GEOPOLÍTICA Y GEOPODER: UNA MIRADA AL SIGLO XXI
Enviado por mariamblanco • 16 de Mayo de 2016 • Ensayo • 2.651 Palabras (11 Páginas) • 330 Visitas
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INTRODUCCIÓN.
El presente artículo es una reflexión desde la obra de George Friedman, a partir de su obra “Los próximos 100 años: pronóstico para el siglo XXI” donde se abordan tres tópicos que busca explicar los vaticinios que realiza el autor en mención. De este modo, el trabajo se divide en tres acápites que plantean la influencia del mundo americano en todos los ámbitos y cómo, a pesar de su grandeza, también expresa su propia decadencia de una potencia que poco a poco ha ido minando su propia confianza. Ser la cuna del sueño americano donde miles de hispanos se refugian para alcanzar sus propias metas convierte a este país en el epicentro de las grandes masas de desplazamiento de la humanidad. Así pues, lo anterior demuestra su alta influencia ideológica, política y económica que lo vuelve vulnerable a estos fenómenos que va menguando su propia identidad socio cultural. Un segundo acápite que plantea su relación con el continente europeo, su aliado y a la vez su rival, y que en la última centuria se libraron las más arduas luchas militares por el dominio territorial en eses proceso de descolonización que provenía desde el siglo XIX, pero que ahora se ha trasladado al medio oriente con la crisis del modelo occidental y el surgimiento de una ideología de corte religioso que hace contrapeso al laicismo imperante en occidental. Y un tercer acápite, que plantea la fragilidad de la cultura americana a pesar de su dominio en el campo de la tecnología que rayan con la conflictiva racial de los años 60s. En consecuencia, nos permitimos realizar una descripción a partir de hechos reales para analizar los aspectos más relevantes de los próximos cien años.
Palabra claves: Relaciones Internacionales, geopolítica, geopoder, tecnología, globalización.
GEOPOLÍTICA Y GEOPODER: UNA MIRADA AL SIGLO XXI
Cruzando el Río Bravo del Norte.
En el mes de abril de este año se llevó a cabo en el país centro americano, Panamá, la VII Cumbre de las Américas, con presencia por supuesto, del actor central de este escenario político, los Estados Unidos de Norte América. Su presencia indispensable para una cumbre del hemisferio occidental mostraba la importancia de este país que es referente político, económico y cultural para toda América Latina. Su incidencia en el escenario local es tan determinante, que los países deben contar con su anuncia para cualquier decisión en la política interna de los Estados. Cuba, Venezuela, Colombia, Ecuador por no enumerar a todos, tienen relaciones de toda índole con el gigante del norte.
Así mismo, centenares de inmigrantes indocumentados cruzan el país Azteca de sur a norte hasta la frontera para ingresar al staf del sueño americano. Y aunque muchos no lo lograr y su vida queda prendada en el sueño de llegar a tierras prometidas donde surgió el anhelo americano, este país es el atractivo de muchos desheredados que recorren kilómetros para alcanzar la tierra anhelada. En este mismo contexto, la policía de inmigración colombiana detuvo a una decena de indocumentados africanos y cubanos que hacían tránsito por territorio colombiano con el único deseo de alcanzar el país del norte. No importa lo inclemente que sea el viaje, pero lo que sí es cierto, es que el paraíso no se encuentra en el cielo, sino en un lugar en la tierra, que se llama Estados Unidos.
La siguiente descripción permite corroborar lo que el autor del libro, “Los próximos cien años” del escritor estadounidense George Friedman ha planteado como la potencia global dominante y aún más, de la próxima centuria. Pero de dónde surge este destello de grandeza?. Siguiendo las líneas del presente autor, la cohesión del gigante norteamericano es fruto de factores tanto externos como internos, además de una política doméstica que la ha catapultado como un país guardián de los principios democráticos, la libertad, los derechos humanos fundamentados en un discurso moderno cuya influencia ha llegado a todos los espacios del mundo contemporáneo. A la luz de este discurso los Estados Unidos han encarado conflictos bélicos en todo el mundo y sobre estos pilares se ha desplazado potencias que ha dado como origen un mundo unipolar, como lo plantea el politólogo Fernando Vallespín. Este desplazamiento en torno a los juegos de poder tiene un referente común a todas las potencias que han anhelado, a lo largo de la historia, mantener su hegemonía mundo, a partir del control y la dominación, el orden y la disciplina como lo ha manifestado Michel Foucault. Este orden de cosas se trasluce cada vez en un centro de poder desde el cual emana con fuerza todas las orientaciones para gobernar y que parte en principio por el control territorial y el control marítimo estrategia como principio para dominar el mundo (Friedman, 2009).
Su ubicación con respecto a los demás actores internacionales lo han convertido a lo largo de los últimos lustros en un país estratégico que ha permitido estar alejado de los conflictos que han asolado a la humanidad en la centuria pasada, pero que a pesar de su intervención en los conflicto de ultramar, su aislamiento geográfico del continente euroasiático lo ha provisto de un telón de fondo que lo ha protegido de estas contiendas bélicas. De esta manera, por conservar su poder intacto y las estructuras tanto en lo industrial, político, social y financiero, ha colocado su visión del mundo moderno y más aún, en el plano ideológico como bien ha acotado Francis Fukuyama en su artículo célebre, el “Fin de la Historia” (1989) al plantear el advenimiento del comunismo y la dominación del capitalismo. Como advierte nuestro autor: “La caída de la Unión Soviética en 1991, cuatrocientos noventa y nueve años después de la expedición de Colón, puso fin a una época histórica” (Friedman, 2009, p. 48) y agrega nuestro apocalíptico politólogo: “Por primera vez en medio milenio, el poder dejó de residir en Europa y este continente no fue más el foco de la competencia internacional”. (Friedman, 2009, p. 49). El gigante del norte se convertía de este modo en el centro de sistema internacional que los hechos históricos así lo demostrabas; mientras tanto, una muchedumbre de hambrientos hombres provenientes de centro américa intuían que ese país abierto a todos los conflictos internacionales para imponer su visión del mundo, era nada más y nada menos el referente del nuevo mundo internacional.
MÁS ALLÁ DEL ATLÁNTICO.
Este mes el mundo conmemoró dos acontecimientos de gran envergadura: hace 70 años Alemania se rindió ante los aliados y el protagonista nuevamente fueron los Estados Unidos. Los norteamericanos utilizaron el Plan Marshall, mediante el cual se invirtieron cerca de 13.000 millones de dólares para reconstruir el continente entre 1948 y 1951. En este escenario de reconstrucción hubo una ideología campeante, el capitalismo. De igual modo, el mundo recuerda el fin de la Guerra de Vietnam, donde los Estados Unidos se convirtieron en parías en el país asiático, donde su desarrollo bélico que los ha caracterizado no pudo contra las fuerzas insurgentes del Viet cong; 40 años donde el ejército más poderoso del mundo contemporáneo fue despojado de su honor por un grupo de campesinos y que motivó en aquel periodo una revolución cultural en todo occidente. De igual modo, los hechos no se remontan a simples intervenciones militares; los Estados Unidos han estado presentes en todos los hechos históricos más transcendentales y recordar cada acontecimiento llevaría un tratado por cada situación en particular. Pero lo que es importante de resaltar, retomando a George Friedman, es que el siglo que pasamos y el que estamos viviendo tiene repercusiones en todos los ámbitos donde el gran ordenador del destino de la humanidad son los Estados Unidos.
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