Ensayo Psicología de la Adolescencia

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INTRODUCCIÓN

La juventud es una fase de cambios físicos, psicológicos y sociales donde el núcleo familiar efectúa un papel de acompañamiento para encarar estos cambios. Para que la familia pueda consumar este objetivo se necesita que tenga una estructura servible con reglas, fronteras, normas, jerarquías y roles, que tienen que ser establecidos y aceptados por todos los miembros del sistema. Sin embargo una vez que en las familias no se ejecutan las mismas, se genera un desequilibrio en sus funciones, por consiguiente una desestructura, realizando que esta no tenga los recursos suficientes para hacer frente las crisis, llevando consigo problemas en el joven, manifestándose su comportamiento en conductas riesgosas. Así, el núcleo familiar no va a poder llevar a cabo con sus funcionalidades multidimensionales influyendo en el comportamiento de peligro del adolescente.

Quiero abordar el tema de la juventud durante el siglo XXI y las propiedades particulares de estos mismos. Quiero enfatizar la palabra adolescencias en plural porque instituye una apuesta por remarcar una existente diversidad de maneras de vivir la juventud y una pluralidad por consiguiente de jóvenes, cada uno con su vivencia y su historia especial, intentando buscar y encontrando probables salidas, las mismas que se admiten a partir de la singularidad subjetiva de cada uno. Dialogar de adolescencias involucra, tener presente la falta de un modelo de adolescente universal, la falta de adultos con “palabra” como referentes, saber que no hay en el desenlace de un joven un determinismo psíquico, ni la victoria autosuficiente de una voluntad de poder. De esta manera, los jóvenes deben inventarse a sí mismos, confrontar los obstáculos, puesto que se viven sin lugar         en la sociedad para ellos, son invisibles a la mirada de los adultos y de la sociedad.

DESARROLLO

Abarcar este tema diciendo las adolescencias en plural instituye una apuesta por remarcar una existente pluralidad de maneras de vivir la juventud y una diversidad por consiguiente de jóvenes, cada uno con su vivencia y su historia especial, intentando buscar y encontrando probables salidas, las mismas que se otorgan a partir de la singularidad subjetiva de cada uno.

Abordar la juventud actualmente, durante el siglo XXI, involucra proponer preguntas relativas al marco social contemporáneo, las condiciones económicas, el entorno cultural, debido a que no hay jóvenes sin un lugar social, me refiero a, sin el entramado social de papás,  docentes,  instituciones,  lazos sociales y todo un mundo de adultos que los sigue y cuyo reto es que se encuentren al nivel de su funcionalidad, sea en el marco que sea.  Asimismo, el dinamismo del mundo tecnológico, los cambios mediáticos hechos en las últimas décadas han provocado fuertes transformaciones en la forma en que los jóvenes se relacionan con la sociedad y el sentido que le atribuyen los adolescentes a la vivencia de ser joven.

Freud en su escrito Psicología de las masas y estudio del yo apunta que hay diversas formas de hacer lazo a partir de la perspectiva de las identificaciones. Por cierto el segundo modo de identificación citado en el escrito, se ha vuelto típico de la época actual, en el tamaño que los ideales sociales caen y se genera un arrasamiento  de la subjetividad.  Por cierto la presión del discurso capitalista mediante varias ciencias, opera con un pragmatismo mundial designado a obtener una uniformización de los sujetos, sus respuestas y en especial sus métodos de vivir y de disfrutar.

No obstante, se necesita resaltar que este programa globalizante halla su punto de fracaso en el retorno y la existencia de ciertos “movimientos sociales”, compuestos por adolescentes y  que se expresan en  manifestaciones violentas o en la “exacerbación de las tradiciones” que se muestran con la fuerza de un fundamentalismo actual, que tratan de el invento de una identidad. La vida de dichos fenómenos es un reto a la universalidad de lo “nuestro” y posibilita localizar esas grietas a partir de donde se aspira reorganizar la diversidad.

FAMILIAS CON JÓVENES.

El núcleo familiar considerada como una unidad social que confronta una secuencia de labores de incremento tanto a grado personal como a grado de conjunto; es el primordial entorno en el cual se realiza el joven; donde si este medio cambia, todos sus miembros cambiará por igual.

“No puede desconocerse que las familias con jóvenes, entendidas aquí como esas cuyo hijo tiene entre 13 y 18 años de edad, atraviesan por una de las épocas de la vida que pide más grandes ajustes…

Esto provoca que se aumente los conflictos con los papás por el cuestionamiento de las reglas y por las diferencias en expectativas y en creencias con en relación a la vida: aquellas discrepancias favorecen las conductas de rebeldía y el principio de inconvenientes más graves que se cristalizan en la vida adulta a modo de desadaptación gremial o vocacional, adicciones, trastornos mentales severos, fracasos de diverso orden e inconvenientes de la vida sexual y emocional, como embarazos indeseados, abortos, inestabilidad, etcétera., cuyas secuelas deberá aceptar frecuentemente el núcleo familiar de procedencia, puesto que pese a todo, las familias cuentan con recursos y maneras que les permiten asimilar estos sucesos en su periodo esencial y continuar siendo la primordial fuente de apoyo moral y económico durante la vida” (Hernández, 1997). O sea que el sistema relacional de una familia en la fase joven se confronta a intensos cambios de uno a bastante más de sus miembros y por consiguiente precisamente además cambia su propio manejo. En este sentido, es una fase en la cual la homeostasis se reajusta en un nuevo grado de desempeño, más apropiado para el desarrollo de sus miembros. Hay colaboraciones que presentan que la retroalimentación positiva se destaca sobre la negativa, o sea, se generan cambios que paralelamente activan nuevos cambios. Por consiguiente la funcionalidad de un sistema familiar no solo de los papás sino de todos sus miembros, del grado de resiliencia para soportar una situación específica pese a los esfuerzos que se presenten y la función de habituación a los resultados que se muestran luego a estos eventos.

En familias con jóvenes algo bastante fundamental es la comunicación, la manera de manifestar e interactuar en sus miembros, empero una vez que esto se da de una manera distorsionada por decirlo de esta forma, puede ocasionar una distorsión en la funcionalidad del núcleo familiar como una composición firme. Según Satir (1978) hay 4 modelos de comunicación: aplacar, culpar, supe pensar y distraer.

La comunicación aplacadora.-Se muestra una vez que un integrante del sistema o diversos intentan congraciarse, complacer o disculparse, y jamás permanecen en desacuerdo en ni una forma. Principalmente estas familias se comunican como si no tengan la posibilidad de hacer nada por sí mismas, continuamente requieren de la asentimiento del resto del sistema u otras personas externas al mismo.

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