de mantenernos a tono con el desarrollo, los avances y la tecnología nos ha hecho caer dentro de una sociedad de consumo innecesario.
Vivimos en una sociedad que favorece el consumismo, nos hemos convertido en la generación de usar y tirar. La publicidad nos bombardea con anuncios cuyo objetivo no es nuestro bienestar, sino hacernos engranajes de un sistema que reduce a las personas al papel de meros consumidores sumisos. Las influencias generadas por la alta cantidad de anuncios y por las perspectivas que nos hacen creer sobre un producto o servicio moldean un estereotipo que no es correcto, toda un aura de estudios sobre que quieren los consumidores o sus posibles reacciones no dejan más que mostrarnos una pequeña parte de lo que sucede realmente, porque muchas empresas no tienen idea de lo que hacen.
¿Realmente marketing influencia a las personas a consumir?
En los comienzos del siglo XXI se viene presenciando un ambiente económico más fuerte y agresivo que se puede traducir en un nivel más alto de competitividad, las empresas buscan todas las maneras de crear una necesidad para poder satisfacerla y de esta manera complacer a sus clientes. La sociedad de consumo es generada principalmente por la idea de todos, el querer comprar o adquirir ciertas cosas que necesitan es una ilusión influenciada por diferentes factores como el marketing que busca frenéticamente cuales son las necesidades de los consumidores y cómo actuar ante ello. De una manera tradicional no sirve tantos procesos que se hacen en la investigación de mercado para entender las conductas de los clientes, hoy en día se utilizan otras estrategias y parámetros para solo vender en las qué no sé da cuenta de lo que realmente sucede, debido a tantas influencias inconscientes que no se perciben.
La mayoría de las empresas hacen una investigación de mercado donde creen perfectamente las motivaciones y conductas del consumidor, pero esto no es del todo cierto. Uno de los problemas principales que impide una entera comprensión del consumidor es el inconsciente, por ejemplo, pedirle a una serie de personas que degusten una nueva mermelada solo revelará si hay un gusto por el producto pero no significara que lo vayan a comprar o que lo irán a consumir en grandes cantidades como siempre se quiere vender. Lo que uno dice no está siempre relacionado con lo que va a hacer, no es posible preguntarle al futuro lo que realmente se hará, porque la mayoría de veces las decisiones son afectadas por diferentes variables.
El inconsciente se puede definir como un conjunto de procesos mentales que se ejecutan de manera automática, es decir, sin que sean pensados conscientemente como el respirar, no estamos pendientes de inhalar o exhalar. El inconsciente toma en cuenta toda la información que se percibe en el día a día y permite el enfocarse cada vez más en hacer cosas eficientemente, a medida que se hacen cosas familiares, se vuelve más fácil recrearlas, Graves (2011) afirma. “Es poco realista esperar que los clientes sepan lo que piensan” (p.65). Esto quiere decir que hay una brecha muy grande entre lo que la gente le gustaría creer que hará como consumidora y lo que realmente sucede.
Si un comerciante intenta medir el interés de los consumidores con el uso de una gran gama de computadores van a pasar resultados inesperados, la primera impresión de los clientes será quedar perplejos frente a la cantidad de elecciones que tienen disponibles, pueden quedar abrumados frente a toda la información que deben absorber para tomar una decisión consiente y objetiva. He ahí donde el inconsciente entra en acción recurriendo a experiencias con una marca ya usada previamente o con la familiaridad de la misma para poder tomar una iniciativa de compra, Graves (2011) afirma “Las emociones representan el mejor enlace entre el pensamiento consciente e inconsciente” (p,97). Por lo tanto tener más opciones de elección no es precisamente algo muy útil. Es recurrente que las ideas entren en conflicto, en situaciones como esta el inconsciente resuelve el problema impulsando la decisión de compra, por lo que preguntar sobre las preferencias del producto es inútil, porque las preguntas se responden conscientemente.
Algunas cuestiones que influyen en la hora de incitarnos a tomar una decisión se refieren al inconsciente del consumidor: aquellos olores agradables pueden hacer a las personas más susceptibles a la compra porque nos sentimos cómodos, mujeres llamativas y la forma de atención al cliente que manejan influyen en el juicio de lo que se quiere adquirir, incluso la luz puede parecer ver un producto más atractivo. Lo que las personas ven, oyen y sienten altera el comportamiento. Entonces si los consumidores son manipulados por algo más allá de su objetividad consiente, ¿Deben los comerciantes dejar de hacer investigaciones de mercado? La respuesta podría ser no, solo que deben hacerla de manera diferente.
De las mejores maneras de probar un producto o servicio antes de su lanzamiento es con una pruebe en vivo del mismo, donde se demuestre y enseñe cómo funciona el producto para conocer las respuestas de los clientes, aunque puede que los consumidores estén conscientes de todo lo que está sucediendo y reaccionar de una forma no natural. A pesar de esto, sigue siendo una buena estrategia de conocer de cierta forma lo que los clientes piensan.
Un entorno agradable creado por música de fondo, la iluminación del lugar e incluso la presentación pueden afectar la elección del consumidor, la cuestión que se logra es que los clientes se sientan en sintonía familiar con los aspectos del producto o servicio, porque permitirá la fácil asimilación de este con la experiencia de un bien similar para determinar el agrado del mismo. Los vendedores para muchos no representan un factor necesario para lograr comerciar el producto, pero sus estrategias de venta y la forma de decir o guiar una conversación termina influenciando el criterio de decisión.
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