"Laberinto de la soledad" de Octavio Paz
Enviado por henare • 24 de Febrero de 2016 • Informe • 673 Palabras (3 Páginas) • 666 Visitas
“LABERINTO DE LA SOLEDAD”
Octavio Paz
El mexicano promedio tiende a tener o no, una identidad, el ejemplo que marca Octavio Paz son “los pachucos”, aquel grupo social que cumple con ciertas características únicas muy de su estilo, poseen una identidad pero a la vez no, ya que se diferencian del resto pero tampoco se parecen a alguno en especial, son de aquí y de allá, de este lado y del otro, realmente no tiene un origen geográfico especifico, pero de cierta manera s siente orgullosos de su gente. Seguido de la identidad de algunos grupos pero en especial la personalidad del mexicano y su apariencia ante la sociedad misma es una apariencia escondida en cierto punto, un escondite del hombre honesto con él mismo y sincero en su expresión se oculta bajo la máscara del hombre valiente, temerario y machista, es una máscara con la que en cualquier lugar del país serás aceptado, por ser uno más, uno más en un conjunto de personas “enmascaradas”.
El mexicano es por excelencia el personaje más festivo y un tanto representativo en américa latina, no es necesario ser una fecha tan importante para las demás naciones, si lo es para el mexicano, es digna de una celebración, la más representativa es el día de muertos, una manera alegre y natural de ver a la muerte, un inevitable destino vuelto festividad, es el sentido, la mirada resignada y optimista con la que observa el mexicano promedio.
La revolución mexicana fue un parte aguas para salir a flote el verdadero intelecto mexicano, no aquel intelecto analizado por un sistema educativo actual, sino la capacidad de resolución y organización en un problema, no se necesitaba un doctorado o un honoris causa para poder enseñar a otro mexicano en épocas de conflicto, campesinos orientando a otros campesinos, fue ahí donde el verdadero rostro del mexicano miro a otro para poder trazar un futuro digno.
La mujer ha sido victima de un pensamiento involutivo, una idea retrograda donde su única labor es servir al hombre, someterse a una imagen de “autoridad” en toda la expresión, donde la razón y la igualdad entre mujeres y hombres puede llegar a ser un mito, una distopía de las fémina para el mundo actual, un escaso reconocimiento a las mujeres valientes que pasando el estereotipo social del mexicano sale a defender sus tierras en épocas de guerra, donde sobresalen en el conflicto intelectual como Sor Juana, personas valiosas encuarteladas tras los barrotes machistas con las que la sociedad ha forjado por generaciones.
El mexicano, en conclusión, es un enmascarado, un incognito buscando una identidad propia, donde la misma búsqueda le ha levado a ganarse una identidad pero más bien parece un conjunto de muchas, ni él mismo se ha dado cuenta que la tiene, que sigue buscando su identidad reflejada en la identidad de otro, el estadounidense por ejemplo, donde en esa búsqueda por una identidad, pierde la misma, donde “la chingada” es un claro ejemplo de las múltiples caras que podemos adoptar y que hemos sido bautizados en nuestra historia que consciente o inconscientemente le da más de una etiqueta a algo, que no puede englobar un solo significado a algo, donde en lugar de encontrar la salida encuentra más pasillos que recorrer, en esa búsqueda se pierde, y al perderse no encuentra lo que realmente busca, se encuentra solo, se encuentra sumergido en una soledad que no se menciona, pero que existe.
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