La Mujer Del Siglo XXI

LA MUJER DEL SIGLO XXI

Por Rosella María Martinez Zelaya

En el siguiente escrito se hablará de la mujer y empresa, pero antes de comenzar es necesario responder a la pregunta: ¿Qué hace diferente a un hombre de una mujer? Según Chinchilla (2000), desde el punto de vista antropológico el hombre y la mujer son iguales, y por lo general se tiende a confundir igualdad con uniformidad. Pero realmente a nivel psicológico y perceptual son diferentes, es decir que existe especialización en las capacidades de cada uno.

Chinchilla (2000) cita a Blanca Castilla diciendo “No se trata de cada sexo limite al otro sino que aprenda del otro encarnado las cualidades a su estilo” Esto quiere decir que un hombre no pierde su masculinidad por ser delicado o por querer captar detalles concretos. Por lo tanto una mujer no dejará de ser femenina, al encabezar una organización o al liderar un país. La revista TIME publicó un reportaje escrito por Louann Brizedine acerca del cerebro masculino y femenino en el cual se establece que los hombres son muy buenos generando alternativas y las mujeres estableciendo criterios. En su escrito Chinchilla (2000) establece todas las aportaciones masculinas, de este misma manera basada en lo establecido por Blanca Castilla, concluye que las aportaciones femeninas se resumen a un solo aspecto y es al de “LA SENSIBILIDAD HUMANA” que aporta la delicadeza en e trato, la generosidad y una capacidad de lo concreto al conocer a las personas como son y acoger lo que necesitan.

Sin embargo la discriminación laboral por género ha sido motivo de lucha en los últimos años, el establecimiento de leyes que permitan garantizar la igualdad de oportunidades. Aun así, las mujeres se siguen encontrando con barreras que le impiden muchas veces su participación en el mercado laboral. (Ascencio, Sin fecha) Ya que muchas de ellas no han podido optar a una mejor preparación académica, debido que la cantidad de mujeres como madres solteras ha aumentado y sus obligaciones de madre y domésticas no le permiten acceder a las oportunidades que una mujer que haya tenido la oportunidad de terminar su preparación académica antes de desempeñar el rol de madre.

Según Díaz (1999) siempre la mujer ha sido a través de la historia el cauce de las inquietudes emprendedoras desde el hogar. Mediante la ejecución de actividades que retribuyen económicamente para el bienestar del hogar (costura, repostería, belleza) lo cual ha dado pie a la formación de pequeñas empresas y negocios.

Por naturaleza la mujer, preparada biológicamente y psicológicamente para ser madre, esposa, cuidar y organizar las tareas domésticas. A través del tiempo fue adaptándose y preparándose para ser aquella capaz de resolver los numerosos problemas del hogar, las carencias, el presupuesto, atender a su esposo y sus problemas del trabajo, criar a sus niños, elegir su educación, cuidar y velar de ellos como la mejor enfermera, sin ser diplomada para serlo. La mujer líder tiene capacidad para motivar y debido a su capacidad de convocatoria, estimular la participación y estimulan la autoestima. Diferentes estudios indican que la mujer concibe al liderazgo como un medio de transformación beneficiosa para sus subordinados, aplica sus habilidades a través de las relaciones interpersonales y de motivación para convertir el interés individual en un interés colectivo enfocado hacia el logro de los objetivos de la empresa como totalidad, y al bienestar de sus empleados.

Gradualmente, es mayor (y crece cada día), la participación de la mujer en todas las áreas y es muy claro ahora para los expertos en marketing, que los negocios o empresas harían bien en tomarla en cuenta porque es la que determina las decisiones de compra en lo que hace a rubros básicos de la familia: salud, educación, propiedades y hasta en la compra de automóviles, además del consumo habitual en alimentos, limpieza, cosméticos o vestimenta.

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