Emociones básicas y sociales.Brito.

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Resumen.

Profesor:                                                                                     Bachiller:

Joseph Palacios.                                                                        Brito María A.

Enero, 2017.

El miedo, la alegría, la sorpresa, la tristeza, la ira y el asco son las emociones básicas del ser humano, y éstas no están en nuestro día a día por una cuestión arbitraria o caprichosa, sino que desempeñan un rol principal en nuestro desarrollo psicológico. Esto significa, que las emociones básicas sirven para avisarnos y guiarnos en la conservación del organismo y en la socialización con los demás. Las emociones básicas o primarias del ser humano, son una cualidad energética, ya que nos permiten actuar de forma expansiva con los demás (la ira, el asco y la alegría) o con nosotros mismos (la tristeza y el miedo). La emoción conocida por los expertos como “de repliegue” es el miedo, producido por un peligro presente e inminente asociado con la ansiedad, el miedo es una de las emociones básicas que nos permite a su vez, evaluar cuál es la capacidad que poseemos para afrontar las situaciones que percibimos como amenazas. Si aprendemos a conocer primero y a gestionar el miedo después, experimentamos la prudencia y nos alejaremos del pánico, la fobia o de la temeridad, ésta emoción tiene respuesta fisiológica en la amígdala, que a través de su estimulación sobre el hipotálamo lateral, produce un incremento de la frecuencia cardiaca, tensión muscular, entre otros…

Existe una asociación entre el tipo de situación que produce la emoción de miedo y el patrón psicofisiológico que se activa.  Por ejemplo; la presencia de un animal pequeño  incrementa la frecuencia cardíaca y facilita los reflejos de defensa (como la huída).  Mientras la presencia de un cuerpo humano mutilado se caracteriza por inmovilización y disminución de la tasa cardíaca. La conducta motora de ésta emoción puede darse por la evitación activa (la persona se aleja de la situación o del estímulo) o pasiva (la persona intenta pasar desapercibida). También puede darse el afrontamiento activo (utiliza sus recursos para imponerse y dominar la situación) y pasivo (estima que no posee los recursos para imponerse a la situación, por lo cual sus esfuerzos se dirigen hacia la protección personal,  intentando minimizar o paliar el efecto negativo.

La alegría, es esa sensación positiva que se produce por la satisfacción y triunfo, haciendo que la vida nos resulte más agradable, produciendo efectos beneficiosos sobre el sistema inmunitario, su función principal es favorecer la relación interpersonal, así como también la recuperación de la homeostasis y tiene efectos beneficiosos sobre el sistema inmunitario, cuando aparece ésta se acelera la frecuencia cardíaca y hay una activación en el músculo zigomático, el cual permite la elevación de las comisuras de la boca. Existe también una elevación de las mejillas al retraer y elevar las comisuras de los labios, hay una aparición de pequeñas arrugas en la piel debajo de los párpados inferiores. Al igual que la alegría, la sorpresa es una emoción positiva, pero que posee una duración muy breve y es una reacción emocional neutra; posee como estímulos la aparición de acontecimientos inesperados. Tiene como función eliminar las actividades residuales en el Sistema Nervioso Central que puedan interferir con la reacción apropiada ante situaciones novedosas, produce el bloqueo de otras actividades y la concentración de recursos en el análisis del evento sorprendente. Presenta desaceleración fásica de la respuesta cardíaca, vasoconstricción periférica,  vasodilatación cefálica,  un aumento brusco de la actividad del simpático en el sistema autónomo y aumento fásico del tono muscular, interrupción puntual de la respiración,  dilatación pupilar muy puntual en el tiempo en el sistema somático. Se expresa con la elevación de la parte interior y exterior de las cejas, de los parpados superiores, el descenso de la mandíbula y la apertura de la boca. También puede aparecer una elevación de la parte inferior de los párpados. A diferencia de la tristeza, es la emoción que nos ayuda a reparar las pérdidas, y un sentimiento necesario para vivir y poder afrontar  aquello que nos viene de frente, la ubicamos en el pecho o en el corazón y en ocasiones tenemos la sensación de respirar con dificultad. De todos los índices autonómicos el que más y mejor caracteriza a la tristeza es el incremento en el nivel de conductancia cutánea, incremento en la presión sanguínea y el incremento en la frecuencia cardiaca lo podemos manifestar a través del llanto, pérdida de tono muscular en el organismo, apatía motora y abandono  conductual que reflejan la pérdida de interés.

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