RSC America Latina
Enviado por vnannig • 22 de Enero de 2014 • 3.053 Palabras (13 Páginas) • 288 Visitas
Responsabilidad Social Corporativa (RSC).
Una agenda para América Latina
Corporate Social Responsibility (CSR).
An Agenda for Latin America
Bernardo Kliksberg
rsc america
En una América Latina fuertemente afectada por la crisis, la RSC se plantea como una herramienta fundamental para el desarrollo
de la región, especialmente si se realiza en conjunción con las políticas públicas. Sin embargo, el avance en RSC requiere de
un cambio de enfoque respecto al rol de la empresa en la sociedad que obliga a la superación de las concepciones narcisista y
filantrópica, así como al desarrollo de programas formativos adecuados.
Palabras clave: Responsabilidad Social Corporativa (RSC), Gestión empresarial, América Latina, Desarrollo
Corporate social responsibility (CSR) can be a fundamental tool for development in Latin America (a region strongly hit by the economic crisis), especially when this is practiced in tandem with public policies. Nonetheless, advancing CSR requires changes in how we view the role of corporations in society, forcing us to supplant our notions of narcissism and philanthropy, and to set up the training programs that are needed.
Keywords: Corporate Social Responsibility (CSR), Business Management, Latin America, Development
La RSC puede desempeñar un rol muy importante en los exigentes desafíos que América Latina tiene por delante
Los indicadores de confianza en las instituciones son muy bajos
Muchas empresas siguen ancladas en una visión narcisista, en la que la única meta es la maximización del lucro
En el Latinobarómetro (2007) la empresa privada aparece sólo con un 41 por ciento de credibilidad
Se espera que las empresas ayuden a minimizar la evasión y contribuyan a la creación de un pacto fiscal renovado con patrones equitativos
Para impulsar la RSC en América Latina es imprescindible fortalecer la formación en la materia
La revista The Economist señala que «la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) ha ganado la batalla de las ideas». Lo que queda según ella es: ¿qué, específicamente, y cómo?
Efectivamente, las resistencias iniciales que despertó en el mundo desarrollado parecen estar en retroceso y sus avances son continuos. 4.000 empresas de 90 países han suscrito el Pacto Global de la ONU, comprometiéndose a cumplir con los 10 principios sobre derechos laborales, sobre medio ambiente y corrupción que comprende y 160 empresas líderes han establecido el Consejo Empresarial para el Desarrollo Sostenible, que promueve el compromiso de las empresas con la sociedad.
Una encuesta reciente entre diferentes CEO (Chief Executive Officer – Director ejecutivo en castellano) (CECP, 2008) indicaba que el 90 por ciento de las empresas sentía que tenía la responsabilidad de dar a la comunidad y de involucrarse personalmente en liderar actividades a su favor. Sólo el 20 por ciento estaba satisfecho con lo que había alcanzado en ese campo. En Estados Unidos se instituyó el National Corporate Philanthropy Day (25th February) y en Gran Bretaña se estima que hay 2.000 ejecutivos dedicados totalmente a la RSC. Todas las grandes transnacionales tienen hoy políticas de RSC.
Las iniciativas pioneras de líderes empresariales mundiales (como Soros, Gates y Buffet) y de empresas como Google o Telefónica, entre otras, aportando recursos en escalas inéditas para emprendimientos a favor de la salud pública, la educación o la democracia y sus resultados, han mostrado que la RSC puede hacer diferencias concretas de envergadura.
Los desafíos abiertos de América Latina
Todo indica que la RSC puede desempeñar un rol muy importante en los exigentes desafíos que América Latina tiene por delante. Hay avances macroeconómicos e institucionales considerables en la región. Ha tenido en los últimos cuatro años la mayor tasa de
crecimiento interanual en 27 años, el 4,7 por ciento; las exportaciones han subido fuertemente favorecidas por el aumento de precios de los commodities; las reservas de divisas han superado récords históricos y las tasas de inflación han sido bajas.
Por otra parte, hay progresos muy significativos en materia de democratización: ha crecido la participación ciudadana, la sociedad civil se articula cada vez más y se estima que hay más de un millón de ONG. El Estado tiende a descentralizarse, delegando mayores recursos y facultades en municipios y regiones. Las presiones ciudadanas por transparencia, rendición de cuentas y buena gestión aumentan.
Estos progresos se ven ahora confrontados por la grave crisis económica internacional, que encuentra una América Latina que, a pesar de sus avances, presenta agudas brechas sociales. 200 millones de personas se hallan actualmente por debajo de la línea de la pobreza (el 36 por ciento de la población); 90 madres mueren cada 100.000 nacidos vivos, frente a 6 en Canadá; 30 niños de cada 1.000 no llegan a los 5 años de edad, frente a 3 en Suecia. En educación hay avances, pero sólo el 49,7 por ciento de los jóvenes termina la secundaria y entre los pobres lo hace sólo el 30,8 por ciento; el rendimiento educativo es limitado y los países de la región participantes en las últimas pruebas PISA han ocupado algunas de las posiciones más relegadas.
Uno de cada cuatro jóvenes está fuera del sistema educativo y del mercado de trabajo; excluidos de todo, constituyen una verdadera ‘bomba de tiempo’.
La región produjo en 2007 alimentos para tres veces su población actual y, sin embargo, el 16 por ciento de los niños padece de desnutrición crónica. El problema en alimentación no es en este caso de producción sino, como señala Amartya Sen en sus trabajos, de ‘acceso’ (Sen-Kliksberg, 2008).
Existen fuertes déficits en áreas básicas. Hay 60 millones de personas sin agua potable, 120 millones sin instalaciones sanitarias y 136 millones viviendo en tugurios.
Los estudios del Banco Mundial, del BID y de la ONU indican que una traba esencial para un desarrollo sostenido e inclusivo se encuentra en las muy elevadas desigualdades de la región. América Latina tiene el peor coeficiente Gini de todas: la brecha entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre es de 50 veces frente a los 10 en España o los 6 en Noruega.
La cohesión social está fuertemente afectada por la pobreza y las disparidades; actualmente es la segunda área con más criminalidad del planeta, con una tasa de 30 homicidios por cada 100.000 habitantes y por año, frente a los menos de 2 en los países nórdicos.
Los
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