ONG Cuento De Adas Y Negocio Redondo
Enviado por Hector • 10 de Marzo de 2013 • 3.346 Palabras (14 Páginas) • 761 Visitas
Cuentos de hadas y negocio redondo.
¿USTED NO TIENE AUN SU ONG?
Domingo 18 de noviembre de 2007
El siguiente documento no me pertenece. Alguien, muy bien informado, lo confeccionó por alguna razón que desconozco. Sin embargo, bien vale la pena revisarlo concienzudamente. Si sólo el 10% de lo que allí se afirma con no poco humor, mucha sátira y bastante precisión, es cierto, estaríamos adentrándonos a un mundo estafador y esquilmador de dineros y de buenas voluntades. La historia peruana reconoce impostaciones y falsías institucionales monstruosas y añejas. González Prada llegó a afirmar: esto no es república, es mojiganga. ¿Estaremos frente a un engaño masivo que tiene sus fuentes de financiación en el imperialismo norteño y sus correas de transmisión en cientos de instituciones que se prestan al dúctil juego de fabricar países-reservas de recursos, esclavizados y serviles a las luchas ajenas contra el narcotráfico, el terrorismo internacional y la delincuencia, mientras que la pobreza nos sigue consumiendo y pudriendo? Cada quien saque su conclusión. ¿Hace buen tiempo ya alcancé la mía y así voy a exponerlo. ¿Se atreverá a graznar alguien de la rabanería caviar pro-yanqui y chilenófila?
¿Usted todavía no tiene su ONG?
Contenido
1. Cuentos de hadas
2. Primer paso: cómo crear una ONG
3. Segundo paso: los discursos
4. Tercer paso: relaciones públicas
4.1 Objetivos del director
4.2 Recomendaciones básicas
4.3 Algunos riesgos
5. Cuarto paso: propuesta de financiamiento
5.1 Las visitas de campo
5.2 Redacción de propuestas y operatividad
5.3 Manejos del presupuesto
6 Conclusiones: desarrollo es negocio
¿Usted todavía no tiene su ONG? ¿no tiene una funcación sin fines de lucro y con personería jurídica? ¿No? Entonces usted está en nada. Hoy un profesional que no disponga de uno de estos engendros legales del último cuarto de siglo es un desubicado, una persona sin imaginación, sin sentido de la oportunidad. Olvídese de su carrera. Póngase a vender lotería, golosinas o lapiceros en algún semáforo o hágase escritor, tragafuego o mariachi.
Hace treinta años un profesional recién graduado de las ciencias sociales o humanas tenía algunas opciones de trabajo. Podía conseguirse un puesto en algún ministerio o aprovechar sus relaciones con el movimiento estudiantil para botar a un viejo profesor y conseguirse una cátedra en la universidad. Si su papá lo apoyaba, podía levantar un negocio como una fábrica de fideos, por ejemplo. O, si le gustaban las películas de acción y la disciplina, podía hacerse militar, policía o elaborar un marco teórico para la lucha armada. Por último, podría ir a lavar platos a Los Angeles o a Nueva York.
Hoy las cosas cambiaron. Las empresas con perspectivas no quieren sociólogos izquierdosos sino gente que sepa hacer algo comerciable y que hable inglés perfecto. Hoy, poner negocio propio es jugarse los ahorros familiares. Los guerrilleros quieren ser diputados o senadores. Para lavar platos en Los Angeles hay que tener un doctorado tercermundista; y en Europa a los latinoamericanos los tratan peor que a los palestinos de Arafat.
No se engañe colega, el negocio de los 90 y 2000 y en adelante ¡son las ONGs! A los que perdieron el tiempo estudiando filosofía, ciencias sociales, historia, relaciones internacionales, letras, pedagogía, ecología y esas cosas que no sirven para vender pollo frito, no les queda otra cosa que una buena ONG. ¿Usted sabe lo que es un organismo internacional? ¿No? ¿No ve lo que le digo? ¿Para qué se pasó seis años en la universidad? ¿qué le enseñaron? ¡Seguro que le hablaron de plusvalía, los movimientos sociales, el subconciente colectivo y los derechos humanos?
Los organismos internacionales funcionan en edificios de Washington, Nueva York, París o Roma. Por allí transitan decenas de miles de burócratas que ganan en un mes lo que un profesional latinoamericano sueña con ganar en un año.
1) Cuentos de hadas
Para entender lo que es una ONG, es esencial entender lo que es un Proyecto. Es algo estructuralmente similar a un cuento de hadas. Cenicienta tiene problemas: se le muere la madre, luego el padre, la adopta una madrastra perversa con hijas malas e infames. Cenicienta tiene amigos humildes y simpáticos, pajaritos y ratones. Cenicienta quiere ir al baile del Príncipe y no puede. Viene el Hada Madrina y le facilita las gestiones y le da recursos. Cenicienta va al baile. El príncipe se enamora, surgen nuevos problemas, pero al final se casan, son felices y los pajaritos cantan y los ratoncitos bailan. Los proyectos son algo por el estilo.
Problemas terribles aquejan a personas lindas, honestas y humildes. Algunos amigos de estos desposeídos ignorados por el capitalismo quieren ayudarles pero no pueden, no tienen con qué. Viene el funcionario internacional y descubre la solución y con su magia para conseguir recursos, lo soluciona todo. Ese es el cuento.
Bueno, las ONGs son algo así como los ratoncitos y los pajaritos, son las que tratan de ayudar a los humildes simpáticos a ser felices y al Hada Madrina a realizar sus nobles objetivos.
Está claro, ¿no? Cuento de Hadas=Proyecto; Cenicienta=Pobres=Beneficiarios; Hada Madrina=Funcionarios de organismo internacional; Ratoncitos=ONGs; Carroza voladora=Recursos financieros; Casamiento con el Príncipe=Desarrollo sostenible. La diferencia es que en el mundo de la realidad verdadera que no miente, los Ratoncitos y los Pajaritos son los únicos que se casan con el Príncipe y las ONGs son las que alcanzan su propio Auto Desarrollo Autosostenible.
Para triunfar en los 2000 hay que entender el sutil encanto de los Proyectos y sus sensuales relaciones con las ONGs. Esta es la clave del asunto, así que preste mucha atención.
Todo Proyecto de un organismo internacional necesita una Contraparte, es decir de alguien suficientemente motivado por el lucro, y la ingenuidad como para hacerse cargo de los planes mentalizados por los expertos, consultores y funcionarios. Hasta hace algunos años las Financieras se entroncaban exclusivamente con los burócratas del Reino donde vivía Cenicienta: con el ministro, el sub-secretario o el director del aparato estatal. Estos eran los únicos autorizados a repartirse el mágico pastel de recursos que hacían aparecer las Hadas Madrinas de las financieras. Así funcionaron las cosas durante algún tiempo. Pero, como siempre, existieron más funcionarios que ministerios y subsecretarías y hubo que institucionalizar las elecciones.
Esto es algo que ningún politólogo se ha arriesgado a afirmar, en sus disertaciones y monografías o talleres. Las elecciones son un mecanismo
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