La otra cara de la publicidad

La otra cara de la publicidad. 

Una de las industrias que mueve una gran cantidad de dinero a nivel mundial y que se considera de las más competitivas, exigentes y cambiantes es la publicidad y el marketing, tanto así que se busca sobreponer estas características a sus trabajadores que en muchas ocasiones se ven obligados a estar presentes extensas jornadas laborales de las que llegan a hacer parte los fines de semana, en donde es notable que se difumina la línea divisoria entre vida laboral y personal. Desde la llegada de las nuevas tecnologías la velocidad en que se produce y se consume la publicidad va en aumento y de esta manera las empresas requieren que sus empleados se adecuen a ella sin tener en cuenta que esto hace que el entorno laboral sea poco saludable y agotador, generando que se desgaste la salud mental y física incluso resultando como alternativa la búsqueda de otro trabajo. Debido al carácter demandante de la industria ¿qué consecuencias podrían llegar a reflejarse en las personas que hacen parte de ella y en el futuro de esta? Como respuesta a lo anterior quiero abarcar los tres siguientes puntos:    

Prácticas intrusivas. 

Las agencias de publicidad a menudo son conocidas por ser entornos estresantes debido a que se ha acostumbrado a seguir prácticas que podríamos llamar intrusivas, como por el ejemplo, estar disponible casi que en todo momento fuera del horario laboral como vacaciones, fines de semana o a altas horas en la madrugada, que se perciba como admirable a la persona que se dedica absolutamente al trabajo y que prácticamente no se tenga vida social pues más entregado y comprometido con su trabajo es, o por el contrario que sea mal visto irse temprano (hora en que termina el horario laboral) porque sería visto como alguien que no tiene trabajo, creando así presiones y juicios entre los mismos compañeros de trabajo. Una de las prácticas en que considero que se debería hacer énfasis es la de estar disponible o conectado con la empresa en todo momento sin importar donde o que se esté haciendo, aquí hago uso de una frase representa muy bien lo anterior que dice “Mi tiempo es mi tiempo, pero tu tiempo es mi tiempo” es casi como si las empresas se apropiaran del tiempo de sus empleados al demandar estar atentos a correos que llegan los fines de semana o a responder su celular sin importar si es el cumpleaños de un familiar, pero cuando es el empleado quien necesita tiempo para su familia o algún otro motivo casi siempre hay una campaña, lanzamiento o cualquier otra cosa que no da espera. Muchas de estas prácticas que se ven como costumbres en las agencias es lo que hace que la industrial tenga una alta rotación de personal lo que se podría catalogar como algo perjudicial si lo vemos desde las perdidas tanto de tiempo, de capacitación y de recursos de las empresas.

Salud mental y física. 

La OMS ha realizado estudios que evidencian que el exceso de trabajo trae problemas graves en la salud (BBC News Mundo, 2021) y que están siendo fuente de preocupación en la industria de la publicidad entre ellos está el Síndrome de Burnout que se traduce como agotamiento y en eso consiste, en un desgaste mental, emocional y físico que está usualmente relacionado con estrés laboral y el exceso de trabajo, por lo mismo, podemos relacionarlo con las actividades de los publicistas a quienes se les asigna una carga laboral agobiante debido a los altas exigencias en cuanto a tiempo, creatividad y calidad de los productos que se entregan y a las demandas/correcciones por parte de los clientes que cada vez están más presentes en la realización de proyectos. También está la competencia, la necesidad de demostrar sus habilidades para destacar en el entorno laboral y el afán por sacar proyectos casi que mecánica lo que ocasiona un batido de situaciones estresantes que resultan en muchas ocasiones en ansiedad, problemas gástricos, cardiovasculares, insomnio, Síndrome de Burnout, entre otros.

Drogas, nootrópicos.  

Para llevar el ritmo apresurado de la industria y poder responder a las demandas cognitivas y de tiempo se dice que los publicistas consumen drogas que alteran la consciencia ayudándoles con su búsqueda de la creatividad y para mejorar su rendimiento,  pero ¿esto no sería contraproducente? pues existe una alta probabilidad de depender de dicha sustancia, y generar otros efectos que no solamente le afectarían en el ámbito laboral sino en la vida cotidiana poniendo en riesgo su trabajo, su salud y vida personal consecuencias no previstas en el momento de iniciar el consumo. Nuevamente quiero volver al tema de la competencia, cada día que pasa el mundo se vuelve más competitivo y con ello se va aumentando la necesidad de que de alguna manera nuestras habilidades cognitivas sigan el paso y para ello se han estado usando las conocidas como “Smart drugs”, nootrópicos o potenciadores cerebrales con el fin de mejorar las funciones cognitivas a partir de sustancias naturales para combatir el agotamiento por exceso de trabajo y llegar a ser trabajadores más productivos (Jiménez, 2017), casi como si fuera un combustible que impulsará a las máquinas a seguir produciendo porque eso es lo que se nos pide, o es el ideal al que se quiere alcanzar, trabajadores con mejores rendimientos, más concentrados, y productivos, y si el tomar una pastilla en la mañana les brinda eso muchas personas lo van usar con el fin de permanecer activo en la competencia que se mantiene por detrás de las persianas en la publicidad, muchas veces sin tener en cuenta que aún no hay estudios en donde se evidencie que el uso de estos impulsores mentales no tengan efectos secundarios riesgosos o que generen un alto grado de dependencia, pues cada vez nos enfocamos más en el ahora.  

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