El jefe y el lider

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El Jefe y el Líder

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El jefe de una empresa convoca a sus trabajadores a una reunión para pedirles, en cambio el Líder, les convoca para ofrecerles.

Veamos a continuación una pequeña historia que nos facilitará darnos cuenta de la importancia del tema tratado en esta sesión:

Cuentan que un entrenador de tenis se esforzaba por enseñar a su jugador todos los secretos de ese deporte. Entrenaban duro, lo hacía practicar día, tarde y noche con una rudeza que imitaba al lenguaje que utilizaba. Las palabras que salían de su boca del coach eran verdaderamente fuertes, inclusive ya colmaban la paciencia del jugador, quien por temor a los gritos no se atrevía a decirle el malestar que sentía. Y en varias oportunidades quiso abandonar; pero lo peor de todo, es que ya había perdido la pasión por el deporte y había alcanzado el techo, ese límite que sentimos a veces las personas cuando nos damos cuenta que ya no queremos o no podemos hacer nada más. Se acercaba el campeonato nacional de tenis y en entrenador sugiere que el tenista dispute cinco partidos previos.

El resultado final fue simplemente desastroso, perdió todos los partidos. Enfurecido el coach se dirige a la banca a verlo; lo observa derrotado y le grita diciéndole: “idiota aprende a perder”, a lo que el tenista lleno de ira le responde, perder si sé, lo que no sé es como ganar, el idiota eres tú. Finalmente a esto, podemos decir que las columnas más solidas terminaron desplomándose por la presión del techo.

A ninguna persona que se estime a sí mismo, le simpatiza hacer las cosas presionado. Si es que verdaderamente los líderes organizacionales quieren hacer de sus empresas las más exitosas y con competitividad en el mercado actual, es mejor que aprendamos hoy mismo a motivar a nuestros colaboradores. No esperar la circunstancia perfecta. Esa es una gran diferencia entre un jefe tradicional y un líder innovador.

Es común ver en las empresas a jefes que en algún momento fueron empleados; y lo más increíble es que habiendo superado los errores de los cuales hoy reniegan, no son capaces de orientar a aquel que los comete y que indudablemente son los mismos que él cometió. Es que resulta cómodo para el ego del jefe saber que hay en la empresa que ahora maneja personas que están debajo de él y que de alguna manera resulta un indicador del desarrollo que va adquiriendo cada uno, para así poder ser objeto de su manipulación.

Es común escuchar entre los jefes o los mismos compañeros de un trabajador nuevo decir que está bien que se equivoque, porque así aprenderá, que sufra para que vea lo que se siente y el sacrificio que requiere cada cosa en la vida. Pero no falta uno que le pide al más antiguo que apoye al nuevo, que le dé consejos y así tome sus precauciones para que no le siga gritando el jefe. A lo que el antiguo le responde, estás loco, yo sufrí mucho, ahora que sufra él y aprenda.

Un dato:

En cierta ocasión la negligencia del gerente de ventas de la IBM le ocasiono una pérdida de $600.000. El tipo con el ánimo por el suelo, acobardado y frustrado se acerca a Tomas Wattson diciéndole que renunciaba a la empresa, porque no estaba capacitado para dirigir un cargo tan importante. A lo que el presidente de la IBM le responde, “vuelve enseguida a tu trabajo que acabo de invertir esos $600.000 en tu capacitación, ahora ya has adquirido un nuevo aprendizaje.

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