LOGÍSTICA DE AYUDA HUMANITARIA
Enviado por mexicano67 • 12 de Septiembre de 2014 • 8.502 Palabras (35 Páginas) • 301 Visitas
LOGÍSTICA DE AYUDA HUMANITARIA
1.1 Antecedentes y Características de Ayuda Humanitaria
1.1.1 Concepto de Ayuda Humanitaria
Hay que hacer hincapié, en que dar una definición o concepto específico de la ayuda humanitaria no es sencillo, ya que, no existe un consenso claro entre los autores y organizaciones sobre su significado y alcance, lo cual tiene que ver con su complejidad y con la multiplicidad de contextos, actividades, actores y objetivos implicados. A esto se añade un uso coloquial con frecuencia excesivamente amplio e impreciso.
Por ejemplo, el concepto de acción humanitaria se utiliza indistintamente que el de ayuda humanitaria, y éste que el de ayuda de emergencia o, incluso, al de socorro humanitario. Sin embargo, existen algunas diferencias como se verá a continuación:
De acuerdo al Diccionario de acción humanitaria y cooperación al desarrollo (2001), el concepto de socorro consiste en una ayuda para auxiliar a quien sufre un desastre u otra situación de peligro. Es un acto que no está guiado necesariamente por los principios éticos y operativos característicos de la acción humanitaria como lo es la humanidad y neutralidad. Se podría decir que se trata de una ayuda partidista, como la asistencia proporcionada por los sanitarios de un ejército exclusivamente a los de su bando.
En cuanto a la ayuda de emergencia se refiere, es el apoyo que se proporciona con carácter de urgencia a las víctimas de desastres desencadenados por catástrofes naturales o por conflictos armados, es una ayuda que brinda provisión gratuita de bienes y servicios esenciales para la supervivencia inmediata agua, alimentos, abrigo, medicamentos y atenciones sanitarias. Este tipo de intervención suele tener un marco temporal muy limitado, normalmente de hasta 6 o, como máximo, 12 meses.
La ayuda humanitaria, tal y como la definen varias agencias, abarca un campo algo más amplio pues incluye no sólo la citada ayuda de emergencia, sino también la ayuda en forma de operaciones prolongadas para refugiados y desplazados internos. Estas operaciones, como las iniciadas por el programa mundial de alimentos (PMA) en 1989, comienzan tras haberse realizado ayuda de emergencia durante 12 meses, con objeto de proporcionar asistencia a dichos grupos, quienes a veces la precisan durante un largo tiempo hasta que se resuelvan las causas que motivaron su huida (Borton et al., 1994:5).
Además, aunque no siempre es así en la práctica, muchas organizaciones asumen como objetivo que dichas intervenciones no se limiten a garantizar la subsistencia inmediata, sino que contribuyan a frenar la descomposición del tejido económico y social, y a sentar las bases para la rehabilitación y el desarrollo futuros. Con tal propósito suelen incluir algunas actividades orientadas a la rehabilitación post-desastre a corto plazo, así como a la preparación ante posibles desastres.
Por último, la acción humanitaria encierra un contenido más amplio que el de la ayuda humanitaria. Incluye no sólo la provisión de bienes y servicios básicos para la subsistencia, sino también, sobre todo en contextos de conflicto, la protección de las víctimas y de sus derechos fundamentales mediante labores como la defensa de los derechos humanos, el testimonio, la denuncia, la presión política y el acompañamiento.
Es importante subrayar que la ayuda y la acción humanitarias se caracterizan no sólo por unos determinados actividades y objetivos, sino también por una serie de principios éticos y operativos que tradicionalmente les han sido inherentes, entre los que destacan la humanidad, la imparcialidad, la neutralidad y la independencia. Tales principios implican que son las necesidades de las personas las que deben regir la acción humanitaria, no los Estados con sus intereses políticos o económicos.
Ahora bien, Pérez Armiño, dice que la ayuda humanitaria es conjunto diverso de acciones de apoyo a las víctimas de desastres desencadenados por catástrofes naturales o por conflictos armados, orientadas a aliviar su sufrimiento, garantizar su subsistencia, proteger sus derechos fundamentales y defender su dignidad, así como, a veces, a frenar el proceso de desestructuración socioeconómica de la comunidad y prepararlos ante desastres naturales. Puede ser proporcionado por actores nacionales o internacionales.
De acuerdo a Adinolfi (2004), la ayuda humanitaria es el derecho a recibir asistencia y protección, constituye un derecho fundamental que asiste a todo ciudadano, dondequiera que sea necesario, consecuencia de su exposición a los efectos devastadores de un desastre natural, un conflicto armado o una crisis humanitaria de largo plazo.
El Reglamento (CE) Nº 1257/96 del Consejo de 20 de Junio de 1996 sobre la Ayuda Humanitaria (CE, 1996) define como pilar de su regulación que las víctimas de catástrofes naturales, conflictos o de otras circunstancias extraordinarias comparables tienen el derecho de recibir asistencia humanitaria internacional cuando se demuestra que no pueden ser eficazmente socorridas por sus propias autoridades, a fin de prevenir, evitar o reducir las pérdidas de vidas humanas, los sufrimientos físicos, psicológicos y morales de la población y de ser posible mitigar algunos daños materiales, sin que medie para ello ninguna discriminación por raza, edad, sexo, religión, nacionalidad, afiliación política o cualquier otro elemento de discriminación en función de las necesidades y el interés de las víctimas, así como sin condicionamientos políticos de ninguna clase.
El derecho a la asistencia implica el acompañamiento durante el tiempo necesario para hacer frente a las necesidades humanitarias básicas de los más afectados, garantizando el respeto por el individuo y su dignidad, al brindarle bienes y servicios no reembolsables, acorde a las posibilidades y capacidades del medio, para acceda a agua segura y servicios adecuados de sanidad, comida, cuidado de la salud; que incluyen el apoyo psicológico y refugio. (IFRC, 1996).
Para la Unión Europea (2004) la Ayuda Humanitaria es un instrumento de corto plazo, que tiene una duración de entre tres y seis meses, salvo en caso de conflictos o emergencias crónicas que requieran mayores tiempos. En la dinámica del Ciclo de los Desastres, sus fases se traslapan o combinan unas con otras de formas inimaginables, por lo que las acciones de una u otra manera se prolongan durante todo el período de la situación de crisis y de sus efectos.
En este contexto, se integran elementos de rehabilitación a corto plazo, en especial de infraestructura y equipos, destinados a facilitar la llegada del socorro, prevenir cualquier agravamiento de los efectos de la crisis y comenzar a ayudar a las poblaciones afectadas a alcanzar un grado mínimo de autosuficiencia
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