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La ciudad del Sol


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2012  •  Ensayo  •  1.170 Palabras (5 Páginas)  •  540 Visitas

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Instituto Politécnico Nacional

Resumen del libro

“La ciudad del Sol”

Materia: Desarrollo del capitalismo en América y Asia del S. XVI al XVIII

Profesor: Pérez González Héctor

Jessica Valencia Cruz

Torres Hernández Adolfo

En el ideal de La ciudad del Sol tienen gran importancia las técnicas mágicas y astrológicas.

La utopía política de La ciudad del Sol fue expuesta por Campanella a través de un diálogo entre personajes ficticios. Para que hable de los ordenamientos perfectos vigentes en la fabulosa ciudad del Sol (situada en la isla Trapobana, la moderna Ceylán), el autor presenta a un almirante genovés que acaba de dar la vuelta a la tierra; su interlocutor es un gran Maestre de la Orden de los Hospitalarios. Obligado a tomar tierra en Trapobana, el almirante es conducido a la ciudad del Sol, erigida sobre una empinada colina y ceñida por siete círculos de murallas que van disminuyendo de altura, extremadamente fortificados y casi inexpugnables, cada uno consagrado a uno de los siete planetas. Un admirable templo consagrado al Sol se alza en la cúspide del monte.

El supremo rector de la ciudad es un sacerdote a quien los habitantes llaman Hoh, y que en nuestra lengua se llamaría Metafísico. Es asistido por otros jefes, Pon, Sin y Mor, a quienes nosotros llamaríamos Potencia, Sabiduría y Amor. De estos tres, el primero tiene el mando de todo el cuerpo militar; el segundo la dirección de los estudios; éste, por orden admirable, ha mandado decorar las paredes con pinturas que representan todas las ciencias para que cada cual pueda tener, prontamente, una imagen práctica de ellas, y desde niño, guiado por los maestros, comience a aprenderlas en forma de agradable pasatiempo; el tercer magistrado, Mor, preside la generación y la puericultura.

Los habitantes solares viven una vida conforme a la filosofía, únicamente sometida a los dictados de la razón, en conformidad con los cuales han acordado adoptar la comunidad de todos los bienes; en efecto, la propiedad, al originar el amor propio, es ruinosa para la comunidad. Aquí, en cambio, cada cual acepta alegremente sus propias misiones; no existen amos ni criados, sino que todos trabajan por la común prosperidad. Los dormitorios y las mesas son comunes y todos visten de la misma manera, cambiando, según las estaciones del año, cuatro diferentes vestidos cuyas hechuras son minuciosamente descritas. Todos siguen las prescripciones de un médico a propósito.

Para impedir cualquier discordia están los magistrados, que, en número y nombre, corresponden a las virtudes, y son elegidos por los triunviros Pon, Sin y Mor, según su idoneidad para los diversos oficios. A la dignidad de Hoh nadie puede aspirar si no posee conocimientos vastísimos de todas las ciencias, en especial de las metafísicas y teológicas; en Hoh, efectivamente, debe estar incorporada una inmensa pero orgánica sabiduría; para esto es menester que posea mucho talento, el cual, en su múltiple capacidad, resulte apto también para el dominio político.

Para obtener el mejoramiento, no sólo moral sino también físico de la raza, los habitantes solares cuidan la generación; las mujeres no pueden engendrar antes de los diecinueve años, ni los hombres antes de los veinte. Los funcionarios tienen el encargo de combinar las parejas de manera que den el mejor resultado. El acto de la generación adquiere el carácter de un verdadero rito religioso al cual los escogidos se preparan con oraciones y abstinencias. La mujer que resulta estéril se convierte en absolutamente común

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