Emprender tareas de todos
Enviado por Jeampier Soriano • 5 de Diciembre de 2023 • Ensayo • 2.847 Palabras (12 Páginas) • 46 Visitas
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EMPRENDER TAREAS DE TODOS
Autores:
Luis Alberto Rivas Gongora
Fecha:
21/11/2023
Nombre de la institución:
Tecnológico universitario de formación
Nombre de la materia:
Comunicación Oral y Escrita
INDICE
Introducción iv
El patrimonio urbano de América Latina y el Caribe v
La valoración del patrimonio urbano: Problemas conceptuales y metodológicos vii
Formas de financiamiento de la preservación del patrimonio urbano ix
En síntesis xi
Lista de gráficos xiv
Introducción
El patrimonio urbano de América Latina es valioso y ha recibido reconocimiento mundial por cuanto muchos monumentos, centros históricos y conjuntos urbanísticos han sido declarados por UNESCO parte del Patrimonio de la Humanidad. Las comunidades de la región enfrentan hoy la tarea de preservarlo tanto para su uso contemporáneo como para el de las generaciones futuras. Sin embargo, los esfuerzos de conservación que han emprendido no son suficientes y se requieren acciones más efectivas para evitar que valiosos monumentos e inmuebles de significa ativo valor patrimonial continúen cayendo presa de la especulación inmobiliaria o el abandono y la decadencia. Es, en consecuencia, imperativo reflexionar sobre las formas más eficientes para avanzar el proceso de conservación de este patrimonio, de cómo hacer más y mejor conservación con recursos que siempre son escasos. Con base en el análisis de algunas experiencias internacionales exitosas se puede aseverar que la preservación del patrimonio urbano es más sos- 1 Potosí y Sucre en Bolivia; Diamantina, Goias, Olinda, Ouro Preto, Salvador de Bahía, Brasilia y Sao Luis en Brasil; Cartagena de Indias y Santa Cruz de Mompox en Colombia; La Habana en Cuba; Quito y Cuenca en Ecuador; Antigua en Guatemala; Ciudad de México, Campeche, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Guanajuato, Morelia, Tlacotalpan y Zacatecas en México; Ciudad de Panamá en Panamá; Arequipa, Cuzco y Lima en Perú; Santo Domingo en la República Dominicana; Colonia en Uruguay, y Coro en Venezuela.
El patrimonio urbano de América Latina y el Caribe
Un gran número de ciudades de América Latina poseen un rico legado de edificios, espacios públicos y trama urbana (o combinaciones de ellos) denominado genéricamente patrimonio urbano. En estas ciudades, monumentos y edificaciones precolombinas se mezclan con edificios de gobierno, iglesias, conventos, hospitales, instalaciones militares y muros de defensa construidos en el período colonial y que son, con frecuencia, refinados ejemplos de la arquitectura barroca y neoclásica y de la ingeniería militar de la época. Edificios residenciales, algunos que datan del siglo XVII, muchas veces enmarcan los edificios monumentales. Este patrimonio urbano se ha enriquecido con la adición de edificios públicos, residenciales y diversas expresiones de la arquitectura industrial de fines del siglo XIX y principios del XX las que son crecientemente valoradas por las comunidades. Este patrimonio forma parte de distintos tipos de áreas históricas las que según Hardoy y Gutman (1992) pueden ser de cuatro tipos:
- los centros históricos de áreas metropolitanas y de grandes ciudades, como es el caso del Pelourinho, centro histórico de Salvador de Bahía en Brasil, o el de la ciudad de Quito en Ecuador.
- los barrios de interés urbanístico y arquitectónico, como el de Urca en Río de Janeiro, Brasil; o el de Chorrillos en Lima, Perú.
- las ciudades históricas, como Oruo Preto en Brasil o Antigua en Guatemala.
- los pueblos históricos, como Ollantaytambo en Perú o Tla lpujahua en México. Este patrimonio edilicio, tanto el de propiedad pública como el privado, se ve afectado por diversos grados de obsolescencia funcional y física que perjudican su capacidad de acoger instituciones, hogares y empresas en forma cómoda y eficiente. Esta obsolescencia reduce la demanda por estos inmuebles, los cuales se desvalorizan y deprimen los mercados inmobiliarios de los centros históricos. Asimismo, la estructura tradicional de calles y espacios públicos se deteriora como resultado de las presiones que ejerce el tránsito de vehículos motorizados y las actividades de comerciantes y productores informales. En ciudades en rápido crecimiento, las edific acciones patrimoniales se ven muchas veces afectadas por obsolescencia económica siendo reemplazadas por edificaciones nuevas. El deterioro representa una pérdida para las comunidades por cuanto la conservación de este patrimonio no sólo preservaría un repositorio de su historia y memoria cultural, sino que también recuperaría para el uso contemporáneo un valioso conjunto de edificios e infraestructuras centralmente localizados. Un primer paso para avanzar hacia formas más eficientes de preservar del patrimonio es su correcta valorización.
La valoración del patrimonio urbano:
Problemas conceptuales y metodológicos
La valoración del patrimonio urbano: Problemas conceptuales y metodológicos Por razones muy diferentes, el patrimonio tiene distinto valor para los variados actores sociales involucrados, por lo que para tener una adecuada apreciación de su valor es necesario tomar en cuenta un amplio rango de factores y considerar las opiniones de todos los grupos interesados. Esto significa incorporar en el proceso de valoración no sólo los puntos de vista de los especialistas en conservación y de la elite cultural – que tradicionalmente ha promovido los esfuerzos de preservación patrimonial– sino que también los de la comunidad, expresados tanto a través de los órganos representativos de gobierno como de las organizaciones de la sociedad civil y las de los inversionistas y empresarios. Asimismo, interesa tomar en cuenta la opinión de economistas y especialistas en finanzas públicas que están ocupándose de estos temas desde perspectivas tan diversas como el desarrollo de empresas culturales, el turismo cultural y el uso más eficiente de los recursos públicos destinados a la preservación del patrimonio. Este ejercicio conduce a identificar una gran variedad de valores, tanto de uso como pasivos o de no uso, algunos relacionados a intereses contemporáneos, otros al cuidado de los intereses de otras generaciones. Throsby (1999) argumenta que el patrimonio tangible puede ser entendido tanto como capital físico, vale decir capaz de producir una corriente de beneficios económicos, y como capital cultural, esto es activos que contienen valores sociales y producen una corriente de beneficios no económicos para la sociedad. Postula que estos enfoques son complementarios por cuanto muchos componentes del patrimonio pueden generar tanto beneficios económicos como socioculturales. Desde la perspectiva económica, se identifican varios tipos de valores atribuibles al patrimonio. Los denominados valores de uso que se refieren a la valoración que hacen de los activos patrimoniales quienes consumen los servicios que producen. Estos valores pueden ser de uso directo de consumo, como ocurre en el caso en que un edificio patrimonial se destina a usos residenciales generando rentas mayores que otros edificios por su carácter patrimonial. También existen los valores de uso directo de no consumo, por ejemplo el valor de uso distante que se produce cuando los usuarios de propiedades no patrimoniales se benefician de la vista sobre activos patrimoniales. El valor educacional de un bien patrimonial es otra forma de uso no de consumo. Otra dimensión del valor de uso del patrimonio es el uso indirecto (similar a una externalidad) que emerge, por ejemplo, cuando el valor de una propiedad aumenta por su cercanía a un bien patrimonial. Los valores de no uso capturan las corrientes de servicios económicos más intangibles que puede generar el patrimonio. El valor de existencia captura los beneficios que ciertas personas derivan del hecho de que un determinado patrimonio exista, incluso cuando no tienen la intención de consumir directamente los servicios que genera. El valor de existencia incluye el denominado valor de opción que captura el interés de ciertas personas por mantener abierta la posibilidad que ellos u otros puedan consumir los servicios provistos por el activo patrimonial en el futuro. Otros valores de no uso son el valor de herencia que captura el interés de las personas por legar el patrimonio a las generaciones futuras y el valor filantrópico del patrimonio que captura los beneficios de relaciones públicas o buena imagen que obtienen quienes invierten en el patrimonio sin usarlo. . Estos valores de no uso son expresión de valores socioculturales como los que se discuten a continuación.
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