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Los productos ecológicos van tomando impulso y América Latina puede tener un espacio para el desarrollo socioeconómico.

Según un estudio realizado por la Unión Europea (UE) y difundido por Procomer (Costa Rica), el 78% de los consumidores de los 28 estados miembros estarían dispuestos a pagar más por productos ecológicos.

La UE es el segundo socio comercial de la región. El intercambio de bienes entre ambas partes se duplicó en la última década, hasta alcanzar el 6,3% del comercio total de la UE y el 13% del comercio de Latinoamérica y el Caribe.

El mercado europeo representa más de 11.000 millones de euros, es decir, el 48% del comercio mundial.

Entre los países latinoamericanos, México es uno de sus mayores socios comerciales, después de Brasil. El país norteamericano exporta a la UE productos orgánicos como café y miel, con grandes posibilidades de aumentar las ganancias por la demanda y los precios que los consumidores europeos están dispuestos a pagar por los productos orgánicos.

Actualmente Argentina, Brasil, Costa Rica, Honduras, Perú y Uruguay proveen el mercado interno con productos de este tipo, sin embargo el rango de productos en oferta es reducido por la dificultad de adquirirlos en grandes cantidades.

A pesar de esa dificultad, el mercado de exportación continúa siendo el principal destino de la producción orgánica latinoamericana, según explica el informe de la UE.

Entre los productos, se destaca el potencial del café, plátano, azúcar, cereales, plantas medicinales, chiles y especies, flores, alimentos procesados como salsas picantes, tortillas, alfajores, dulces, artículos de tocador, artesanías, materiales eléctricos y servicios.

La Comisión Europea impulsa la creación del mercado único de los productos orgánicos con el propósito de brindar a los consumidores, las empresas y a los inversores información confiable que favorezca el crecimiento del sector.

Los países latinoamericanos tienen gran potencial exportador en ese sentido. En el proceso de cambios que vienen ocurriendo se genera una reconfiguración del contexto económico internacional, evidenciando el potencial de América Latina para convertirse en un socio estratégico de la UE.

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