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La Situación Económica De Chile, Brasil Y China & El BRIC


Enviado por   •  8 de Mayo de 2012  •  4.201 Palabras (17 Páginas)  •  1.153 Visitas

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La Situación Económica de Chile

Chile es uno de los principales países industrializados de América Latina, así como uno de los más importantes productores de minerales. En la década de 1970 se hicieron esfuerzos por impulsar al abandonado sector agrícola y para reducir la dependencia del país de las importaciones de alimentos. Tras una reducción de los cultivos más importantes a principios de la década de 1980, la producción agrícola se recuperó hacia finales de la década.

En la actualidad Chile es considerado como el país con la economía más desarrollada de América Latina. Además, se espera que entre los años 2012 y 2016 será un país completamente desarrollado. Gran parte de ello se debe a que cuenta con el índice de desarrollo humano más alto de América Latina.

Al comienzo del año en curso, Chile se convirtió en el primer miembro pleno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en Sudamérica debido al reconocimiento en el desarrollo social, los avances económicos de las últimas décadas y la gran reestructuración institucional, que ha llevado a Chile al ubicarse entre los miembros de esta organización ya que en la misma se agrupan las principales economías industrializadas del mundo.

La economía chilena es una diversificada y muy competitiva. Destacando los mercados minoristas ya que varias empresas cuentan con una cartera de inversiones en los distintos países Suramericanos. Entre ellas podemos destacar las siguientes: Cencosud, Falabella, Ripley y La Polar. Además, cuentan con uno de los sistemas bancarios más estables y desarrollados de América.

Desde principios de la década de 1990 la economía de chile ha tenido un comportamiento más que sólido, sentando los precedentes para un crecimiento sólido, elevando los niveles de vida, conteniendo la inflación y repitiendo superávits presupuestarios. Un resultado envidiable que debe mucho al firme marco macroeconómico utilizado por los sucesivos gobiernos. De todas formas, y a pesar de sus puntos fuertes, la economía no ha sido inmune a las crisis financieras y económicas mundiales. Al tratarse de una pequeña economía abierta que depende de las exportaciones, concretamente las de cobre, chile se ha visto muy afectado por el desplome del comercio internacional y la caída de los precios de las materias primas, factores que tuvieron un efecto negativo sobre la demanda y la actividad doméstica. Como resultado, la situación empeoró ocasionando: una caída abrupta de la formación bruta de capital y consumo. El crecimiento de del PIB fue negativo durante cuatro trimestres consecutivos entre mediados del 2008 y 2009. Además, el desempleo aumento con rapidez durante el mismo periodo. Con el propósito de contrarrestar estos efectos tan notables en la economía el gobierno introdujo rápidamente medidas anticíclicas con la finalidad de eliminar la crisis completamente, con la ayuda del repunte de los precios del cobre, la economía está saliendo de la recesión. La situación tiende a mostrar una mejoría a mediados de 2009 y el mercado mundial comenzó a crecer nuevamente; este fenómeno contribuyo a la recuperación de la actividad en el segundo semestre. Gracias a un estímulo macroeconómico considerable. Una vez iniciada la recuperación, ahora el desafío estribará en retomar el camino del incremento del nivel de vida de manera sostenible. Aunque el ingreso per cápita a paridad de poder de compra ha aumentado claramente a lo largo de las dos últimas décadas, éste se sitúa tan sólo en el 44% de la media establecida. Para fomentar la convergencia, las principales reformas deberán intensificar aún más la competencia de los mercados de productos, mejorar las condiciones para la iniciativa empresarial y la innovación y también la calidad de la educación. A pesar del rápido crecimiento del producto interior bruto per cápita y de la reducción de la pobreza, la desigualdad en los ingresos, tal y como muestra el cálculo del coeficiente de Gini (utilizado sobre todo para medir la desigualdad en los ingresos y/o en la riqueza), si bien ha experimentado una cierta mejoría recientemente, no ha sufrido una gran disminución durante los últimos 20 años y sigue siendo muy alta en comparación con la de los otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Para seguir reduciendo la pobreza y mejorar la distribución del ingreso, el crecimiento sostenible deberá ir acompañado de las políticas sociales adecuadas.

Pese al sismo ocurrido en Chile en el pasado año, las proyecciones de los economistas se mantuvieron firmes que la economía del país saldría a flote ya que las consecuencias económicas que ocurrirían serian a corto plazo. En una cifra marcada por las consecuencias del terremoto, la economía chilena creció en torno al 1 por ciento en el primer trimestre de 2010, impulsada básicamente por el sector energético, según un informe entregado por el Banco Central. Sin embargo y como causa directa del terremoto, la balanza comercial se contrajo, aumentando las importaciones en 18,5 puntos, mientras que las exportaciones decrecieron en seis por ciento. Mientras que en el tercer trimestre aumentó las tasas de crecimiento a un 7%, mientras que la alta creación de empleo para el mes de septiembre ascendió a 286,000, mientras que la inflación se mantuvo contenida, lo que permitirá que el país crezca en torno a 5,4% este año y 6% en 2011, según la última Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central.

Mientras que las principales metas económicas del gobierno actual es crecer al 6% anual promedio durante el período 2010-2013; crear 200.000 empleos promedio anual entre los años 2010 al 2014; aumentar la inversión desde el 21% del PIB (2009) a 28% del PIB en 2014; derrotar la pobreza en 2014 y sentar las bases para ser un país desarrollado en 2018 cuatro años más tarde de lo proyectado.

En conclusión, la economía chilena ha mostrado resultados muy favorables en el transcurso de los años, tales como un crecimiento económico elevado y sostenido, tasas históricamente bajas de desempleo, inflación declinante, altos niveles de ahorro e inversión y una situación externa muy saludable. Aún más, los avances logrados son percibidos como sostenibles, y las perspectivas a futuro son favorables. En este sentido, se torna de la mayor importancia asegurar que este proceso continúe dándose en un contexto de bases sólidas y de inflación decreciente en el tiempo, de modo de asegurar que estas positivas perspectivas se concreten. Por lo anterior, el Banco Central reitera su firme compromiso con el objetivo de la reducción y estabilización definitiva de la tasa de inflación a niveles comparables con los de las economías firmes en el mundo.

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