Portafolios
Enviado por isaluna05 • 16 de Marzo de 2015 • 384 Palabras (2 Páginas) • 228 Visitas
En qué consisten las estrategias activas y pasivas de administración de portafolios? Presenten estadísticas que apoyen su explicación.
Dependiendo del tipo de inversionista, las estrategias de administración de portafolios pueden ser de dos tipos, activas o pasivas; si un inversionista conoce muy bien el mercado y piensa que no solo puede replicar el rendimiento de él, sino también superarlo sin muchas dificultades, lo más seguro es que tomará una posición activa para administrar su portafolio, que consiste básicamente en encontrar los momentos adecuados para realizar operaciones de compra y venta, y también de inversión. Estos inversionistas apoyan su perfil activo o sus pensamientos sobre el comportamiento del mercado, para tomar sus decisiones, con herramientas de pronóstico y de análisis de tendencias como el análisis técnico para deducir las señales de compra y venta de las acciones, el análisis fundamental para estudiar los comportamientos históricos de los precios de las empresas y/o los factores externos e internos que puedan afectar el precio o rendimiento de las acciones, etc. Las estrategias activas necesitan de una continua modificación de los montos o valores que se deseen comprar o vender en el portafolio para aprovechar la volatilidad de las acciones que lo conforman y así obtener rentabilidades; esto se hace con el fin de obtener una mejora continua de la rentabilidad acercándose cada vez más a la rentabilidad del mercado hasta poder superarla.
A la hora de decidirse por una estrategia activa o pasiva, el inversor ha de tener en cuenta que la gestión pasiva es más conservadora, en cuanto a rentabilidad y riesgo, y tiene un coste menor. La alternativa de la gestión activa es potencialmente más lucrativa, pero tiene un mayor riesgo y un alto coste, en base a las comisiones que se generan por los cambios en la composición de los activos.
Por supuesto se puede aplicar una estrategia mixta o, como ocurre en la mayor parte de las ocasiones, elegir entre una u otra en función de la volatilidad del mercado. Para mercados con poca volatilidad, la gestión activa suele ser poco efectiva ya que precisamente esas escasas oscilaciones no favorecen los cambios.
Los mercados donde sí hay mucha volatilidad nos permitirían maximizar la rentabilidad de nuestra inversión aplicando esa gestión activa, realizando los ajustes necesarios en la composición de nuestra cartera en función de esas oscilaciones
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