Gestion De Cadena De Suministra

jLa gestión de inventarios y su impacto en la empresa como generadora de valor de las compañías

Luis Eduardo Romero Bedoya

Tradicionalmente la gestión financiera de una compañía o de un proyecto se ha medido en función de su rentabilidad. Sin embargo, en la actualidad existe una marcada tendencia en las empresas más exitosas a complementar esta medida con la gestión del capital de trabajo. Básicamente lo que se busca cambiar es la visión de la administración financiera: que sea desde la caja hacia la rentabilidad y no lo contrario, como funcionaba en el pasado. El capital de trabajo de una compañía está compuesto por su cartera, inventarios y cuantas por pagar a proveedores de bienes y servicios, en donde la gestión de inventarios conlleva un gran riesgo operativo, por lo que surge la inquietud: ¿Cómo impacta la gestión de inventarios en la generación de valor de las compañías?

Garcia (2009) definió que el capital de trabajo operativo (KTO) está representado por la suma de los inventarios y las cuentas por cobrar ya que se supone que la empresa debe mantener un saldo de efectivo aproximadamente igual a cero, como consecuencia de la plena utilización que debe hacerse de este recurso. El inventario como componente del capital de trabajo juega un papel importante en la gestión de la compañía, que al final del día son recursos que los socios están colocando en la empresa esperando una rentabilidad. Por ello la gestión de inventarios se deriva de la importancia que tienen la existencia para la empresa y, por lo tanto, la necesidad de administrarla y controlarlas. Su objetivo consiste fundamentalmente en mantener un nivel de inventarios que permita, a un mínimo de costo, un máximo nivel de servicio a los clientes (Parada, 2009, p.171).

Chopra y Meindl (2013) indicaron que el inventario en la cadena de suministro existe debido a un desajuste entre la oferta y la demanda. El papel de los directivos de la compañía es tratar de cerrar la brecha de la incertidumbre de la demanda para así poder tener capacidad de reacción y poder entregar el nivel de servicio que espera la compañía. En las organizaciones pueden existir empresas con modelos de negocio anticipativos, que esperan reaccionar de una manera proactiva a la exigencia del mercado y de los consumidores, sin embargo puede existir otras compañías que pueden tener un modelo de negocio de reacción, en donde la venta se realiza y de allí se planifique el abastecimiento, sin duda la que tiene un mayor riesgo en la gestión de inventarios son las compañías que se encuentran en un proceso anticipativo, que para el mercado colombiano son la gran mayoría de las compañías, a excepción de los contratistas de obras civiles, constructoras o empresas que tienen un producto tan especializado o de tan alto valor agregado que se dan el “lujo” de poder tener pedidos anticipativos.

Los inventarios como lo analizo Juan & Garcia (2007) pueden ser de ciclo, estacionales, de seguridad y de tránsito. Los de ciclo son aquellos en los que no tiene mucho sentido producir o comprar materiales al mismo ritmo que son solicitados porque resulta muchas más económico para la compañía lanzar una producción de volumen superior a las necesidades del momento. Los estacionales son productos que presentan una demanda muy variable a lo largo del año, aumentando mucho en determinados meses, que como en el caso de Colombia siempre el segundo semestre representa el sesenta por ciento de las ventas de la mayoría de las empresas, en este es lógico que la producción sea mayor que la demanda en determinados periodos. Los de seguridad son los utilizados como garantía debido a la incertidumbre de la demanda que existe y los de transito tiene como función actuar como reserva a fin de mantener el flujo continuo de materiales entre las distintas fases del proceso productivo.

La demanda tiene características en que puede ser continúa o discreta, determinista o probabilística, dependiente o independiente, homogénea o heterogénea, diferida o pérdida (Juan & Garcia, 2007, p.2) por lo que no resulta nada fácil para las compañías tener un nivel de inventarios lo más óptimo posible para atender a sus clientes, al menor costo posible generando la mayor rentabilidad para la compañía. Si bien la mayoría de las compañías tienen inventarios para satisfacer el servicio al cliente teniendo la disponibilidad de los productos, cubriéndose de plazos o entregas impredecibles por parte de los proveedores o simplemente para aprovechar descuentos de volumen por compras existen unos costos de no mantener inventarios y los costos por mantener inventarios que afectan de manera directa la generación de valor de la compañía.

Entre los costos por no mantener inventarios se encuentran las pérdidas de ventas ocasionadas por el retraso en el suministro por parte del proveedor, los sobrecostos por los pedidos de emergencia para satisfacer un pedido especial de un cliente, sobretodo en temas de fletes o comprarle al proveedor más cercano pero con un nivel alto de precio y el posible deterioro de imagen por no tener el producto a tiempo lo que genera un mal servicio. Entre los costos de mantener un inventario se encuentran los costos de almacenaje en lo correspondiente a personal, bodegas, equipos, costo de tecnología para mantener la información, servicios públicos y accesorios; los costos de riesgo que son costos de obsolescencia, por productos vencidos, seguros, mermas y robos; y el costo de capital que es dinero invertido en el activo colocado por parte de los accionistas vía recursos propios o endeudamiento bancario. El dilema que tiene la gran mayoría de empresarios en la gestión de su empresa es en el cual de los costos incurrir más o menos, desafortunadamente la

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