El Inmundo en el que vivimos
Enviado por Yesenia Ríos Padilla • 19 de Abril de 2018 • Ensayo • 1.190 Palabras (5 Páginas) • 136 Visitas
Los síntomas del fin del siglo como la globalización, el discurso capitalista, la tecno-ciencia y sus consecuencias son algunos elementos que componen la inmundicia mundanal.
La globalización es una etapa del capitalismo conceptualizado como «acumulación flexible» en donde los procesos de concentración adquieren mayor fuerza y alcance ya que invaden todo rincón en el mundo desde la forma de trabajo y de vida, modos de ser y de pensar, las formas de pensar e incluso las producciones culturales. Impone la igualación obligatoria que actúa en contra de toda diversidad y promueve la cultura del consumo.
La sociedad ha generado una tendiente a la adición-adicción inespecífica, en donde lo que se consume debe llegar al exceso de la satisfacción y no retornar ya que nos atrapa, y la consecuencia es que nadie tiene tiempo. La lógica aditiva del «uno más, un poco más» es una serie que tiende al infinito y, por ende, el beber es hasta la descompostura y el comer es hasta que uno esté lleno y no saciado, y las asociaciones con los fármacos y sustancias tóxicas están al orden del día
Donde a pesar de ser un mundo multicultural todo es homogéneo y uniforme, donde la virtud de la prudencia está en desuso y el disvalor es el rey de lo que impera en nuestra vida, en donde la saturación lleva a querer «todo pleno» o «nada» acercándonos a la bulimia, la anorexia o la obesidad como modos de encarar la vida de la «moda». Nos conectamos a internet con todo mundo y nuestra intimidad no es pudorosa. Donde la pulsión no se encuentra con el obstáculo del deseo ya que todo cumple el imperativo de la pulsión de muerte.
Donde lo importante es que es económico, el trabajo se convirtió en un «negocio» en donde todo es desfigurado o intercambiado y el ocio se ocupa de la planificación en donde surge la dialéctica de la diversión-aburrimiento. El sujeto no tiene nada propio que decir pues ha quedado abolido por el «marketing» y queda solo en el mundo como un producto.
Una globalización donde todo es aprovechable en la producción y el producto «in-mundo» ideal quedan alienados a los «gadgets» sufriendo ataques de pánico, un síntoma contemporáneo padecido por muchos y que revela sufrimiento.
Las palabras definen las cosas y sirven para expresar todo lo abstracto. Los mass-media son artífices de la palabra, aquella que nos manda y nos obliga hacer, pensar, tener, comprar, cambiar, consumir, adquirir, violentar, etc. pero que genera pensamientos, ideologías, anhelos y miedos ya que relaciona al productor con el consumidor conjugando un caleidoscopio de escenas de la vida diaria.
La tecnocracia es sólo una forma más de violencia ya que se vincula con la división violentamente desigual de la humanidad según las líneas de separación entre el centro y la periferia, la opulencia y la miseria, el hiperdesarrollo y el desarrollo que son institucionalizadas.
Todo esto genera la forma de criminalidad transnacional junto al Estado como el lavado de dinero, el narcotráfico, el fraude, la delincuencia ecológica, entre otros, donde siempre existe la impunidad y las violaciones a los derechos humanos.
La globalización ha transformado la manera de relación en donde obliga al sujeto a buscar nuevas maneras de vincularse socialmente, sin embargo, de manera negativa llegó hasta la exclusión y la marginación donde es notorio el individualismo que nos consume.
Donde los países ricos van a la cabeza y tienen el poder de las facilitaciones, de generar movimientos económicos políticos y financieros en su propio beneficio el cual les favorece de manera bárbara. La globalización produce un nuevo modo de división del trabajo donde las sociedades más pobres realizan actividades ilícitas y los producidos son utilizados con ventaja en las sociedades ricas donde hay avances civilizatorios.
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