Más allá de la bomba.

Más allá de la bomba.

Vivimos en una época en la que la violencia es cada ves más común pero menos aceptada porque, haciendo alusión a Foucault, “el poder esta en todas partes” y la necesidad  de países de tenerlo lleva al odio a distintos Estados o religiones, donde siempre existirá un subordinadolo que hace que los conflictos bélicos y religiosos incrementen, lo que conlleva un gasto económico a las naciones afectadas, por lo tanto la economía de dicho país baja por el paro industrial y la inactividad productiva.

Según el periódico El País esto ocasiona un bajo rendimiento en las compañías nacionales perdidas económicas y una devaluación en el valor de las empresas, por lo que los accionistas, ya sean mayoristas y minoristas, retiran sus inversiones hechas a lo largo del año, lo que da paso a una caída en la bolsa en masa.CapítuloCapítuloCapítulo^[1]

En el último año los ataques terroristas o grandes desastres naturales de Europa han afectado gravemente la economía de dicho continente, provocando que los inversionistas de las diferentes bolsas retiren su capital y su confianza, lo que crea grandes pérdidas económicas a millones de personas. “Las caídas en renta variable suceden porque los inversionistas no saben las medidas que pueden tomar los gobiernos. Se convierte en un tema caótico, las bolsas empiezan a bajar y los inversionistas se van a activos más seguros”, comentó el director de operaciones de CM Derivados, Julio Chauvet. ^[2]

Principalmente un ataque terrorista, como el 11-M de Madrid (donde a las 7:39, tres mochilas-bombas hicieron explosión en un tren que entraba en la estación de Atocha de Madrid y luego  le siguieron cuatro bombas más en un tren situado en la calle Téllez) crea una baja en la riqueza del país, por el destrozo de la infraestructura y pérdida de vidas humanas, las cuales eran parte de un ciclo laboral e importantes en los recursos humanos de las empresas.^[3]

Fuente: Biblioteca de la Universidad Complutense[pic 1]

En este gráfico podemos ver hora por hora, dentro del día del suceso, cómo la volatilidad fue incrementando dependiendo de la situación que fuera ocurriendo y se puede observar cómo la bolsa de España tuvo un desplome el mismo día del atentado.

Además de las pérdidas económicas y de infraestructura, un ataque terrorista de esta magnitud tiene un efecto general y muy grave sobre la seguridad y confianza de los ciudadanos, por lo que sus estándares y expectativas de consumir y de invertir bajan de una forma extraordinaria ya que el incidente les hace tomar decisiones con más preocupación por el miedo que se está viviendo día a día.

El máximo enemigo de los inversionistas y los evaluadores económicos es la incertidumbre que se experimenta en el momento que la catástrofe ha pasado y no se sabe la probabilidad mínima de que un acontecimiento parecido vuelva a ocurrir ya que no solo afecta la economía, sino las vidas de las personas.^[4]

Además de la caída temporal de las cotizaciones bursátiles, las empresas especialmente hoteleras, de turismo, ocio y de seguros son afectadas, por lo que su cotización también, ya que los usuarios cancelan sus servicios por temor a otro ataque.

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