La realidad en la que vivimos

Todo lo que pensamos lo traducimos a palabras, gestos o acciones, lo cual nos une con el mundo real; con nuestra realidad o mundo en el cual vivimos. El hoy, lo que somos y en lo que trabajamos para el mañana. Y no podemos llegar a ninguna parte si no somos un ente social. De hecho son sociables por naturaleza. Somos humanos porque nacemos y vivimos en una sociedad; probablemente si naciéramos en la selva y viviéramos como animales, perderíamos mucha de nuestra humanidad. Necesitamos estar rodeados de personas y aprender de lo que los demás hagan; así pues aprendimos a hablar, caminar y actuar como seres humanos porque otros seres humanos nos lo enseñaron; y aunque nuestro instinto nos induce a comportarnos como tal, la conducta es algo que se aprende.

Es pues que la mente se desarrolla a partir de nuestro contacto con la sociedad, es decir, a través de la socialización con nuestros semejantes. Entre más nos relacionamos con nuestros semejantes tenemos más capacidad para desarrollar nuestro intelecto, aportar ideas y ampliar nuestro mundo.

Además, todos los conocimientos que se guardan en las mentes de cada individuo y que son transmitidos de generación en generación dan lugar como una cadena a la adquisición de nuevos conocimientos que se captan a través de la experimentación y reconocimiento del medio que los rodea o a través de la educación formal o informal.

Un niñito aprenderá que puede hacer o no determinada acción porque su madre se lo permitió o prohibió. Porque marca las pautas que la sociedad le dice que son permitidas o correctas, y así influirá en la conducta de su hijo. Una persona que crece sin normas reguladoras de sus acciones, se convierte en un peso y un peligro para la sociedad, pues su mente no fue preparada para adecuarse a la sociedad de la cual formará parte gran parte o toda su vida.

Los niños preparados adecuadamente desde muy temprana edad, para desarrollarse plenamente, haciendo uso de su intelecto, de su capacidad para expresarse y expresar sus sentimientos, ser creativo y sensible ante las necesidades e intereses de sus semejantes, es capaz de llevarse mejor con las demás personas y ser un ser más productivo y mejor aceptado en cualquier ambiente que se desenvuelva.

Así un individuo con una mente abierta, alguien que somete a crítica o análisis toda hipótesis conforme a ciertos criterios y acepta su veredicto por lejano a sus creencias previas que pueda resultar, para no caer en la creencia de algo a pesar de la falta de apoyo argumental. Es decir, ser un ente con criterio y aportar ideas .

La actual Sociedad requiere una nueva visión de la educación y de aprendizaje donde se toma cuerpo y cerebro humano como un sistema complejo analizando la actividad del pensamiento y el funcionamiento del conocimiento en relación con el procesamiento de la información, la resolución de problemas y los significados que la mente le da a la información. Al comprender un poco el funcionamiento de la mente y la acción de los humanos, se explican acciones tanto de la mente y cuerpo como de la mente y mente.

Este es un gran trabajo tanto para los especialistas en analizar el pensamiento de educadores, estudiantes y sociedad, pero, también los educadores en su sagrado trabajo debemos tratar de comprender a los educandos más allá de lo que parece ser; desde su propio yo interior, su mundo y como conciben el mundo que los rodea.

La ciencia, se esfuerza por el estudio exhaustivo sobre lo que es la mente y cuál es su función, la psicología la estudia de forma poco parcial y muy comparativa, a partir de ahí aparece la neurobiología, que estudia el cerebro y sus funciones topográfica y físicamente, y sus avances y estancamientos dependiendo de las zonas a estudiar derivan de nuevo en el psicoanálisis (Álvarez; 2002:36-39 y Vilarroya; 2002:28-31).

De esta manera se llega a conocer la personalidad de una persona, y la unión de éste con la neurología lleva a entender el hombre y la mente como un todo, por lo que muchos que llaman a la mente alma, no creen que esta continúe existiendo después de la muerte y por lo tanto muchas de nuestras acciones quedan condicionadas a la recompensa de una vida eterna sin sufrimiento del alma.

Gracias a esto muchas personas actúan de manera “correcta”, con la ilusión de una vida eterna y la salvación de su alma. Sin embargo, sea que es cierto o no ha funcionado como una medida para lograr el buen comportamiento y la tolerancia de los seres humanos entre sí, así como la solidaridad y el logro de muchos otros valores indispensables en la sociedad actual.

Se utiliza pues, algunos mecanismos de manipulación de la mente de las personas como lo es la religión, la política, la psicología y otros que pueden de alguna manera modelar el comportamiento de las personas; ya sea usando el convencimiento o el miedo como medio de captar el interés de los humanos y de alguna manera obligarlos a seguir un perfil que a los gobiernos o grupos les interesa.

De este modo, se inhibe a las personas a tomar decisiones, de pensar, ser crítico y expresar sus sentimientos e incluso a defender sus derechos, según (Vigotsky; 1987 una palabra sin pensamiento es cosa muerta y un pensamiento desprovisto de palabras permanece en la sombra.

Cada individuo necesita tomar decisiones, pensar

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