LIMITACIONES DE UNA POSICIÓN NETAMENTE INDUCTIVA

LIMITACIONES DE UNA POSICIÓN NETAMENTE INDUCTIVA*

La controversia existente que se deriva de los posibles métodos de medición para la disciplina económica ha permitido desarrollar inconscientemente herramientas suficientes pero no absolutas que a través del ensayo y error o publicación y objeción de las diferentes teorías e hipótesis planteadas por los estudiosos –de aquella materia que considerada en principio como ciencia social donde su objeto de estudio son las personas y sus posibles interacciones con la naturaleza- han permitido que entre sus diferentes argumentos que proclaman validez se desarrolle lo que hoy denominamos claramente como economía.

Ahora bien, partiendo de la consideración social de nuestra disciplina y su manifestación del método de estudio digno para la misma, es decir el método empírico si nos basamos en la subdivisión que realiza Auguste Comte –filosofo francés, 1798-1857- de las ciencias entre formales, empíricas y normativas; agregando que la disciplina que estamos estudiando se encuentra en las ciencias empíricas como disciplina humana. De hecho, no sobra decir que dentro de esta subdivisión empírica encontramos también la física entre las ciencias naturales. De ser así tampoco descarto una posible relación semejante por lo menos no en teoría pero si en su método de estudio, es decir aquel empírico que parte de la observación de los hechos o fenómenos recurrentes en la naturaleza misma (caso evidenciado por Koopmans 1947 sobre el paralelo entre las teorías de Kepler de los movimientos planetarios y el estudio de Burns y Mitchell en Meausing Business Cycles 1946 sobre los ciclos económicos).

Existen fenómenos tanto sociales como naturales que presentan ciertas regularidades acordes en tiempo y espacio capaces de ser precisadas por su reiteración cíclica del mismo fenómeno. Dentro de las causas naturales encontramos como nuestros días se distribuyen en dos acontecimientos totalmente inversos de manera continua, es decir, doce horas sol y doce horas luna. Que desde un principio surgieron interrogantes de cómo y qué permite este tipo de acontecimientos, donde astrónomos como Kepler, Galileo y demás dedicaron su tiempo a comprender este tipo de cosas y las relaciones con los planetas a través de la observación como principio del método empírico, ya que no era fácil experimentar física y palpablemente los planetas en un laboratorio de estudio (vea pues una de las razones del por qué la física se enfoca en procedimientos empíricos basados en la observación de hechos recurrentes en la naturaleza) sumándose a teorías sobre la ley gravitacional de Newton y permitiéndose comprender “que los planetas se desplazan alrededor del Sol descubriendo órbitas elípticas”, es decir, que la razón por la cual un medio de nuestros días tenga la luz del sol es porque estamos girando alrededor del mismo.

El interrogante que propongo ahora no será sobre la naturaleza misma sino más bien de las recurrencias en los acontecimientos generados voluntaria e involuntariamente por los individuos racionales que conviven en la misma, es decir, las personas y, dirigiéndonos más precisamente a esas regularidades que presentan sus relaciones económicas abordando el interrogante ¿será posible medir regularidades cíclicas de sucesos económicos haciendo uso exclusivo del proceso inductivo que nos brinda la metodología empírica?

Según Tjalling Koopmans, economista asociado a la comisión Cowles en su articulo publicado en 1947, presenta una relación realmente empírica entre lo que hacía Kepler en sus investigaciones sobre los movimientos de los planetas y el trabajo de Burns y Mitchell en su libro sobre los ciclos económicos publicado en 1946. Así pues encuentra que estos últimos abordan una posición observacional sobre las recurrencias cíclicas de los fenómenos económicos con el propósito de generar variables con el mínimo de asistencia de concepciones teóricas o hipótesis en relación con la naturaleza de los procesos económicos. De hecho, Koopmans proclama en principio una posición más objetiva en Burns y Mitchell en cuanto a su estudio empírico que las primeras concepciones de Kepler. Es decir, cuando se realiza un estudio netamente empírico y se parte de concepciones observacionales no es necesario revelar predilección alguna hasta no construir modelos o hipótesis creíbles, caso olvidado por Kepler en su concepción especulativa en cuanto al rol de los cinco solidos regulares y de los intervalos musicales en proposiciones del sistema planetario, que tiempo después no tenía relevancia.

Measuring Business Cycles, una obra de Burns y Mitchell

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