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El Compromiso De La Dirección Con ética


Enviado por   •  12 de Julio de 2012  •  1.057 Palabras (5 Páginas)  •  861 Visitas

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EL COMPROMISO DE LA DIRECCIÓN CON LA ETICA : LA EJEMPLARIDAD

El grado de calidad ética que se logre en una organización vendrá condicionado por el papel que concedan a ésta quienes la gobiernan, pero más allá de las intenciones, lo determinante será su compromiso real y su comportamiento, sus acciones.

El compromiso de la Dirección con la ética viene dado por el grado de obligación contraída voluntariamente por parte de quien manda en una organización con la dimensión ética: con las mismas normas, los bienes, y las virtudes éticas.

Este compromiso será mayor cuanto más pro-activa sea la visión de la ética de la que parte la dirección.

Evidentemente, si se considera que la ética es una cuestión irrelevante, no habrá compromiso ético. Pero si además se elimina cualquier consideración ética en la toma de decisiones de la dirección, tarde o temprano, la falta de ética será la práctica habitual en la organización.

El compromiso ético de la dirección, cuando está apoyado sobre una visión de carácter deontológico de la ética, se centra en unas normas que son externas a quien decide, lo que requiere asumir obligaciones dadas, y en las que no se precisa un alto grado de implicación por parte del que gobierna. En términos prácticos, se requiere el conocimiento de la ley y los códigos de buenas prácticas propios de la actividad que se desarrolla, su transmisión, y el aseguramiento de su cumplimiento.

Si el compromiso ético que adquiere la dirección va más allá del enfoque deontológico y asume una visión de la ética de la integridad, entonces el grado de obligación y de implicación personal que se requiere será mayor. La regulación ética no es ahora iniciativa exclusiva del legislador o de un grupo distinto al que debe decidir, y no se reduce al cumplimiento de unas normas dadas. En este enfoque, la dirección asume como propios unos principios y valores éticos que podrá transmitir, pero que cada miembro de la organización deberá hacer propios, pues a cada persona le toca actuar con integridad.

En este caso, la práctica de las normas éticas asumidas como propias para la organización, y que se exigen a los demás, se convierte en norma que obliga igualmente a quien la promueve. La ejemplaridad por parte de la dirección en el cumplimiento de lo que se exige a todos en la organización, más allá del estricto cumplimiento de normas, se convierte en condición necesaria para que la ética se extienda. El grado de responsabilidad libremente asumida para la organización es mayor, pero debe comenzar por quien lo promueve.

Si la declaración de principios o valores éticos que se realiza (mediante documentos formales) no es puesta en práctica por quienes los promulgan, el propio instrumento, como arma de doble filo, se volverá en contra de quien lo utiliza. Actuar en contra de lo que se declara como conveniente produce el efecto contrario en quienes observan el comportamiento opuesto de los que mandan. Si se exigen conductas veraces, equitativas o cooperativas y estas mismas conductas no se ponen en práctica por quienes las exigen, lo más probable es que el efecto sea justamente el opuesto al deseado.-

Lograr que otras personas se esfuercen por alcanzar virtudes como el respeto, el agradecimiento, la amabilidad o la lealtad no

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