Teoría General Keynesiana
Enviado por Emy_piscis07 • 13 de Diciembre de 2015 • Ensayo • 11.578 Palabras (47 Páginas) • 106 Visitas
TEORÍA GENERAL DE LA OCUPACIÓN, EL INTERÉS Y EL DINERO.
J. M. KEYNES
CAPÍTULO I
LA TEORÍA GENERAL
Keynes explica porque del nombre del libro, teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, donde hace énfasis recalcado en el sufijo general con el objetivo de que sirva para contrastar sus argumentos y conclusiones con los de la teoría clásica (“los economistas clásicos” fue Marx quien denomino así cuando se refería a Ricardo, j. mill y sus predecesores) en la cual él fue educado y que denomina el pensamiento económico, tanto practico como teórico.
Aquí sostiene que los postulados de la teoría clásica solo son aplicables a un caso especial y no en general, debido a que supone son un caso extremo de todas las posiciones posibles de equilibrio.
CAPITULO 2
LOS POSTULADOS DE LA ECONOMIA CLASICA.
Este capítulo, de acuerdo con el escrito de Keynes, está centrado a un volumen de recursos que se emplean dada a una distribución que se le da a un fin de usos a tales recursos, y que estos a su vez determinen la relación que tendrían que tener entre los precios y el propio producto del que se está hablando. A su vez habla mucho de los pagos de los salarios de los trabajadores, de acuerdo a la productividad que estos tengan en sus respectivos trabajos.
De ahí que los salarios de los trabajadores dependan de su mano de obra para ver si su salario aumenta o disminuye. De igual forma, la teoría clásica descanse en dos postulados muy importantes y que pasan a ser fundamentales que centralizan esta teoría y que son los siguientes.
- El salario es igual al producto marginal del trabajo.
Esto no da entender que el salario de una persona va a estar determinado a igualar el valor perdido de cada unidad, al igualar esto el salario del obrero se reduciría por cada perdida en el valor de la unidad.
- La utilidad del salario, cada vez que se utiliza determinado volumen de trabajo es igual a la desutilidad marginal del mismo volumen de ocupación.
De forma más concreta podemos deducir que, el salario real de una persona ocupada es el que basta precisamente para provocar la ocupación del volumen de mano de obra realmente ocupado, quedando esto sujeto a la condición de que la igualdad para cada unidad individual de trabajo puede alterarse por combinaciones entre las unidades disponibles.
También hace mención de que es posible que este postulado sea compatible con lo que podría llamarse desocupación friccional, porque una interpretación realista del mismo admite legítimamente varios desajustes que se oponen a un estado de ocupación total continua. Es también compatible con la desocupación voluntaria, que resulta de la negativa o incapacidad de una unidad de trabajo para aceptar una remuneración correspondiente al valor del producto atribuible a su productividad marginal, del agrupamiento para la contratación colectiva de la lentitud para adaptarse a los cambios económicos. Los postulados clásicos no admiten la posibilidad de una tercera, que definiré como involuntaria.
Así tenemos en claro que los obreros tienen más instinto de economistas, claro con plena inconciencia de ello porque decimos esto bueno porque simplemente se resisten a los salarios normales aun y cuando estos se excedan.
Ahora tendríamos también que estos no se oponen a trabajar más porque dado a ese trabajo tendrán un aumento salarial en su ingreso diario con la presión aumentada de los sindicatos y solamente así no presentan ninguna protesta contra los patrones.
Hay una condición que se inserta en esta cuestión y es la cuestión de la llamada involuntaria que está involucrada y que la cuestión recae que de acuerdo con los clásicos los costos de producción se deben agotar completamente.
CAPÍTULO 3
EL PRINCIPIO DE LA DEMANDA EFECIVA.
Cuando la técnica, los recursos y los costos corresponden a una situación determinada, el empleo de un volumen dado de mano de obra hace incurrir al empresario en dos clases de gastos: en primer lugar, las cantidades que paga a los factores de la producción (excluyendo a los otros empresarios) por sus servicios habituales, a los que denominaremos costo de factores del volumen de ocupación de que se trate; y en segundo lugar, las sumas que paga a otros empresarios por lo que les compra, juntamente con el sacrificio que hace al emplear su equipo en vez de dejarlo inactivo, a lo que llamaremos costo de uso del nivel de ocupación dado.
Keynes explica inicialmente que la ocupación que brindan las empresas dependen de la tasa de producción y su valor monetario que se distribuye entre los gastos para el pago de los factores de producción y lo que se gasta en la adquisición de materiales y bienes a otros empresarios. El primero se le denomina costo de factores, y al segundo, costo de uso. La diferencia entre el valor de ventas y estos costos (de factores y de uso) se le denomina renta del empresario. La ocupación dependerá por tanto del costo de los factores y de la rentabilidad de las empresas.
También Keynes explica que la renta total obtenida dado el nivel de empleo tanto de la empresa típica como del total de las empresas será la suma del costo de factores y de la renta de la empresa o el beneficio. Así las empresas maximizan sus beneficios dada la tecnología, decidiendo cuanto empleo ofrecer.
Keynes define dos funciones, primero la de Demanda Global, “D(N)”, que dependerá del nivel de ocupación, “N”; y la segunda, la función de Oferta Global, “Z(N)”, que también dependerá del nivel de ocupación, “N”. En tal sentido, cuando las empresas planean maximizar los beneficios económicos, deciden cuanto empleo contratar, es decir, esperan un nivel de ventas y en base a esta expectativa deciden cuanto producir. En otras palabras, las expectativas de ganancias se forman en base a las ventas que se esperan y por tanto a la cantidad de recurso humano que contratará.
En el caso ideal, las ventas esperadas coincidirán con la producción de la empresa. En otras palabras, las funciones indicadas anteriormente serán iguales en cuanto a valor se refiere y por lo tanto ambas definirán el valor de la ocupación en la empresa individual.
Sin embargo no necesariamente esta situación se da en la realidad, según el principio de la Demanda Efectiva. Si las empresas producen una cantidad determinada que se basa en las expectativas de sus ventas, y éstas son mayores a las esperadas entonces la empresa ajustará su producción hacia un mayor valor. Esto significa que la demanda ha sido mayor que la oferta de la empresa, o en otras palabras, la empresa ha producido menos que lo demandado, o, se han demandado más productos que los producidos. En este caso las expectativas de ventas no han coincidido con lo que realmente se requiere en el mercado. Ante esta situación la empresa se verá incentivada a aumentar su producción dada su capacidad instalada, su tecnología y a aumentar el uso del recurso humano lo que significa un aumento del nivel de ocupación.
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