Hush Hush
Enviado por Smiile124 • 8 de Septiembre de 2013 • 731 Palabras (3 Páginas) • 559 Visitas
Listo, pensé. Caso cerrado. Y luego, sin ninguna advertencia en absoluto, dije,- “¿Por qué me estas invitando?” Hasta este preciso instante, había estado diciéndome que no me importaba lo que Patch pensara de mí. Pero ahora, supe que era una mentira. Aunque probablemente me arrepentiría, estaba lo suficientemente curiosa sobre Patch hasta el punto de ir a cualquier parte con él. - “Quiero estar contigo a solas,” dijo Patch. Solo con eso, mis defensas regresaron. - “Escucha, Patch, no quiero ser grosera, pero…” - “Seguro que quieres serlo.” - “¡Bueno, tú comenzaste!” Adorable. Muy madura. “No puedo ir a la fiesta. Fin de la historia.” - “¿Porque no puedes salir en noches de escuela, o porque te da miedo estar sola conmigo?” - “Ambas.” La confesión se me escapó. - “¿Te dan miedo todos los chicos… o solo yo?” Entorné mis ojos dejando claro que no me iba a molestar en contestar una pregunta tan estúpida. - “¿Te hago sentir incómoda?” Su boca creó una línea neutral, pero detecté una sonrisa especulativa atrapada tras ellos. Sí, en realidad él tenía ese efecto en mí. También tenía la tendencia de eliminar de mi cabeza todo pensamiento lógico. - “Lo siento,” dije. “¿De qué estábamos hablando?” - “De ti.” - “¿De mi?” - “De tu vida personal.”
Yo reí, insegura de qué otra respuesta dar. “Si esto es sobre mi… y el sexo opuesto… Vee ya me dio ese discurso. No necesito escucharlo dos veces.” - “¿Y qué te dijo la sabia Vee?” Yo estaba jugando con mis manos y las deslicé fuera de la vista. - “No puedo imaginar por qué estas tan interesado.” Él sacudió suavemente su cabeza. “¿Interesado? Estamos hablando de ti.
Estoy fascinado.” Él sonrió y fue una sonrisa fantástica. El efecto fue un pulso agitado. Mi pulso agitado. - “Creo que deberías regresar a trabajar,” dije. - “Es bueno saberlo, me gusta la idea de que en la escuela no haya ningún chico que junte todas tus expectativas.” - “Olvidé que eres la autoridad de mis tan nombradas expectativas,” bufé. Él me estudió de una manera que me hizo sentir transparente. - “Tú no eres reservada, Nora. Tampoco eres tímida. Solo necesitas una buena razón para salir de tu rutina y conocer a alguien.” - “Ya no quiero hablar más sobre mí.” - “Tú crees que lo sabes todo.” - “No es cierto,” dije. “Por ejemplo, bueno, en este caso,- “Estoy bastante seguro de que eso es ilegal,” dijo él calmadamente.
-“Tu expediente estaba vacío. No había nada. Ni siquiera tu record de vacunas.” Él ni siquiera fingió estar sorprendido. Él se reclinó en su silla y sus ojos relucían como obsidianas. - “¿Y me estás diciendo esto porque tienes miedo de que pueda causar un brote de sarampión o paperas?” - “Te estoy diciendo esto porque quiero que sepas que yo sé que algo no está bien contigo. Nos has engañado a todos. Voy a descubrir
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