Ventanas Rotas
Enviado por whpi • 18 de Julio de 2014 • 500 Palabras (2 Páginas) • 180 Visitas
En la Universidad de Stanford, el profesor Phillip Zimbardo realizó un interesante
experimento de psicología social. Dejó dos automóviles abandonados en la calle. Eran
idénticos: la misma marca, el mismo modelo y el mismo color. Uno lo dejó en el Bronx,
por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York, y el otro en Palo Alto, una
zona tranquila y adinerada de California.
El coche abandonado en el Bronx tardó poco en ser desguazado. En pocas horas
perdió las ruedas, el motor, los asientos, etc. Todo lo aprovechable se lo llevaron, y lo
demás fue pronto víctima del vandalismo. En cambio, el coche abandonado en Palo
Alto se mantenía intacto.
Sería muy fácil atribuir ese desenlace al distrito en que se dejó. Sin embargo, el
experimento no quedó ahí. Cuando el coche abandonado en el Bronx ya estaba
deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores
rompieron un cristal del automóvil de Palo Alto. El resultado de aquella ventana rota
fue, sorprendentemente, muy similar al del Bronx: el vehículo fue expoliado por
completo en pocos días, víctima del robo y el vandalismo, que lo redujeron al mismo
estado en que quedó el otro.
Parece claro que un cristal roto en un coche abandonado transmite una imagen de
deterioro, de desinterés y de despreocupación, y ese mensaje rompe unos misteriosos
códigos de convivencia y transmite la idea de ausencia de ley, de normas, de reglas,
como si ya valiera todo. Cada nuevo pequeño ataque que sufría el vehículo sin que
sucediera nada, reafirmaba y potenciaba esa idea, hasta que la escalada se hizo
incontenible y desembocó en la misma violencia irracional.
En experimentos posteriores, los profesores James Q. Wilson y George Kelling
desarrollaron la “Teoría de la ventana rota”, la misma que concluyó, desde un punto
de vista criminológico, que el delito es mayor en las zonas de mayor descuido,
suciedad, desorden o maltrato material.
Si se rompe el cristal de una ventana en un edificio y nadie lo repara, pronto estarán
rotos todos los demás cristales. Si un edificio o una comunidad humana manifiesta
signos de deterioro y eso no parece importarle a nadie, ahí se generará enseguida el
caldo de cultivo propicio para el delito. Si se cometen pequeñas faltas y no son
sancionadas, pronto aparecerán faltas mayores, y luego transgresiones aún más
graves. Si se permiten actitudes de falta de respeto como algo normal en los niños, su
patrón de desarrollo será cada vez de mayor violencia y cuando sean adultos harán de
modo casi natural cosas mucho más graves.
Estas ideas fueron aplicadas a gran escala por primera vez en el Metro de Nueva York
a mediados
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