EL ESPACIO EN EL QUE VIVIMOS

Universidad de Antioquia

INFORME 6: Michel Foucault. (14 de marzo de 1967) De los espacios otros

Curso: Teoría de la geografía

Profesora: Raquel Pulgarín Silva

Por: Bibiana García Mesa.

En este texto Foucault centra su reflexión sobre el espacio de afuera, entendido como "el espacio en el que vivimos". Los espacios de afuera se podrían clasificar y describir de acuerdo con el conjunto de relaciones que permiten definirlos como emplazamientos de paso como los trenes, de parada provisional como los cafés, las playas o los cines, de descanso cerrado o semicerrado como la casa o el dormitorio. Sin embargo, el autor se interesa por aquellos espacios que si bien se vinculan con todos los demás, los contradicen y propone "la lectura" de estos espacios diferentes, estos otros lugares, como "una especie de contestación a la vez mítica y real del espacio donde vivimos." Para ello clasifica dichos espacios- otros en dos tipos: las utopías y las heterotopías. Las utopías son espacios irreales, "la sociedad misma perfeccionada". En cambio las heterotopías son lugares reales, contraemplazamientos en donde los demás emplazamientos reales están a la vez representados, contestados, invertidos. Un ejemplo de dichos espacios en las sociedades contemporáneas son las heterotopías de desviación "aquellas donde están colocados los individuos cuyo comportamiento es desviante en relación con el promedio o la norma exigida", como las cárceles o los hospitales psiquiátricos.

En su texto “los espacios otros” Foucault muestra una forma de entender al mundo como una serie de relaciones e interacciones. Es así como las sociedades pueden ser identificadas de acuerdo a las redes que generaban. Citando al filósofo, (1967: 1) este nos argumenta:

“Estamos en la época de lo simultáneo, estamos en la época de la yuxtaposición, en la época de lo próximo y lo lejano, de lo uno al lado de lo otro, de lo disperso. Estamos en un momento en que el mundo se experimenta, creo, menos como una gran vida que se desarrolla a través del tiempo que como una red que une puntos y se entreteje”. (1967: 1)

Esta concepción del espacio que refleja y deja ver a la sociedad, Foucault la denominó heterotopía, que viene a ser un intento por desacralizar el espacio, siendo la manera de ver más allá de lo tangible (edificios, construcciones) las relaciones generadas mediante implementos espacio-temporales.

En contraposición al término de utopía, que designa a un espacio no real, la heterotopía designa a uno que sí existe, donde se refleja la sociedad desenmascarada, quitándole esta parte mítica, que siempre lo envolvió. La heterotopía se encuentra en la sociedad misma, es ella quien las genera y es por eso que en estos lugares se demuestran las relaciones sociales, sin vestiduras, mediante espacios donde se genera una fractura social, cultural, moral.

Los valores heterotópicos; desmesuran, despojan al espacio de cualidades asignadas por el entorno social; desjerarquizando, contradiciendo la manera en que se desenvuelve el entorno, cuyas condiciones se tornan ambivalentes, al confrontar más de un discurso sociocultural.

Es así, como para Foucault pueden existir heterotopías de crisis que han llegado a ser sustituidas por las de desviación. Uno de los mejores ejemplos citado por el filósofo en el texto “los espacios otros”, es el cementerio, un espacio sin duda dotado de diversas concepciones. En muchas épocas y culturas occidentales del siglo XVIII, debían

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