Analisis de la pelicula del experimento de stanford
Enviado por Alejandro Gonzalez Sabogal • 11 de Febrero de 2020 • Ensayo • 1.469 Palabras (6 Páginas) • 325 Visitas
El encierro en la mirada del otro: el experimento de la prisión de Stanford
Una de las cuestiones preliminares que puede suscitar el experimento de la prisión de Stanford es sobre la “naturaleza” de nuestros actos, si nos vemos movilizados por un supremo bien que busca que la sociedad y los grupos humanos marchen sin la menor tensión posible o si por el contrario las tensiones son inherentes y pueden culminar en los horrores del experimento citado. Una apertura a esta cuestión son las configuraciones sociales que tienen nuestros actos. Parece pertinente traer a colación una frase célebre que cita Zizek (2005) de Pascal sobre la creencia: si no crees arrodíllate, actúa como si creyeras, y la creencia llegara por sí sola.
Apoyados en esto, la psicología social nos brinda la posibilidad de desnudar las configuraciones en que ocurre esta creencia que llevo a que estudiantes universitarios pasaran de ser personas “normales” a guardias que humillaban y maltrataban y de prisioneros que cedían a su condena. Cuestiones como las categorizaciones, los roles y la obediencia se pueden articular en esta reflexión.
Tensión prisioneros y guardias: un giro de moneda
Hay una escena que se puede enmarcar al inicio de la película del experimento de la prisión de Stanford, los experimentaros preguntan a los estudiantes sobre su preferencia por ejercer un rol, si el de prisionero o guardia, siendo respuesta común el de prisionero, sin embargo, es un giro de moneda el que los separa de ser elegidos para alguna de las dos funciones.
Desde el momento mismo que la moneda los divide, los categoriza en un lugar, Overo (2013) nos permite vislumbrar esta tensión que se comienza a generar con la categorización, pues las hostilidades por parte de los supuestos guardias a los prisioneros y de los prisioneros a los guardias no se hacen esperar. Cada uno y cada una comienzan a relacionarse con esta imagen del ser guardia y preso.
La categorización, brinda la imagen que las personas tienen de sí mismo y que parte de la pertencia a ciertos grupos o categorías sociales (Overo, 2013, p. 289), encontramos entonces natural que sean estos estudiantes universitarios transformados en guardias y prisioneros los que modiquen su imagen de acuerdo a su asignación.
Partimos desde luego de un juego dialectico que genera una tensión, pues ser miembro de uno de los grupos favorece un sesgo endogrupal (Overo, 2013, p. 290), se ve entonces como hay “cerdos fascistas” para algunos prisioneros o como hay desobedientes a la autoridad incestionable para algunos guardias.
A medida que avanza la pelicula cada uno pierde su imagen de estudiante universitario a favor de la de guardia o prisionero, se aferran a esta imagen y si se ve amenazada, incrementa la identidad grupal y el autoritarismo (Overo, 2013, p. 281), los guardias piden refuerzos, aumentan sus castigos y los prisioneros aumentan sus actos de oposición.
Hay por ende una autentico fomento de actos crueles que favorece actitudes crueles (Overo, 2013, p. 287), nadie puede decirle al guardia que se detenga con sus abusos, sin salirse de este giro de moneda que los divide en dos grupos, del papel que cada uno y cada una debe representar.
Soy esto ante tus ojos: un guardia y un prisionero
El experimento de la prisión de Stanford no solo brinda la posibilidad de pensar como asumen las personas una imagen, si no que tambien nos hace preguntar por como se configura esto de ser un guardia y un prisionero, lo cual esta relacionado con las dinamicas grupales y la asunción de roles.
Dentro de los grupos se encuentra una estructura, una delimitación de escalafones, clases y roles, alguien debe asumir lo que se debe hacer y como debe realizar la comunicación (Domenéch, 2004, p. 385), no solo tenemos guardias y prisioneros, si no que tenemos a los que tienen el rol de mantener el orden, a los encargados de vigilar el experimento y a los que tienen que recibir el castigo por un crimen.
Es entonces el rol el que pasa a definir las conductas que son propias de la posición (Domenéch, 2004, p. 387), configuradas por lo que dice Overo (2013) citando a Nietzsche: no hay echos si no interpretaciones, puesto que lo que define ahora la conducta es el rol y la manera en que un guardia debe interpretar una desobediencia a una orden.
Lo esperable en este experimento era desde luego que los estudiantes universitarios pudieran actuar acorde a la vida en la carcel, a lo que era ser un guardian y un prisionero, por tanto se necesitan aquellas reglas que definen la carcel: el encierro, las normas, los horarios y la disciplina.
La misma situación configura un lider (Domenéch, 2004, p. 395), pues siendo una carcel, alguien debe encargarse de autorizar a los guardias, alguien debe ejercer el control de la situación y los castigos y alguien debe revelarse contra las situaciones injustas. Vemos de este modo una jerarquia de mando, desde los directores del experimento hasta los prisioneros.
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