Pensamiento marxista sobre la gestión pública y los modos de producción
Enviado por wrivasrengel • 9 de Junio de 2023 • Ensayo • 2.134 Palabras (9 Páginas) • 123 Visitas
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
EJE GEOPOLÍTICO REGIONAL HEROÍNA “JUANA LA AVANZADORA”
UBV SEDE MONAGAS
DOCTORADO EN CIENCIA PARA EL DESARROLLO ESTRATÉGICO
COORDINACIÓN DE PRODUCCIÓN Y RECREACIÓN DE SABERES
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UNIDAD CURRICULAR POLÍTICA Y GESTIÓN PÚBLICA
ENSAYO TEMA IV
PENSAMIENTO MARXISTA SOBRE LA GESTIÓN PÚBLICA
Y LOS MODOS DE PRODUCCIÓN
Tutor: |
Dr. Límber Salazar |
C.I. V- |
Autor: |
Lcdo. Espc. MSc. Willian Rivas |
C.I. V- 8367401 |
Maturín, 12 de mayo 2023
Muchos autores al referirse al desarrollo social de los pueblos, señalan que éste tiene que ver directamente con el desarrollo del capital humano y capital social en una sociedad, sin embargo, el término abarca además, otros aspectos importantes en la vida de los pueblos, tales como el progreso político, social y tecnológico de dicha sociedad.
Carlos Marx (1818 – 1883), filósofo y sociólogo alemán de origen judío, que influyó determinantemente en los movimientos obreros del s. XIX, señala que el desarrollo de los pueblos, tiene que ver con las relaciones sociales que los seres humanos mantienen entre sí, así como la posición que ocupan en la jerarquía social, ya sean dueños o no, de medios de producción.
Esta relación de producción, no puede ser vista como un hecho abstracto, sino que es un hecho real que se da en el desarrollo de la interrelación social, como un fenómeno concreto que nace de las determinaciones, a las que está sujeto cada individuo como ser social; tomando en cuenta la capacidad de producir de cada cual y las formas en las que éste participa en la relaciones sociales; de tal manera que, el hombre se ve condicionado e impulsado a afrontar situaciones difíciles para conquistar sus sueños.
Siempre han existido e inevitablemente, siempre existirán, clases sociales en las sociedades, que producen más riquezas de las que consumen, de tal manera que para producir este excedente, ellas establecen “modos de producción”; por lo tanto, producir suficiente riqueza para satisfacer las necesidades, se constituye en una exigencia vital. Pero como en toda relación social, también se tiende a engendrar desigualdades entre sus actores, en la medida en que cada uno de ellos, se esfuerza por ejercer sobre el otro, la mayor coacción posible, para obtener también de esta relación, la mayor retribución posible. Así que, cuando entran en juego estos factores de poder, comienza entonces la enajenación del sujeto, ya que éste se ve sometido a los designios de los grupos con mayor influencia de dominio, lo que trae como consecuencia, el surgimiento de las desigualdades sociales.
De allí que Marx sostiene, la existencia de dos clases sociales que han estado, a través de la historia, en un continuo enfrentamiento: La clase o grupo social que posee el capital o son dueños de los medios de producción (Capitalistas) y la clase obrera o grupo social poseedor únicamente de la fuerza de su trabajo (Proletariados), los cuales reciben salarios a cambio de un número de horas de trabajo, mientras que el patrono se queda con las ganancias (Plusvalía).
De esta manera la teoría marxista, se basa en dos conceptos fundamentales: Las Fuerzas Productivas y las Relaciones de Producción. Las fuerzas productivas, hace referencia a las personas que usan su fuerza de trabajo, es decir, que utilizan su cuerpo y su tiempo para trabajar; mientras que, las relaciones de producción se dan entre distintas fuerzas productivas, y que se organizan tomando en cuenta, la relación que se establece entre las personas, con los objetos de trabajo y las diferentes clases sociales.
Todo ese planteamiento, lleva a Marx, a señalar que existen a lo largo de la historia, diferente modos de producción. De manera cronológica desde los más antiguos hasta los más recientes, se pueden señalar los siguientes: Modo de Producción Primitivo, Modo de Producción Esclavista, Modo de Producción Feudal, Modo de Producción Capitalista y Modo de Producción Socialista.
Modo de Producción Primitivo: Es el primer modo de producción prehistórico, que también es conocido como comunismo primitivo, desde el Paleolítico hasta el Neolítico; era un modelo de producción limitado, con bajo nivel en su desarrollo, definido por las necesidades colectivas.
Modo de Producción Esclavista: Este modo estaba sostenido por la explotación de otros seres humanos, y su condición de propiedad, quienes entregan toda su fuerza de trabajo sin ningún beneficio a cambio.
Modo de Producción Feudal: Básicamente, se trata de un modelo de explotación agrícola, en donde los señores feudales se llevaban la mayor parte de la producción; más que los campesinos.
Modo de Producción Capitalista: Este modelo, se caracteriza por la propiedad privada, en donde la clase dominante son los comerciantes. Consiste en la explotación de la fuerza de trabajo del proletariado por parte de los burgueses, todo eso a cambio de un salario.
A este respecto del modo de producción capitalista, Bajoit (2014), señala lo siguiente:
El burgués tiene la posibilidad de ejercer un dominio social sobre el proletario porque dispone de los medios para impedirle todo control sobre los bienes y los servicios que produce con su trabajo, y en consecuencia, también sobre el excedente. ¿Cómo es posible esta apropiación? Mediante el concurso de dos medios de coacción: el del intercambio mercantil y el de la propiedad privada. El intercambio mercantil fija los precios gracias a la ley de la oferta y la demanda. El proletario es retribuido con un salario según el precio fijado por el mercado. Y el burgués, al ser propietario de todos los factores de producción, es también el propietario de los productos del trabajo. Por lo tanto, puede venderlos en el mercado de bienes y servicios. La suma de dinero que recibe por esta venta le permitirá, por una parte, reconstituir los factores de producción en vista de un nuevo ciclo y por otra parte, realizar en sus propias manos el excedente (la plusvalía). Esta plusvalía constituye el “salario” del burgués y, dado que él es su propietario, tiene el derecho de hacer con ella lo que quiera: puede reinvertirla para ampliar su empresa (lógica dirigente) o derrocharla en consumos de lujo (lógica dominante). Además, la propiedad privada está garantizada por la ley, la justicia y, en caso de necesidad, por la violencia represiva del Estado. (pp. 17-18)
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