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El papel del jefe en la gestión de personas


Enviado por   •  10 de Junio de 2018  •  Trabajo  •  1.571 Palabras (7 Páginas)  •  159 Visitas

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El papel del jefe en la gestión de personas

En primer lugar, podemos decir que las funciones de un jefe generalmente se dividen en tres partes: hacer cosas, gestionar cosas, y gestionar y dirigir personas.

La mayoría de los jefe no empezó su carrera profesional como personas que estaban “haciendo algo” – por ejemplo, atendiendo pacientes, enseñando – y luego pasaron a ser jefes de cosas y luego de personas. Para muchos jefes la parte de su trabajo que encuentran más satisfactoria (y fácil) es la de hacer cosas. La parte de gestionar cosas – por ejemplo, planes y presupuestos – puede ser menos satisfactoria pero no demasiado difícil, mientras que dirigir personas puede ser menos satisfactorio y al mismo tiempo sumamente difícil e incómodo. Por esa razón, muchos jefes se mantienen ocupados haciendo cosas y no dedican el tiempo suficiente a los aspectos de gestión inherentes a su cargo, especialmente la función de gestionar y dirigir personas.

Este miedo o resistencia a asumir la función de gestionar y dirigir personas puede ser debida a los siguientes motivos:

  • No es su fuerte.
  • No es algo para lo que han sido capacitados.
  • Demanda tiempo.
  • Es difícil ver los beneficios. Se puede sentir como si “estuvieran haciendo algo para RRHH” y no para mejorar su propio equipo u organización.
  • Es incómodo lidiar con personas, especialmente en situaciones difíciles.

Para ser un buen jefe es importante ser capaz de gestionar a las personas en forma efectiva. Al fin y al cabo, son los empleados de base los responsables directos de una parte importante del desempeño de la compañía, ya sea en términos de servicios o de producción.

Saber gestionar a las personas que forman parte de su equipo efectivamente es vital para lograr unos niveles de producción óptimos cada día. En mi opinión, los trabajadores felices tienden a trabajar más duro y a ser más leales a su organización.

Por lo tanto, cabe preguntarnos lo siguiente; ¿qué tendría que hacer para lograr el mejor desempeño de su equipo?, ¿qué hacen exactamente los jefes para alcanzar el éxito?

A continuación se adjunta una lista de buenas prácticas y características para una gestión efectiva:

  1. Entiende el valor de los empleados: En primer lugar, los jefes deben apreciar el rol que cada uno de los empleados desempeña en la organización y su contribución al día a día de la compañía. Si subestiman el esfuerzo que hacen los trabajadores y, en consecuencia, el valor que agregan, esto puede afectar negativamente el trato individual con las personas. Los empleados tienen que ser vistos como un elemento de valor para ser nutrido y protegido, y no personas a las que se tenga que explotar para lograr beneficios a corto plazo.

  1. Expresa gratitud: Los jefes deben mostrarse agradecidos por el trabajo bien hecho. En la medida de lo posible, deberían entregar un feedback positivo a los trabajadores, sin embargo, un simple “gracias” puede marcar la diferencia ante la mayoría de los empleados. Se trata de una muestra de cortesía humana básica y, si bien es gratuita, puede tener efectos positivos muy significativos. Expresar gratitud puede ayudar a desarrollar lealtad por parte de los trabajadores y asegurar que estarán dispuestos a invertir el máximo de tiempo y esfuerzo cada día.

  1. Comunica con claridad: Los empleados deben entender qué es lo que se espera de ellos, ya sea en una tarea específica o en el día a día. Esto significa que un buen jefe tiene que ser capaz de comunicarse efectivamente con sus empleados y asegurarse de que entienden sus funciones y tareas. Los jefes deberían sentirse igual de cómodos hablando uno a uno con sus empleados que ante el equipo completo.
  1. Escucha en forma efectiva: También es importante para los jefes hacerse el tiempo para atender a los empleados, y escuchar lo que tengan que decir. A menudo, puede que tenga que ver con asuntos de trabajo, pero no siempre. A veces, los trabajadores simplemente necesitan desahogare o tener a alguien de confianza con quien compartir un tema en particular.
  1. Toma decisiones: Que los jefes sean capaces de tomar decisiones es muy importante. Un grupo de trabajadores está preparado para seguir a un líder, pero necesita recibir las indicaciones apropiadas. Si usted es incapaz de tomar decisiones y comunicarlas claramente a sus empleados, puede que se sientan perdidos y sin rumbo.
  1. Confía en que sus empleados lo puedan lograr: Los buenos jefes saben delegar en forma efectiva, y esto funciona en dos niveles: tienen la habilidad de distribuir las tareas diarias entre los trabajadores para poder disponer de más tiempo libre para gestionar al equipo y confían en que los empleados serán capaces de sacar adelante las tareas importantes. Si los trabajadores sienten que su jefe los apoya, este es un motivo más para hacer bien su trabajo y demostrarle que no se equivocaba al confiar en ellos.
  1. Da libertad a sus empleados: Los micro managers tienden a distanciarse de los empleados muy rápido. Es importante dar a los trabajadores el espacio para encontrar soluciones a los retos que enfrentan. Los profesionales no quieren sentirse como robots. Por ello, deben poder tomar decisiones relacionadas con sus tareas, según su criterio.
  1. Resuelve conflictos: A veces, es necesario que los jefes se conviertan en buenos mediadores, particularmente si dos miembros del equipo han discutido y no pueden ni mirarse a los ojos. A favor del desempeño general y de la productividad, es importante resolver estas situaciones rápidamente y en forma efectiva, antes de perder el control.
  1. Ayuda a los empleados: Mostrarse agradecidos con sus trabajadores es una cosa, pero los empleadores también deben demostrar su gratitud a través de sus acciones. Esto puede aumentar la moral de los empleados y asegurar que ven a su jefe en forma positiva. Actuar y ayudar a los trabajadores sin preguntar puede ser especialmente beneficioso para un jefe, ya que esto demuestra que las necesidades del empleado están siendo consideradas.
  1. Da ejemplo: Los empleados buscan en los jefes un ejemplo a seguir y aspiran a imitarlo. Los líderes más potentes son éticos, honestos, colaborativos, creativos, empoderados, innovadores, dedicados y confiables.
  1. Es honesto: Ser abierto y transparente es parte de ser un buen ejemplo para sus empleados. Si los trabajadores piensan que están siendo engañados o que no se les está entregando información relevante, esto puede conducir a una pérdida de confianza y al deterioro de las relaciones entre el empleador y el empleado.
  1. Consigue las cosas: Para que los empleados crean en lo que su jefe les dice y puedan confiar en su juicio, necesitan respetarlo profesionalmente. Esto significa que tenga habilidades y capacidades demostradas, alguien con los conocimientos necesarios para el puesto. Si un jefe ha pasado antes por el rol que llevan a cabo los trabajadores, esto demuestra también sus capacidades y puede ayudarlo a validarse con el equipo. 

En cuanto a los diferentes tipos de liderazgo podemos definir los principales tipos que se presentan:

  • El líder carismático, cuya influencia se debe principalmente a la fuerza de su personalidad.
  • El líder tradicional, cuya posición se encuentra garantizada al nacer, por ejemplo, reyes, reinas y jefes tribales.
  • El líder situacional, cuya influencia solo se materializa si se encuentra en el lugar indicado en el momento indicado. Se trata de una persona que tiene la habilidad para asumir un rol de liderazgo en situaciones específicas, durante un período de tiempo específico. Este tipo de líder no puede ser un jefe.
  • El líder designado, cuya influencia emana directamente de su posición, por ejemplo, la mayor parte de los gerentes/as y supervisores/as. Se trata del tipo de liderazgo burocrático en el que la legitimidad del poder emana de la naturaleza y los alcances de la posición de la persona dentro de una jerarquía. El problema con este tipo de liderazgo es que, aunque las facultades del puesto pueden estar definidas, es posible que el o la titular del puesto no pueda ponerlas en práctica, ya sea porque no ha recibido la capacitación requerida o por alguna otra razón.
  • El líder funcional, cuya posición de liderazgo se sustenta en lo que hace, y no en quién es – por ejemplo, los profesionales especializados/as, que pueden tener una gran influencia.

Por otro lado también hay que decir que el rol que debe desempeñar un jefe varía de acuerdo a la situación, y ésta a su vez depende de la madurez y la complejidad del equipo. Por eso, un buen jefe necesita desarrollar la capacidad para adoptar uno de cuatro estilos: gerente, orquestador, improvisador o facilitador, según lo exija la situación. A continuación se adjunta un diagrama que contiene indicadores relacionados con cada estilo, que pueden utilizarse para identificar las competencias de gestión específicamente asociadas a situaciones complejas y a la madurez del equipo.

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