Linea de tiempo gestión del conocimiento SECCIÓN II
Enviado por Marlen Fonseca Vigoya • 13 de Marzo de 2018 • Síntesis • 1.957 Palabras (8 Páginas) • 100 Visitas
SECCIÓN II
REFERENTE TEÓRICO
Hablar de una teoría del conocimiento es referirse como lo expresa Atehortúa (2011), a “los procesos a través de los cuales los seres humanos exploramos nuestro entorno para tratar de entenderlo, construir interpretaciones útiles de ese entendimiento y, finalmente, hacer uso productivo de él”. (p.1). En este orden de ideas establecer una base teórica adecuada para esta investigación, requiere la revisión de la evolución y desarrollo de la teoría del conocimiento orientada a las organizaciones, los estudios desarrollados con anterioridad a la investigación y las teorías que servirán de base para el desarrollo de la misma.
Momento Histórico
Internarse en el tema de generación de conocimiento requiere la revisión previa de conceptos tan antiguos como el mismo hombre y que poco a poco han evolucionado en las organizaciones.
Se generó conocimiento desde el momento en que el hombre empezó a abstraer del mundo ideas, que acuñadas entre sí fueron generando invenciones, que han permitido la evolución de las organizaciones sociales hasta nuestros días.
Hacer un recuento del estudio formal del conocimiento humano, requiere revisar las diversas etapas de la historia, o como las llama Sanguineti (2005), líneas históricas.
Los primeros indicios del estudio del conocimiento se da en la filosofía griega; los filósofos como Protágoras, Platón y Aristóteles diferenciaron dos tipos de conocimiento: la doxa y la episteme. Como doxa se consideraba el conocimiento vulgar u ordinario no sometido a una reflexión crítica, la episteme se denominaba conocimiento reflexivo elaborado con rigor.
Según Fuentes (2009), Aristóteles (384-322 a.c.), es quien comienza a ver el conocimiento como: “una adquisición vía directa, mediante la abstracción, o de forma indirecta deduciendo nuevos datos de aquellos ya sabidos, mediante las reglas de lógica”. Aristóteles, en su obra Metafísica distingue tres tipos de saber: el saber productivo, el saber práctico y el saber contemplativo o teórico.
El saber productivo (episteme poietiké) tiene por objeto la producción o fabricación, el saber técnico. El saber practico (episteme praktiké) remite a la capacidad de ordenar racionalmente la conducta tanto pública como privada. El saber contemplativo (episteme theoretiké) no responde a ningún tipo de interés, ni productivo no práctico, y representa la forma de conocimiento más elevado, que conduce a la sabiduría. (Valhondo, 2010).
El periodo medieval se caracterizó por el fortalecimiento de tres corrientes religiosas monoteístas, Judaísmo, Cristianismos e Islamismo, influyendo en los filósofos de la época, quienes “añadieron el conocimiento de fe en la revelación, que se coloca por encima del saber racional” (Sanguineti, 2005, p. 16).
En esta época surgió el movimiento teológico filosófico denominado escolástico, quienes hacia el siglo XVII, empezaron a utilizar el término de gnoseología para “determinar en sentido general el estudio del conocimiento, diferenciándolo epistemología como la disciplina que estudia los fundamentos de verdad que hacen objetivo el conocimiento.” (Ferrater, 2006, p. 746). Hoy en día, algunos autores diferencian claramente los dos conceptos, otros usan las dos palabras indistintamente, ya que etimológicamente ambas significan lo mismo, teoría del conocimiento.
En la época moderna la visión del conocimiento pasó de ser teocéntrica a antropocéntrica, se volvió al individuo mirándolo desde dos puntos de vista como ser sensible (empirismo) y como ser racional (racionalismo). (Valhondo, 2010).
El empirismo, dice Sanguineti (2005), “es el estudio del origen de nuestras ideas a partir de sensaciones elementales”. Sir Francisco Bacon (1561-1626) es considerado el primer empirista, se propuso reorganizar el método de estudio, a lo cual llamo experiencia metódica: método para descubrir las verdades rectoras de los fenómenos. Consistía en observar los hechos para verificarlos como producto de la experiencia, clasificarlos, y por ultimo razonarlos pasando de lo particular a lo general, desarrollando así el método inductivo. (Valhondo, 2010).
Entre los muchos filósofos que siguieron a Bacon y su corriente empirista, sobresale David Hume (1711-1776), quien señalo los límites del conocimiento y advirtió la imposibilidad de una fundamentación última de conocimiento humano. (ob. cit.). Para Atehortúa (2011), el establecimiento de relaciones es el método de conocimiento que estableció Hume; conocer es analizar las relaciones entre entidades de la naturaleza, para lo cual hay siete tipos de relaciones básicas: semejanza, identidad, tiempo, lugar, proporción en cantidad o número, grados de calidad, contrariedad y causalidad. Hoy este tipo de relaciones son las usuales para el análisis de datos en la producción de conocimiento. (p. 4).
El representante por excelencia del racionalismo es el francés Rene Descartes (1596-1650), célebre por su frase “cogito ergo sum” pienso, luego existo. Esta corriente sostiene que la fuente del conocimiento es la razón, rechaza la idea que el conocimiento lo obtengamos a través de los sentidos, ya que estos nos engañan, el conocimiento es innato, nacemos con él, solo debemos recordarlo. (Sanguineti, 2005). La deducción es el método de los racionalistas para llegar al conocimiento. Como buen matemático Descartes consideraba que el conocimiento parte de unas primeras ideas y principios que desarrollan en forma lógica-racional.
En la época de la ilustración, surge la idea de la razón como liberadora del hombre del sin número de problemas que lo agobian, y con ella la escuela filosófica el idealismo alemán, liderada por el prusiano Immanuel Kant (1724-1804).
Kant en su obra crítica de la razón pura argumenta; que aunque todo conocimiento humano comienza con la experiencia, no todo se origina en ella. El conocimiento está compuesto por lo que recibimos por medio de las impresiones, y lo que nuestra propia facultad de conocer proporciona por sí misma. (ob.cit. p. 112, 2006).
En apariencia, dice Athortúa (2011), Kant pareciera estar conciliando las posturas de Descartes y Hume, pero en realidad lo que pretende es realzar la prevalencia del sujeto cognoscente, mente humana, sobre el objeto cognoscible, la naturaleza.
Posterior a Kant, los filósofos alemanes Karl Marx (1818-1883) y Frederich Engels (1820-1895) desarrollaron la corriente filosófica materialismo dialectico, en oposición al idealismo. Para el materialismo dialéctico la existencia del mundo material no de pende de que el hombre lo haga consciente o no, las ideas se originan en ese mundo material y en las relaciones que el hombre establece con él. El mundo material está en permanente cambio, por lo tanto el conocimiento que los seres humanos tienen de él es temporal, incompleto y nunca llega a verdades absolutas o definitivas. (Athortúa, 2011, pp. 5)
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