ERASE UNA VEZ UNA EMPRESA

ERASE UNA VEZ UNA EMPRESA

Esta es una historia muy elocuente donde su narrador Rufo Punto explica como descubre la puntuación, debido a que él se preguntaba ¿Por qué es el lenguaje tan inadecuado para trasmitir los verdaderos sentimientos y emociones?; y este al escribir la frase anterior, observar los signos que se encontraban al inicio y final de la pregunta (los signos de interrogación ¿?), descubre la puntuación, como una forma necesaria para poder darle sentido al lenguaje. Al descubrir  la puntuación, él crea la empresa PUNTUACIÓN S.A.

PUNTUACIÓN S.A., era una empresa fabulosamente exitosa, esta ofrecía varios productos llamados los signos de puntuación como: comas, apóstrofes, puntos, signos de interrogación y admiración, guiones, paréntesis, corchetes, puntos y comas, dos puntos y hasta puntos suspensivos. La empresa ofrecía sus productos a: Escritores, abogados, médicos, artistas, hombres y mujeres de negocios, entre otros, cada uno de los cuales le sacaba el mayor provecho en el ramo en el cuál se desenvolvían.

Muchos competidores ofrecían la misma clase de productos, y estos nacían gracias a PUNTUACIÓN S. A.; muchas de estas empresas fracasaron y cerraron, y otras nacieron. En la empresa PUNTUACION S.A se decía que las otras empresas no eran mejores y que él tenía el poder, el genio y la innovación comercial de la empresa; y el personal de Puntuación, S. A. se creían influyentes, admirables e invencibles.

La mejor empresa era  Puntuación, S. A., donde se manifestó por mucho tiempo, a pesar de la gran cantidad de competidores que nacía y desaparecían, entre ellos estaban: Emociones S. A., Interrogación  S. A., Desaparecer  S. A., etc., los  competidores era interminables, cada quien tenía un interés del público durante un corto tiempo con una nueva estrategia o con una versión más económica del producto original, pero con el tiempo estas empresas desaparecían.

El señor Rufo Punto, revisó los informes trimestrales de ventas, y el competidor que estaba en segundo lugar “Procesos, S. A.”. Llamó a su mano derecha, y le preguntó acerca de esta empresa, y le respondió que la empresa en cuestión había ocupado el segundo lugar durante los últimos cuatro trimestres, pero que eso no tenía importancia, que no había por qué preocuparse, “al fin y al cabo, alguien tiene que ocupar el segundo lugar”; Da lo mismo que sea esta empresa u otra. A la larga esa empresa desaparecerá como todas las demás. La mano derecha se equivocó, no solo se mantuvo en segundo lugar, sino que también aumentó sus ventas en el mercado a diferencia de Puntuación, S. A. La mano izquierda también no le dio importancia al suceso, por lo que comentó que ellos eran el cerebro y tenían la capacidad, y que si los clientes no lo reconocían, entonces ellos no necesitaban ese tipo clientela.

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