Habilidades de un Consultor dentro de la empresa
Enviado por AnaMate • 8 de Noviembre de 2018 • Resumen • 2.228 Palabras (9 Páginas) • 162 Visitas
Habilidades de un Consultor dentro de la empresa
E
l entorno de la consultoría es cambiante en sus formas, en sus contenidos, en sus actores, pero no en el fondo.
La consultoría puede ser definida como el servicio prestado por una persona o un grupo de personas, que, de manera independiente a la organización, analizan e identifican algunas situaciones relacionadas con políticas, procedimientos y/o metodologías que se tienen dentro de la empresa, que pueden ser susceptibles de mejorar mediante la recomendación de alternativas y su aplicación.
Un consultor es el profesional que, mediante la adquisición de las competencias de liderazgo intelectual, comunicación y trabajo en equipo, es capaz de identificar información pertinente, de manera que le permita analizar diversos problemas a partir de hechos concretos y situaciones para elegir, de manera responsable, entre diferentes alternativas de solución, proporcionado un consejo adecuado en un determinado momento, pero considerando la factibilidad de su implementación.
El consultor deberá desarrollar las habilidades requeridas para desempeñar esta función, y para ello se requiere que se mantenga continuamente al tanto de su preparación
El consultor dentro de sus habilidades debe de contar con un valor muy importante para que este desempeñe un papel importante dentro de la consultoría que llevara a cabo dentro de la organización. Dicho valor es la Honradez.
El consultor honrado a largo plazo siempre triunfa. Los consultores que llevan tiempo en este oficio se ha visto a muchos consultores que aparecen en escena y a otros muchos que desaparecen.
El consultor honrado, primero lo es consigo mismo. Invierte tiempo en su formación, en su cualificación profesional, en actualizar sus conocimientos, en conocer las nuevas técnicas que aparecen en el mercado. Hay que trabajar bien y, en ocasiones, uno se engaña con esto simple a primera vista. Trabajar bien requiere esfuerzos, conocimientos de tus propias aptitudes, conocimiento de tus debilidades, control de tus fortalezas, saber lo que uno puede dar de si mismo y lo que es un autoengaño.
El consultor honrado reconoce sus errores y da la cara ante los fracasos. El consultor honrado es competitivo, se esfuerza por superarse a si mismo.
El consultor honrado transmite confianza y se le gana. El consultor honrado no engaña, no se excusa. El consultor honrado es cumplido.
En este ensayo explicaremos que no basta con ser honrado para triunfar en esta profesión. Otro punto que transciende con relevancia en este ensayo es la importancia de las relaciones personales en el trabajo. El consultor tiene mucho de psicólogo en su trabajo, interactúa con muchas personas distintas dentro de cada organización y debe saber en cada momento como reaccionar ante emociones, ambiciones, rencores, orgullos, intereses profesionales y, en ocasiones también personales.
Paciencia, saber escuchar y transmitir y ser confiable son los ingredientes básicos de la receta del buen consultor, sea en el ámbito que sea. También lo son la experiencia, el conocimiento especializado en una u otra área y la capacidad para ofrecer siempre soluciones a los problemas.
Son muchas las ocasiones en las que el consultor divaga con interesantes, complejos y sofisticados sistemas con los mas peregrinos objetivos, que pueden estar muy alejados dentro de las necesidades reales de las empresas.
Muchas de las tareas a realizar en la consultoría son copiables, pero el modo de hacer de la empresa o personas es propio de cada cual, acertar en este punto es desarrollar una ventaja competitiva sostenible.
Algunas de las habilidades que debería de desarrollar un buen consultor dentro de la empresa son:
Compromiso: El vínculo de la empresa es, como se ha señalado, meramente mercantil. Sin embargo, en la prestación de ese servicio de consultoría justamente pagado, siempre se deber dar por parte del consultor un compromiso mayor con la empresa que el que la empresa tiene contigo. Siempre serás prescindible en el devenir de la consulta, y aun así deber realizar el trabajo con el mismo nivel de compromiso que tendrías si la empresa fuese tuya.
Eficacia: Se resolutivo. Se serio. Se eficaz. No pospongas una reunión. Organízate. Se realista. Y trabaja orientado a resultados. Todo lo que hagas dentro de la empresa tiene un propósito definido. No alargar los temas o las reuniones más allá de lo estrictamente necesario es un síntoma de una forma de trabajar. Presentar los resultados en tiempo es fundamental.
Iniciativa: El efecto dinamizador de la consulta es indudable y uno tiene que impulsar y liderar ese efecto, que puede, en casos determinados, suponer un auténtico revulsivo, esencialmente en empresas pequeñas o medianas o dinamizar determinados departamentos o grupo en el caso de grandes empresas.
Liderazgo: Hay que liderar la consulta. Y esto es necesario porque tanto el cliente como el usuario incluso el beneficiario, deben tener una referencia personal clara que conozca el modelo conceptual subyacente en la consulta, la traducción de ese modelo al plan especifico de la consulta en esa empresa determina y que, del impulso necesario para llevar las fases del trabajo de manera ordenada, y solucione los problemas de importancia que se puedan producir en el desarrollo de la consulta.
Optimismo: Ser optimista en el desarrollo de la consulta aumenta la fe del cliente y del usurario Enel trabajo que se realiza. Por tanto, optimismo consciente, aquel capaz de sacar la parte positiva de cualquier situación que se pueda dar en la consulta, muy distinto del que ignora los problemas que se pueden y se deben dar en la consulta.
Rigor: El rigor tiene múltiples dimensiones, todas ellas buenas, y debe diferenciarse de la cerrazón, la inflexibilidad o la intolerancia, que son enfermedades del carácter o síntomas de enfermedades del alma. El rigor en la consultoría deber ser intelectual y operativo que es una manifestación del rigor intelectual. El rigor intelectual se adquiere con formación y se perfecciona con la experiencia, a la vez alimenta el rigor operativo perfeccionando el rigor intelectual. La manifestación operativa del rigor intelectual lleva a diseñar, vender e implantar trabajos de consultoría coherentes internamente y en su manifestación externa y, por ende, adecuados a las necesidades reales de la empresa.
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