ENFERMEDADES COSMOLÓGICAS.
Enviado por 1464142015 • 13 de Marzo de 2016 • Documentos de Investigación • 1.047 Palabras (5 Páginas) • 363 Visitas
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR
FACULTAD DE COMUNICACIÓN, LINGÜÍSTICA Y LITERATURA
ESCUELA MULTILINGÜE DE NEGOCIOS Y RELACIONES INTERNACIONALES
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JESUCRISTO Y LA PERSONA DE HOY
INFORME ENFERMEDADES COSMOLÓGICAS
RENATA MUÑOZ
GABRIELA FLORES
MA. EMILIA SERRANO
SEPTIEMBRE, 2015
QUITO – ECUADOR
TEMA: ENFERMEDADES COSMOLÓGICAS.
¿Cuáles son los espíritus, seres de la mitología, que determinan el bienestar de animales y seres humanos?
En las montañas sagradas o Huacas viven los Urcuyayas, considerados dioses para los indígenas. Ellos piensan que estos espíritus protegen y cuidan sus comunidades. En cada montaña y cerro que rodea los poblados indígenas vive un urcuyaya o dueño. Se afirma que toda la vida el pueblo está bajo el dominio de uno o varios dueños. Encontrar un urcuyaya es signo de buena suerte. Estos seres pueden ser masculinos o femeninos (urcutayta y urcumama). Benefician a los animales y seres humanos, otorgándoles frutos para la sierra y tierras bajas; como el maíz, trigo, tubérculos, yuca, naranja, caña de azúcar y el plátano. Los curanderos consideran a estos seres sus ayudantes y les consultan en los casos más difíciles. El urcuyaya genera un jardín de hierbas cerca de la cima de la montaña donde los curanderos recolectan las plantas medicinales más fuertes para sus rituales. En agradecimiento, el curandero hace ofrenda de cuyes vivos o trago, pidiendo la curación de la persona enferma. (Danbolt; 1997:107)
¿Cuáles son las características de estos espíritus; que tipo de males o enfermedades pueden producir?
Así como existen espíritus encargados del bienestar de los animales y seres humanos, en la cosmovisión andina habitan también espíritus responsables de algunos malestares y enfermedades en las comunidades. Estos padecimientos cosmológicos son denominadas como enfermedades de campo o antiguas, pues su existencia se remonta a la época prehispánica; es decir, antes que los españoles introduzcan las prácticas medicinales occidentales. Uno de los males más comunes es la enfermedad del mal aire, pues son aires contaminados de putrefacción, portadores de muerte o hechizos. Esta dolencia es contagiable sobre todo a las personas que son débiles como niños, ancianos y personas enfermas; por esta razón los curanderos, utilizan tabaco o alcohol para protegerse al momento del ritual de purificación. (Demon, 2007:158)
Otro espíritu portador de enfermedades es el cuichic o cuychic (proveniente del arcoíris banco y dorado). Existen dos clases de cuichic: el blanco y el de colores. El primero aparece cuando hay luna y están amarradas las nubes; el otro se asoma mientras está nevando o también cuando está el sol. Muchos piensan que ambos son espíritus malos porque por lo general enferman a las personas que se bañan en aguas contaminadas, quebradas de cerros, lagos y sobretodo en las personas que no tienen coraje. Entre estas enfermedades están: granos como una especie de sarna, que genera comezón, quemazón y dolor. Las mujeres pueden quedar embarazadas de él y cuando esto pasa, el niño nace con deformaciones o fealdad. Algunos curanderos utilizan chilca, marco, hierba de zorro, ruda, aya mashua, aya zanahoria, ajos, canela; todos estas hierbas son machacadas y cocinadas para bañarle al enfermo. (Colcha; 1995:118-119)
El chuzalongo es otro espíritu que causa malestar, que en quechua significa niño seductor y malvado. Este ser habita en los cerros, lagos y cuevas; es un duende o enano de increíble fuerza con un gran pene que seduce y mata a las mujeres que se acercan solas a estos lugares. Es el responsable del agua, granizo, la helada y el trueno. En las cuevas también habita el espíritu de la mamahuca, devoradora de niños que eran ofrecidos como sacrificio en la época precolombina (Demon, 2007:159). Este acto lo hacían para generar riquezas. Pero ahora no se practican sacrificios humanos aunque si continúan las creencias de que este espíritu vive en las lagunas y que si un padre se acerca con su hijo sin bautizar, ella entrega a cambio riquezas. (Aguilar; 1998).
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