“Freud, Pasión Secreta”

“Freud, Pasión Secreta”

Con el fin de señalar los elementos requeridos para desarrollar este control, recogeré uno de los aspectos que tuvieron gran cabida en el desarrollo de la película: el caso de Cecily Koertner, tratado por Freud y uno de los determinantes para el desarrollo de su teoría del Psicoanálisis. En la película, Cecily es una joven que, tras el impacto de la muerte de su padre, le suceden diversidad de malestares no solo físicos como parálisis, sino también psíquicos como cambios repentinos de humor, parto imaginario, entre otros. El primer concepto psicoanalítico identificado es el inconsciente, expuesto en el caso de Cecily, el cual se vislumbra progresivamente mediante a las sesiones de hipnosis a las cuales es sometida por el doctor Charcot y Freud, además de las preguntas que le formula este último a la paciente sobre sus recuerdos sin encontrarse en estado de trance. Como se sabe, el inconsciente no posee tiempo, orden o lógica, y se conoce como el conformado por una serie de pulsiones, deseos, etc., los cuales provocan fuerte impacto en la persona (Bermejo, Mayor, & Tortosa, 2006, pág. 224). Freud lo denomina como la parte más oscura de la mente ya que estos pensamientos son considerados amorales, inadecuados e inaceptables por la sociedad y, por ello, ocultadas en el inconsciente. De este modo, se presta atención a cómo este se manifiesta en síntomas como sueños, conductas inusuales, etc. En la película, el inconsciente de Cecily, luego de varias sesiones de conversación, constituye diferentes deseos que son reprimidos por ella. Los centrales serían dos deseos: el deseo sexual que ella desarrolla desde pequeña hacia su padre, lo cual lo simboliza indirectamente con el muñeco que le regaló su padre, y, relacionado con el primero, el deseo de asesinar a su madre por verla como un impedimento para que ella y su padre estén juntos (Huston, 1962). A medida que Cecily crece se percata que estos son indecentes y los reprime. Sin embargo, se suelen manifestar como en el sueño de la mujer llamada “Frau Putifar”, que al final reconoce que es ella, la cual seduce a un hombre (su padre) pero al tratar de ponerle un anillo lo impide otro que ya llevaba puesto y, posteriormente, desaparece, lo que significa que lo que tiene en el inconsciente sigue reprimido. Por otro lado, es posible identificar el aparato estructural del personaje. El Ello, entendido como una estructura innata y de contenido inconsciente por lo que es el aspecto amoral de la personalidad que la rige el placer (Bermejo, Mayor, & Tortosa, 2006, pág. 225), se reconoce en los recuerdos de la infancia sobre el deseo hacia su padre, manifestándose en un principio como un complejo de Edipo pero que no se supera, lo cual ella reprime. Es decir, las pulsiones derivadas de ese recuerdo que demuestra un deseo sexual hacia su padre le causan placer como el hecho que desee matar a su madre para tener a su padre para ella sola (Huston, 1962). Sin embargo, debido a la adaptación a las normas sociales, los impulsos del ello son rechazados por el Yo, en consonancia con el Superyó. De esta manera, el Yo es el que ejerce el papel de mediador el cual busca conciliar las presiones del Ello, que exige que se satisfagan inmediatamente, y las exigencias del Superyó (Bermejo, Mayor, & Tortosa, 2006). En la película, se puede ver como el Yo se manifiesta bajo el mecanismo de defensa de la represión: en una de las escenas Cecily efectúa la represión al expulsar las pulsiones de placer ya que la satisfacción de estas choca con las exigencias del Superyó. Este último debe entenderse como la instancia que juzga y critica y que está influenciada de lo que ha recibido de los demás, en el pasado, en este sentido, en la paciente, será el recuerdo de la regla que le dieron sobre no deber ni verse como una pecadora o una prostituta, solo comportarse como una dama de clase, lo cual ella evoca al mencionar en un momento del filme que es una “pecadora”. De este modo, rechaza y mantiene lejos de su consciente el amor “sexual” hacia su padre. Otra defensa que Cecily muestra es al mencionar, en una de las sesiones del tratamiento, que ella vio a su padre muerto en un hospital, pero luego, tras la insistencia de Freud para que ella revele lo que realmente ocurrió, confiesa que su padre falleció en un burdel, “asesinado por la lujuria” (Huston, 1962). En cuanto al mundo exterior, ella ejerce una defensa en la cual proyecta el “amor” que tiene hacia su padre en Freud y Breuer a los cuales les regalaba flores para que se las coloquen en el ojal de sus trajes, tal como lo llevaba su padre.

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