El Laberinto de la Soledad, de Octavio Paz

El Laberinto de la Soledad, de Octavio Paz

Máscaras Mexicanas

Octavio Paz inicia este capítulo hablando de cómo el mexicano se enmascara a si mismo, como se encierra en la soledad, en el silencio, tiene miedo de mostrarse como realmente es, se muestra en una etapa o faceta de machismo en la cual la palabra “rajarse” o abrirse es sinónimo de cobarde, poco hombría

El mexicano es cerrado, no le importan la vida ajena, como un mecanismo de defensa para no penetrar en sus sentimientos, algo que resguardamos, de tal manera que parece que no tenemos sentimientos.

Para nosotros los mexicanos las tradiciones lo son todo, son los principios de nuestra cultura y en ocasiones son motivos de paro laboral a nivel nacional, motivados por las fiestas patronales del pueblo.

El mexicano festeja casi por todo, el cumpleaños, el aniversario, el santo patrono de la colonia, los 3 años, graduación, bautizo, aniversario luctuoso, por que gano, porque perdió, casi toda ocasión es motivo de festejo, dejando a un lado los intereses laborales.

El mexicano sigue viendo a la mujer no como un alguien sino como un que, el objeto que se encuentra en casa, lava plancha , cocina y cuida a los niños, como bien lo dice Octavio Paz; “La feminidad nunca es un fin en sí mismo, como lo es la hombría”.

La imagen de que la mujer debe ser sumisa callada y obedecer al hombre se ha marcado de generación en generación, ocasionando problemas sociales y culturales.

Pero si miramos a la mujer desde otro punto de vista también es lo más preciado para los mexicanos, podrán ofender al mexicano de mil maneras, y no hacer anda, pero cuando se trata de la mujer el mexicano muestra su lado más hostil y salvaje pues no hay como la madre, una hermana o el símbolo femenino, sea el punto más vulnerables para nosotros.

La máscara del mexicano y sus mentiras, reflejan lo que no somos, lo que fuimos y queremos ser.

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