Evolucion Historica De La Funcion Logistica
rasem1 de Julio de 2014
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Evolución histórica de la función logística
A través de este epígrafe, se pretende establecer un marco temporal que recoja la evolución de la función logística desde su origen a la actualidad, evolución que se sintetiza en el cuadro 1, siguiendo la estructura propuesta por Kent y Flint (1997), y completándolo con las aportaciones de diferentes autores (Smykay, 1973; Bowersox, 1974; 1983; Christopher, 1985; Langley, 1986; Colin y Paché, 1988; Schary y Coakley, 1991; Christopher, 1992; Brandín, 1992; Novack et al., 1992; Anaya, 1998; Gutiérrez y Prida, 1998; Stern et al., 1998; Casanovas y Cuatrecasas, 2001; Mentzer et al., 2004). El objetivo de este cuadro es el de ordenar los principales hitos o acontecimientos que han marcado la evolución temporal de la función logística desde sus inicios hasta la actualidad. Esta ordenación se realiza a partir de cuatro conceptos: la clasificación de los acontecimientos en torno a cuatro fases; el tiempo o cronología de los acontecimientos; la descripción del acontecimiento en sí, y, por último, su relevancia en el ámbito logístico.
Para la realización del cuadro se siguieron tres criterios básicos:
• Criterio de amplitud: las fuentes investigadas y reflejadas en el cuadro proceden tanto del ámbito académico (artículos, publicaciones, revistas...) como del empresarial (asociaciones, certámenes...). Con esta amplitud en la revisión se pretende reflejar el interés del estudio de la función logística, tanto en el ámbito académico como en el profesional.
• Amplitud cronológica: la revisión pretende ser lo más amplia posible, a fin de recoger con rigor la evolución temporal, abordando desde las primeras aproximaciones realizadas en los inicios del siglo XX hasta las más recientes.
• Criterio de relevancia: debido a la multitud de acontecimientos acaecidos desde el inicio del estudio de la función logística hasta la actualidad, se ha recogido en el cuadro aquellos que, a entender de los autores y sobre la base de la opinión de los autores analizados, han sido los más relevantes, tanto a escala internacional como nacional.
A la luz de este cuadro, se aborda a continuación el desarrollo de las diferentes etapas e hitos, con más detalle.
Primeras aproximaciones al estudio de la función logística (1900-1964)
Esta primera etapa se inicia a principios del siglo XX y llega hasta mediados de los años sesenta, pudiendo diferenciarse dos sub-etapas separadas por la Segunda Guerra Mundial.
En esta etapa inicial, la función logística se asociaba básicamente a las actividades de la distribución física, en especial al transporte y al almacenamiento de productos. Nos encontramos en las primeras etapas del desarrollo industrial, cuando todavía la agricultura y la ganadería predominaban como actividades económicas (ver por ejemplo, Crowell, 1901). En esta situación lo importante era hacer llegar los productos de las granjas a los mercados (Kent y Flint, 1997); la logística la constituían actividades necesarias sin valor (Casares y Rebollo, 2005).
En el ámbito académico, durante esta etapa comienzan a aparecer las primeras aproximaciones al estudio de la función logística, en concreto, desde el campo de la economía y del marketing. De acuerdo con Shaw (1916), la distribución física se entiende como el elemento de equilibrio entre la oferta y la demanda, en clara alusión al almacenamiento de productos como elemento regulador; en 1922, Clark, en su definición de marketing, hace alusión a la distribución física de los productos, y en 1927, Borsodi diferenció dos significados de distribución física: 1) distribución física como transporte y almacenamiento, y 2) el concepto de servicio de marketing (Christopher, 1992). Estas aproximaciones se centran todas en la percepción de la función logística como un conjunto de actividades funcionales, en especial el transporte y el almacenamiento, que permiten poner en contacto la oferta con la demanda.
La Segunda Guerra Mundial marca un hito en la evolución de la función logística en el ámbito empresarial. El poderoso despliegue de hombres y armamento realizado por los Estados Unidos de América despierta el interés de los empresarios, que empiezan a vislumbrar la función logística como una potente herramienta para alcanzar nuevos mercados separados geográficamente, así como para mejorar la eficiencia de la empresa mediante la reducción de costes logísticos (Gutiérrez y Prida, 1998). A partir de este momento, las empresas se interesan por las ventajas de gestionar de forma eficiente los flujos de materiales. Aunque todavía la gestión la realizaban de forma independiente entre los flujos de aprovisionamiento e internos y los flujos de distribución (Ballou, 2007), centrando la atención en estos últimos (Kent y Flint, 1997), el objetivo era encontrar y servir a los nuevos canales de distribución.
Por su parte, en el ámbito científico, es realmente a partir de los años sesenta cuando el mundo académico se centra en el estudio de la función logística y sus distintas acepciones. Interés iniciado, en parte, por las declaraciones de Peter Drucker en su artículo "El continente negro de la economía", de 1962, en el que comparaba el conocimiento de la función logística en la empresa con el conocimiento de áfrica en época de Napoleón: "Sabemos que está ahí y que es grande". También es destacable el interés suscitado por autores de gran relevancia en el ámbito de la economía, como Converse (1952) o Heskett et al. (1964), en cuyos artículos se reconocía, de forma explícita, la importancia de la distribución física en la gestión empresarial, así como las grandes posibilidades de desarrollo y estudio que presentaba.
La aparición en 1961 y 1964 de las primeras revistas científicas especializadas en actividades logísticas (Transportation Journal y Logistics and Transportation Review) constituye una prueba clara de este interés científico por el estudio de la función logística. A estas, hay que unir la aparición en 1963 de la primera institución dedicada al estudio, desarrollo y difusión de la función logística tanto en el ámbito empresarial como académico: el National Council of Physical Distribution Management. El nombre tanto de las revistas como de la institución refleja la importancia en esta época de las actividades de distribución física, y en especial del transporte.
Desarrollo de la logística integral orientada hacia el cliente (1965-1980)
Es a partir de mediados de los sesenta cuando se produce el auge de la función logística, tanto en el ámbito empresarial como en el académico. A partir de esta década, se amplía el ámbito de aplicación de la gestión logística, definiéndose el concepto de "logística integral", al tiempo que se orienta hacia las necesidades del cliente (década de los setenta). En palabras de Ballou (2004, p. 3): "La novedad en el campo de la logística estriba en el concepto de dirección coordinada de las actividades relacionadas y en el concepto de que la logística añade valor a los productos o servicios esenciales para la satisfacción del cliente y de las ventas".
En efecto, hasta principios de los sesenta, las actividades logísticas eran funciones aisladas, gestionadas de forma independiente por agentes/departamentos distintos, y vinculadas esencialmente a la distribución física, es decir, a la gestión del flujo físico desde producción hasta el cliente final. Sin embargo, a partir de esta fecha, las empresas empiezan a gestionar las actividades logísticas como elementos interrelacionados, que precisan de una gestión conjunta y desde una perspectiva global, desde el aprovisionamiento de materias primas hasta el cliente final (Colin y Paché, 1988, Schary y Coakley, 1991; Kent y Flint, 1997; Casanovas y Cuatrecasas, 2001; Mentzeret al., 2004).
Este cambio en la gestión de la logística se debió, en gran parte, a la aplicación del concepto de "coste total", de tal forma que las empresas comprendieron que la optimización de costes logísticos sería mayor si gestionaban de forma íntegra y unificada todas las actividades logísticas (Kent y Flint, 1997; Casares y Rebollo, 2005). Estas interaccionan entre sí de tal forma que las acciones sobre uno de los elementos generan modificaciones sobre el resto, pudiéndose frustrar el objetivo fijado a causa del deterioro provocado en otros procesos (Christopher, 1992). Por ello, se debe contemplar el proceso logístico como un todo, que gestiona desde las materias primas de los proveedores hasta los bienes terminados, con tanta celeridad como sea posible, con la calidad y en el tiempo adecuados y al menor coste total (Iyer, 1992). Concretamente, se pueden delimitar tres fases o ciclos logísticos diferenciados (si bien relacionados): 1) logística de aprovisionamiento; 2) logística interna, y 3) distribución física o logística de distribución.
La logística de aprovisionamiento hace referencia a la gestión de las materias primas, piezas y otros elementos necesarios para llevar a cabo el proceso productivo de la empresa (Kraljic, 1983). En este ciclo, la gestión logística se centrará en la planificación de la política de compras, en la gestión del transporte desde el proveedor hasta la empresa, en el diseño de almacenes y en la gestión de inventarios de materias primas, con el objetivo de mantener una gestión eficiente de las mismas a un coste razonable (Arbones, 1990; Christopher, 1992; Anaya, 1998; Gutiérrez y Prida, 1998; Castán et al., 2000).
La logística interna o de producción tiene relación con la gestión del flujo de productos semielaborados necesarios para elaborar el producto final. En esta fase, la función
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