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EL VENDEDOR MAS GRANDE DEL MUNDO


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2012  •  3.779 Palabras (16 Páginas)  •  364 Visitas

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CAPITULO I

Este capítulo comienza describiendo a Hafid como un anciano y al palacio donde vivía. Era un palacio lleno de riquezas incalculables. Más tarde se observa la conversación entre Hafid y su tenedor de libros Erasmo. Hafid se da cuenta que le queda poco de vida por causa de su vejez. Por tal motivo le pide a Erasmo que venda todos sus bienes y los convierta en oro para luego más tarde repartir una parte a los pobres. No tan sólo le pidió a Erasmo tal cosa; sino también transferir el título de propiedad del palacio a cada uno de los emporios que lo administraban por él.

Además le informó a Erasmo que transfiriera 50,000 talentos de oro a su nombre y que se quedara con él hasta que se cumpliera una promesa que Hafid había hecho que sólo sabía él y su amada esposa Lisha. Ha todo esto Erasmo permanecía sorprendido y humildemente decía que no lo merecía.

Hafid se sentía muy agradecido de la incondicional amistad y lealtad de tantos años por lo cual lo llevó a tomar dicha decisión como motivo de agradecimiento hacia Erasmo. Finaliza el capítulo con la duda de Erasmo acerca del secreto de Hafid.

CAPITULO II

Comienza hablando sobre que ya se había cumplido todo lo ordenado por Hafid; todo fue repartido entre los administradores de los emporios y la parte que le había cedido a Erasmo. El imperio comercial más poderoso de su época se había disuelto.

Erasmo se lo comunicó a Hafid quién lo cita a un salón que nunca nadie había entrado y que era motivo de comentarios por las demás personas. En el salón había sólo un cofre que en su interior contenían unos pergaminos con el arte de tener éxito en los negocios. Hafid se había dejado llevar por estos pergaminos toda su vida por lo cuál le había ido muy bien convirtiéndose en rico.

El primer pergamino era el más importante ya que enseñaba la manera más eficaz de

Aprender lo que está escrito en los demás pergaminos. Luego Erasmo dudosamente le pregunta a Hafid porque no compartió el contenido de estos pergaminos con las demás personas para que al igual que él fueran exitosos en el arte de vender. Por lo que le contestó; que el que se los concedió no se lo permitió hacerlo hasta tanto conociera el elegido mediante una señal. Luego le pide a Erasmo que se quede con él hasta el día de la entrega de los pergaminos; a lo cual Erasmo accedió. Los pergaminos era el secreto de Hafid.

CAPITULO III

Cuando Hafid salió de la habitación donde estaba el cofre y se dirigió a una torrecilla comenzó a recordar los tiempos en que el había decidido emprender la profesión de vendedor. Su recuerdo fue el siguiente:

Comenzó describiendo el mercader más grande que había para aquel entonces. Todo el mercader era de Pathros; su padre adoptivo; luego de que sus padres biológicos fallecieran. Hafid ocupaba el puesto de camellero; con el cuál no estaba satisfecho. Por consiguiente le pide a Pathros ser vendedor de sus mercancías. Hafid era un joven con ambiciones con relación al poder y a las riquezas y como camellero no podría lograr tales sueños de grandeza y poder. Se sentía capaz de lograr tal profesión.

Pathros comenzó a interrogarlo con relación a lo que el haría con tanto dinero. Hafid le contestó que seguiría su ejemplo; una parte de su dinero para sostener a su familia y la otra mitad repartirlo entre los pobres.

Comenzó Pathros a aconsejar a Hafid diciendo: “Las riquezas no deben ser la meta de tu vida; la verdadera riqueza es la de tu corazón no la de tu billetera “. Pathros con sus palabras lo incitaba a buscar el amor y ser amado; alcanzar la paz mental y la serenidad. A todo esto Hafid se mantenía incrédulo ante las palabras de Pathros. La ambición de Hafid fue a raíz de que conoció a una dama de la alta sociedad de la cuál se enamoró. Por tal motivo quería dejar de ser camellero y estar a la altura de ella económicamente para conquistarla.

Pathros decide ayudar a Hafid el cuál le agradeció grandemente. Pathros le explica a Hafid que no será fácil ser vendedor que como a tenido que luchar hasta esos momentos deberá seguir. Por tal motivo Pathros lo había destinado como camellero para que aprendiera que nada es fácil en la vida y que todo debe ser ganado fuertemente. Otro consejo dado a Hafid es que las recompensas no son grandes cuando se alcanza el éxito sino que son grandes porque no todos alcanzan el éxito. Como también que las derrotas son motivo de lucha y del deseo de ser mejor cada día.

Pathros procede a explicarle a Hafid de lo difícil de la profesión de vendedor y lo peor de todo es que se alejara de su familia. Pathros desiste de sus consejos y le encomienda su primera tarea que consiste en ir a vender un manto muy fino y costoso a Belén, el lugar más pobre. Hafid dudo vender el manto por lo cuál se lo hizo saber a Pathros. Pathros le dijo: “Nunca te avergüences de emprender algo aunque fracases, porque aquel que no ha fracasado nunca a intentado nada”.

Hafid se destinaba a emprender su misión cuando Pathros lo detiene y le dice: “El fracaso no te sobrecogerá nunca si tu determinación para alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa”…..

CAPITULO IV

Habían pasado cuatro días que Hafid se encontraba en Belén y aún no había vendido el manto que le dio Pathros. Luego pensó que había fracasado como vendedor y su mente se le abrumo de preguntas sin encontrarles respuestas. Belén era un lugar muy pobre y por eso todos los vendedores pasaban de largo sin detenerse en aquel lugar. Cuando el fracaso se estaba apoderando de él, desistió de su pensamiento cuando pensó en Lisha y le dio motivación para seguir en la venta del manto.

Hafid se dirigió a una cueva en donde había dejado a su animal de carga para pasar la noche. Dentro de la cueva vió una luz resplandeciente y a una familia con un bebé en pésimas condiciones y con mucho frío. Hafid se compadeció de aquél bebé y fue a buscar el manto y cubrió al niño; ante la mirada sorprendida de sus padres.

Al salir Hafid de aquella cueva sus ojos se llenaron de lágrimas al ver una estrella muy resplandeciente encima de aquella cueva. Hafid se unió a la caravana que regresaba a Jerusalén mientras la estrella seguía delante de él.

CAPITULO V

Hafid durante todo el camino de regreso a Jerusalén pensaba en alguna excusa que le daría a Pathros sobre el manto que había regalado porque si decía la verdad se burlarían de él.

Al llegar se encontró con Pathros; el cuál lo llamo sorprendido por tan brillante estrella que veía. Le preguntó a Hafid que si había visto la estrella y lo negó. Pathros miró a Hafid con incredulidad y le dijo que esa estrella lo estaba

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