EDUCACIÓN EMOCIONAL: FACTOR PROTECTOR CONTRA LA VIOLENCIA ESCOLAR
Enviado por Vicky Cano • 30 de Julio de 2017 • Ensayo • 1.153 Palabras (5 Páginas) • 221 Visitas
TRAMO DE FORMACIÓN PEDAGÓGICA
TALLER INTEGRADOR
CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANIA
AÑO: 1° AÑO – COHORT 2016/2017
ENSAYO: Inteligencia Emocional: Factor protector contra la violencia escolar
PROFESORAS: CANUTTI, ANALIA – GIRALDEZ, ESTELA
ALUMNA: Cano María Victoria
EDUCACIÓN EMOCIONAL: FACTOR PROTECTOR CONTRA LA VIOLENCIA ESCOLAR.
“Lo que se les dé a los niños, los niños darán
a la sociedad”. Karl Menninger
¿Qué educación y sociedad queremos? ¿Qué ciudadanos estamos formando? Hablamos de una sociedad en crisis, de una sociedad liquida, donde predomina la competencia, el individualismo, la violencia… Pero la educación emocional, en valores, en derechos, en deberes, el ponerse en el lugar del otro; en fin, la construcción de ciudadanos, pasa a último lugar. En la práctica docente nos lamentamos de la escasa motivación de los alumnos, del aumento de comportamientos disruptivos y del fracaso escolar. ¿Podemos prevenir este fenómeno escolar que tanto daña a la población estudiantil y tanto perjudica las estadísticas sobre fracaso escolar?
En este ensayo se parte de considerar que para preparar para una ciudadanía activa y responsable se hace necesario el desarrollo de competencias emocionales. A pesar de ello, el modelo educativo imperante, en general tiende a ignorar o minimizar los aspectos emocionales y en la medida que el educando asciende dentro del mismo, éstos son cada vez menos tomados en cuenta.
La falta de acción en educación emocional, o su rechazo, equivale a privar a la sociedad de oportunidades cruciales, para su desarrollo personal, social, emocional y académico. Es curioso observar cómo una sociedad altamente tecnificada, con acceso a unos recursos tecnológicos inimaginables hace pocos años (móvil, informática, internet, mass media, etc.), parece haber olvidado una de las necesidades básicas del ser humano: su dimensión emocional. (Bisquerra, 2008)
La Educación para la Ciudadanía tiene como objetivo potenciar la convivencia y el bienestar. Uno de los mayores obstáculos para la convivencia es la violencia, su prevención debería ser uno de los objetivos importantes de la educación para la ciudadanía. La violencia muchas veces se activa a partir de la ira mal regulada, una emoción básica que incluye una serie de “familiares”, como la rabia, el enfado, la indignación, la cólera, el odio, etc. Dicho de otra forma, la violencia es una manifestación del analfabetismo emocional. (Bisquerra, 2008)
La Inteligencia Emocional fue definida por Peter Salovey y John Mayer como “la habilidad para percibir, asimilar, comprender y regular las propias emociones y las de los demás promoviendo un crecimiento emocional e intelectual”. (Salovey y Mayer, 1990) Según Daniel Goleman (1995), la inteligencia emocional abarcaría cinco habilidades emocionales y sociales básicas: conciencia de sí mismo, auto-regulación, motivación, empatía y habilidades sociales para persuadir, dirigir, negociar y resolver disputas; cooperar y trabajar en equipo.
Pretende enseñar a los estudiantes que, además de la pasividad y de la agresividad, disponen de muchas otras respuestas alternativas para resolver los conflictos. Se trata de mostrar la inutilidad de la violencia y sustituirla por habilidades concretas que permitan afirmar sus derechos sin necesidad de recurrir a la violencia.
La Violencia Escolar es un fenómeno que se manifiesta a diario en las Instituciones Educativas, tanto en las privadas como en las públicas; en las aulas se evidencian diferentes situaciones entre los estudiantes, tanto en su comunicación verbal como no verbal. Se aprecian los “chismes”, “comentarios”, “palabras y/o jerga ofensiva”, entre otras, que al permitir su avance y la no detención, desarrolla y fomenta la agresividad, lo que ha trascendido a golpes físicos, llegando a casos de incapacidades médicas y demandas por lesiones personales. Hay que afirmar, que, en el caso de las groserías, éstas se han convertido en su lenguaje diario, tanto al interior como al exterior de la Institución Educativa, evidenciado en el saludo y en el trato con los otros, internalizándolo como modo de comportamiento, lo que hace que el fenómeno de la Violencia Escolar se adhiera con más fuerza a la cotidianidad escolar. (Castro Bermúdez, 2014)
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