RESUMEN DEL TEXTO “UN CREATIVO, UN INNOVADOR Y UN EMPRENDEDOR”

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UNIVERSIDAD DE ATACAMA

SEDE VALLENAR

RESUMEN DEL TEXTO “UN CREATIVO, UN INNOVADOR Y UN EMPRENDEDOR”

Integrantes: Fabiola Aguirre

                    Shirley Barrios

                   Camila Cortés

26/Agosto/2020

Para diferenciar a un creativo, de un innovador y de un emprendedor debemos saber en primer lugar la definición de cada palabra. El creativo; es capaz de tener ideas nuevas, de ver las cosas de otro modo. El innovador, es capaz también de imaginar sus aplicaciones, de ver el lado práctico de una idea. El emprendedor es el que se atreve a ponerla en marcha y también es quien acepta el riesgo, Sin embargo, el creativo no suele tenerlo en cuenta.

Aunque no todos los creativos son innovadores, todas las personas capaces de innovar son también creativas. Dicho de otro modo, sin mentes creativas la innovación es imposible.

Las personas creativas e innovadoras, tienes ciertas características, como ser capaces de enfocar las cosas de otro modo, no suelen tener en cuenta los riesgos, son originales en sus planteamientos, normalmente son impulsivas, y poco conformistas. Sin embargo, las personas creativas, además de poder aportar ideas innovadoras, gustan de los problemas, de los desafíos, y disfrutan encontrando soluciones y son poco autoritarias.

Muchas empresas con presencia en sectores potencialmente creativos en sus procesos de selección valoran cualidades innovadoras. No obstante, en el resto de las empresas y sectores, a esas personas ni se las suele buscar ni promocionar, salvo excepciones, y son esas excepciones las que consiguen innovar.

Existen tipos de perfiles de personas, aunque ninguno es mejor que el otro y es necesario obtener todos para que un proyecto tenga éxito. Los gestores y las personas creativas no son perfiles compatibles, es por esta razón, que se debe mezclar lo mejor de ambos. La varilla capaz de agitar la mezcla de los dos elementos es la acción directiva, con un liderazgo bien orientado, y apoyado en una estructura empresarial. Se necesita contar con gente dentro y fuera capaz de aportar ideas. Eliminar el juicio apresurado y negativista de las propuestas innovadoras. Animar al emprendimiento interno, de modo que, además de tener ideas, se pueda llegar a delegar su desarrollo, asumiendo que se producirán fracasos. La capacidad de asumir los riesgos es una cualidad intrínseca del emprendedor, no genera ningún problema a los innovadores y no preocupa a los creativos. Si, estando todos presentes, no se genera la innovación, es que el miedo, siempre tan fácil de vender, ha terminado por imponerse. Miedo a plantear las ideas, a valorarlas, a ponerlas a prueba, o a todo ello al mismo tiempo. Y esa situación es la que debería causar verdadero terror, aunque cueste verlo a corto plazo. En pleno siglo XXI, para una organización empresarial, la consecuencia inevitable será su cierre.

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