Trabajo Colaborativo
Enviado por joluab • 16 de Noviembre de 2011 • 1.927 Palabras (8 Páginas) • 489 Visitas
Las primeras organizaciones en gran escala fueron los monopolios estatales de Egipto, que tenían la misión de ejecutar proyectos de riego artificial, construcción de canales, y de pirámides. A la cabeza de la organización estaba el Faraón, cuya autoridad se basaba en el derecho divino. Este era el principal ministro del reino, jefe de la administración de justicia y además tesorero, directamente responsable por el manejo de una complicada burocracia, en la base de la cual se encontraban decenas de millares de esclavos. La economía egipcia era casi totalmente agraria y la función principal del estado autocrático dirigido por el Faraón consistía en utilizar y prever las crecidas periódicas del río Nilo. Los negocios y los préstamos de dinero se dejaban a los esclavos y a los ciudadanos menos respetables;
para la realeza egipcia, cualquier actividad que pusiera el espíritu en contacto con el mundo material era una penosa y humillante experiencia.
Los romanos heredaron éste desdén por los negocios y dejaban estas actividades en manos de algunos griegos u orientales. Aún cuando la aristocracia celebraba convenios de negocios a cambio de suministro de dinero para financiar sus guerras, el comerciante siempre inspiraba desconfianza, pese a lo cual, el comercio prosperaba y el Estado Romano se fue mezclando en todos los aspectos de la vida económica. Esto se debió en gran parte a la necesidad de normas comerciales y de un sistema de pesas y medidas, medidas y moneda garantizado por el estado. Además el gobierno fijaba aranceles y multas.
La época que media entre la caída del Imperio Romano y el Renacimiento, se caracterizó por el estancamiento y la falta de desarrollo económico y social. El sistema
feudal dominaba la vida económica de Europa, y el siervo, que legalmente era libre, dependía casi totalmente del señor feudal, reemplazó al esclavo como base del orden económico y social imperante en la Edad Antigua (Imperio Egipcio y Romano).
En la Edad Media, la Iglesia era la institución dominante en todas las áreas de la actividad humana, tanto seculares como espirituales. Lo importante era la salvación del alma, y al hombre europeo se le enseñaba a llevar una vida de pobreza y privaciones a cambio de ganar la eternidad en el cielo. Con esto, la Iglesia tal como es de intuir, declaraba las prevenciones en contra del deseo de cualquier cosa con esta vida terrenal, por lo cual, se perpetúa la opinión de que los negocios eran un mal necesario.
Resultado del feudalismo y el fervor religioso, se estimulan las Cruzadas a tierras santas, las que irónicamente, a la vez propiciaron el comercio al establecer nuevas rutas y llevar la riqueza de oriente a la civilización parroquial de Europa. Las primeras grietas e indicios de decadencia del poder de la Iglesia comienzan a aparecer cuando los cruzados, que habían emprendido sus viajes con una inalterable convicción religiosa, fueron sorprendidos por la cultura del Oriente Medio y se dieron cuenta de que en muchos aspectos, era superior a la de ellos, sobre todo en lo referente al comercio e industria. En resumen, las Cruzadas estimularon el comercio abriendo nuevas rutas comerciales, contribuyendo al surgimiento de poblaciones y de una nueva clase media, y debilitando la dominación de la Iglesia.
El aumento del comercio trajo la llamada industria a domicilio, sistema en el cual un mercader actuaba como intermediario para conseguir la materia prima y para vender el producto terminado. Los materiales los entregaban a trabajadores individuales o familias, que se servían de su propio equipo para la fabricación del producto y recibían en compensación un jornal.
Este sistema estaba bien adaptado a la época, el comercio estaba todavía en su infancia, no se había desarrollado todavía una demanda de bienes en gran volumen y la misma naturaleza del sistema de producción a domicilio se oponía a la estandarización tanto de la materia prima como del producto final. Sin embargo, a medida que aumentó el volumen del comercio, este sistema fue resultando ineficiente y la civilización avanzó inexorablemente hacia la Revolución Industrial.
El paulatino incremento del comercio sumado a los descubrimientos científicos y tecnológicos de Galileo, Gilbert, Harvey, Wat y otros, contribuyen a la industrialización.
La Revolución Industrial tuvo su origen en Inglaterra hacia los años de 1870 y su principal característica: El reemplazo de la fuerza muscular del hombre por fuerza mecánica. En cuanto a las organizaciones se refiere, la industrialización dió por resultado un énfasis casi total en la estrategia de acumulación de recursos y crecimiento de las compañías, lo cual era necesario por la disponibilidad de capital y las ventajas de productividad, ampliamente reconocidas, de la división del trabajo. La división del trabajo y la especialización requieren volumen y estabilidad, y por consiguiente, el crecimiento produjo rendimientos crecientes: mientras las ventas, el volumen y la estabilidad aumentaban, los costos unitarios disminuían. En una época en que todavía las comunicaciones eran “lentas”, no existía transporte masivo, ni expertos en eficiencia, investigación de desarrollo ni intervención estatal, ésta estrategia de acumulación de recursos era efectiva para proteger la producción contra los caprichos del mercado.
Al ampliarse las operaciones de las compañías, comenzaron a aparecer muchos problemas al empresario. En primer lugar, se dio cuenta él por sí solo no podía dirigir y controlar todas las actividades de su organización, y encontró la imposibilidad de hacer un seguimiento adecuado del trabajo de los subgerentes y de los trabajadores. Además había una grave escasez de administradores y obreros calificados, y estos últimos se oponían con frecuencia a la estandarización de partes, métodos y herramientas que requería el método de producción a base de partes intercambiables
QUIEN ES EL ADMINISTRADOR
La profesión de administrador es muy variada dependiendo del nivel en que se sitúe el administrador, deberá vivir con la rutina y con la incertidumbre diaria del nivel operacional o con la planeación, organización, dirección y control de las actividades de su departamento o división en el nivel intermedio, o incluso con el proceso decisorio en el nivel institucional, orientado hacia un ambiente externo que la empresa pretende servir. Cuanto más se preocupe el administrador para saber o aprender cómo se ejecutan las tareas, mas preparado estará
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