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Organización Del Siglo XXI


Enviado por   •  1 de Mayo de 2013  •  2.727 Palabras (11 Páginas)  •  507 Visitas

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Las organizaciones del siglo XXI, una visión estratégica

José Luis Orozco Mtnz : jlorozco@iteso.mx

Coordinador de la Maestría en Mercadotecnia Global

Hasta principios de los setenta el mundo experimentaba un sentimiento general de seguridad respecto al futuro, pese a las amenazas reales o imaginarias de la guerra fría. Los cambios que se sucedían eran tan lentos y predecibles que se podían anticipar con suficiente tiempo y los países, las organizaciones e incluso las personas podían maniobrar con relativa facilidad. El dominio, en casi todos los campos, de Estados Unidos, marcaba la pauta y aunque algunos países amenazaban con una incipiente competencia, la ventaja que llevaban los estadounidenses era demasiada como para pensar en que los alcanzarían. En un esfuerzo para mantener el liderazgo, principalmente sobre la antigua URSS, los Estados Unidos mantuvieron una política basada en la ayuda al resto del mundo para promover su despegue económico y mantenerlos fuera de la tentación comunista de la URSS, pero sin visualizar en el largo plazo lo que ocurriría si algunos de estos países realmente alcanzaban la prosperidad económica.

Sin embargo ocurrió lo inesperado. Por un lado, hacia finales de los setenta, algunos países, principalmente Japón y Alemania, no solo amenazaban la hegemonía de los estadounidenses, sino en algunos campos, los rebasaron tranquilamente; por otra parte, a principios de los noventa, la URSS dio un giro dramático casi de la noche a la mañana y terminó por desintegrarse, desapareciendo del mapa mundial y con ello cambiaron radicalmente las expectativas de la humanidad respecto a su propio futuro.

Paradójicamente, esos cambios en lugar de apoyar la sensación de seguridad, al desaparecer las amenazas y aumentar la prosperidad, contribuyeron a ir creando un sentimiento de inseguridad, tanto en países como en organizaciones y personas. Si un golpe de mazo al muro de Berlín acabó con la segunda potencia del mundo, con todo y su poderío militar, ¿qué pueden esperar los demás países?. Si damos un vistazo a las empresas que conforman la lista de los últimos 30 años de Fortune 500, encontraremos que un tercio de ellas desaparecieron siete años después de que salieron publicadas. Si estas mega-organizaciones cayeron como castillos de naipes, ¿qué pasará con la mía y con mi empleo?

A lo largo de estos años, han ocurrido cambios importantes totalmente impredecibles. Hace tres decenios, nuestra vida y nuestra sociedad estaban unidas por poderosas instituciones, como el gobierno, la ley, el sistema educativo, la iglesia, la familia etc., y mantenerse dentro de ellas, nos daba esa sensación de seguridad ya que no solo eran respetadas sino fortalecidas por los individuos. Pero con el paso de los años, algunas de esas antiguas fuentes de autoridad se han erosionado debido a las nuevas tecnologías e ideologías, que han trasladado el poder de manera irreversible de la institución al individuo.

Hasta el mismo sistema económico que prometía progreso y prosperidad ha demostrado que se sostiene más por la inercia que por sus resultados. La mayoría de los expertos se preguntan ¿hacia donde nos está llevando el neoliberalismo? ¿Por qué nos afanamos en llegar a ese lugar que está desmoronando nuestras vidas, nuestras sociedades, nuestro medio ambiente y a nosotros mismos?

Debido a todo esto, de ahora en adelante vislumbraremos un mundo de caos e inseguridad, lleno de numerosos cambios que no sabemos hacia donde nos llevan. En estas circunstancias sería impensable y hasta suicida el dejarse llevar al futuro por el "piloto automático". Estamos, probablemente en el fin del paradigma industrial e indudablemente en el fin de la era de la posguerra, pero ¿es el final del camino o hay algo más allá?.

El conjunto parece ser caótico, pero caos tal vez no sea la palabra justa para describirlo. Desde el punto de vista científico, el caos no es caótico. "De hecho, el caos explica que hay una razón, una estructura subyacente en todas las cosas y que existen razones para que se produzcan determinadas situaciones. Pero también espacios en las razones, por lo cual se puede realmente actuar en el resultado final de las cosas."

Para poder encontrar cierto sentido de cohesión en el futuro, debemos tratar de entender cómo va a ser éste, y cómo sería nuestra vida, nuestros países y nuestras organizaciones en ese futuro. De otra forma estaríamos navegando con una brújula que no señala el norte, por la simple razón que el norte ya no está donde solía estar y cada día aparece en diferente dirección.

Doblar la esquina hacia un nuevo siglo invita a hacer una evaluación de dónde hemos estado y cómo hemos llegado hasta aquí. Probablemente la pregunta más importante sea: ¿cómo vemos el futuro?. ¿Será el mismo juego con las mismas reglas, el mismo juego con nuevas reglas o un juego nuevo?. El futuro implicará la transformación de la sociedad global en todos los niveles. Ahora tratemos de identificar y describir qué tendencias globales, las implicaciones de estas tendencias y cómo y dónde ocurrirá la transformación.

Un vistazo del futuro es posible si podemos discernir qué líneas de tendencia analizar y extender hacia el mañana. Por supuesto que, aquellos que ven las tendencias, entienden las implicaciones y pueden predecir la dirección, tienen una ventaja estratégica importante sobre otros que fracasan al determinar la dirección apropiada. Esta observación es cierta para organizaciones, empresas, individuos y gobiernos.

Como los estafadores del cuento clásico de Hans Christian Andersen "El nuevo traje del emperador", quienes le venden al monarca un traje hecho de tela invisible que solamente los puros de mente pueden ver, algunos economistas han venido vendiendo, por mucho tiempo, pronósticos basados en teorías económicas invisibles, no probadas, que no son verificables, y que terminan por apoyar, más que a un sistema económico, a una serie de dogmas en los que creen sobre todas las cosas.

Existe una condición sine qua non para que exista la economía como ciencia y por lo tanto como una práctica. La existencia de los seres humanos (traten de imaginar la ley de la oferta y demanda sin los seres humanos). A diferencia de las leyes de la física, por ejemplo, que existen per se (un fruto de un árbol, va a caer cuando madure, aunque no esté Newton debajo del árbol para entenderlo y explicarlo), la economía (y todas las ciencias sociales), no existiría sin el ser humano, son positivas (no normativas) y están en función a los seres humanos.

El concepto de capital humano de Gary S. Becker, explica algo que los economistas de teorías normativas no habían podido aclarar tan rigurosamente. La riqueza no sólo reside en los bienes

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