Nokia: razones de una decadencia que pudo evitarse

Nokia: razones de una decadencia que pudo evitarse

A todos nos sorprendió la venta de Nokia a Microsoft en el 2013. Más aún cuando esta gigantesca compañía finlandesa, tan solo 6 años antes, había logrado convertirse en el líder de ventas de teléfonos móviles, al concentrar más del 40% de las ventas totales de estos equipos en el mundo. Algo muy extraño había pasado durante esos años. Resulta inconcebible que un gigante caiga tan fácilmente. ¿Qué es lo que sucedió realmente al interior de Nokia?

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EL CAMBIO DE TIMÓN

En el 2010 asume como consejero delegado de Nokia (o CEO) Stephen Elop, un destacado ejecutivo que había logrado resultados formidables con Microsoft años atrás. Precisamente, esa experiencia compartida con Microsoft posibilitaría que Elop indujera, de una manera u otra, al consejo administrativo de Nokia a transar con Microsoft en la comercialización de las nuevas plataformas telefónicas.

Elop se percató a poco de iniciar su mandato en Nokia que algo no marchaba bien en el mundo de la telefonía móvil. La gente ya no quería los celulares tradicionales, estaban decantándose por las nuevas tecnologías introducidas por Apple o Samsung. Elop se encontraba en una encrucijada: o mantener el negocio de los celulares tal como estaba o dar un salto hacia el vacío con un paracaídas. Eligió la segunda opción, la mejor después de todo. El problema es que no eligió bien el punto de impacto.

UNA ELECCIÓN FATÍDICA

Eran los tiempos de los primeros iPhone, del Samsung Galaxy, del Android, y de los Smartphones que imitaban a estas tecnologías. Nokia tenía que estar a la par. La posibilidad de incluir las aplicaciones de Android apareció en la ventana de oportunidades de Nokia. La empresa finlandesa se negó a tal opción. ¿El pretexto? Que llevar el sistema operativo Android en los celulares Nokia obligaría a la empresa a incluir las aplicaciones de Google.

Sin embargo, todo era una pantomima que escondía muy bien lo que se cocinaba detrás del escenario mediático. La verdad es que Elop había logrado que Microsoft prometiera pagar una cifra escandalosa a favor de la empresa para que ésta utilizara el novedoso sistema operativo Windows, creado por aquellos años por Microsoft para los teléfonos celulares. Después de algunos años, ya sabemos de sobra cuál fue el resultado de esa apuesta de Microsoft: un total fiasco.

La elección puso al borde del abismo a Nokia. Los celulares no se vendían. A nadie le interesaba conseguir un celular inteligente con ese sistema operativo tan anticuado y poco atrayente. Las ventas se desplomaron. El financista inicial de la propuesta, Microsoft, terminó absorbiendo a su entonces socio, Nokia, el año pasado. Fin de la historia.

UNA LECCIÓN POR APRENDER

La experiencia de Nokia de pasar a ser el líder de

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