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Habilidades y Rasgos de la Personalidad

miky43Apuntes11 de Octubre de 2016

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Habilidades y Rasgos de la Personalidad

El buen desempeño del rol del psicólogo en el ámbito de la salud pública implica la existencia de habilidades clínicas en el manejo de la entrevista

Particularmente, las habilidades que hacen al perfil de un psicólogo clínico, en tanto refieren a un “saber hacer” en la práctica hospitalaria, ya sea que la entrevista persiga una finalidad, diagnóstica, terapéutica, preventiva o de investigación.  

Con el  objetivo de investigar las habilidades clínicas para la entrevista psicológica se realizaron entrevistas a expertos para recoger datos sobre las habilidades clínicas para la toma de entrevistas psicológicas en instituciones sanitarias públicas.

También a referentes institucionales, para conocer acerca de los distintos dispositivos en los cuales los psicólogos clínicos realizan entrevistas; y para recabar datos acerca de los conocimientos procedimentales de los practicantes.

 Grupos de discusión integrados por estudiantes que realizaron y/o realizan su práctica en instituciones sanitarias públicas; la observación de alumnos en situaciones de entrevista y el registro del material trabajado en las supervisiones completarán la información para alcanzar el objetivo propuesto.

Con base en lo anterior fue surgiendo el interés de investigar las habilidades que hacen al perfil de un psicólogo clínico, en tanto refieren a un “saber hacer” en la práctica hospitalaria y en el desarrollo de cuatro de sus funciones: investigación, prevención, diagnóstico y tratamiento. En los datos arrojados por encuestas de opinión realizada a estudiantes que han desarrollado su práctica en las instituciones públicas sanitarias, se observa que, entre las habilidades clínicas más entrenadas, rescatan

la escucha, la observación, el registro, la capacidad de análisis, la habilidad para integrar equipos interdisciplinarios y para desenvolverse en una institución pública de salud.

Sin embargo no hacen referencia a ninguna técnica o dispositivo en particular.

Más específicamente se delimitó el estudio de las habilidades clínicas, a la entrevista psicológica, como técnica fundamental del método clínico desarrollada en el ámbito de las instituciones públicas de salud

 Según Roe (2002), las habilidades constituyen uno de los tres pilares, junto a los conocimientos y actitudes, en los que se basan las competencias. Reconoce entre las más requeridas por los usuarios del sistema: la orientación psicológica y de tratamiento, la interconsulta, las entrevistas de diagnóstico clínico, el conocimiento de modelos clásicos y la redacción de informes psicológicos. El aporte de Bertella (2009)4 acerca de la preparación del psicólogo en el área salud, consiste en la elaboración de un listado basado en la clasificación de Aneca (2005). En el mismo agrupa las habilidades clínicas en Conocimientos básicos, Competencias transversales y Competencias específicas. 4 Estudio basado en el análisis de los diversos documentos analizan funciones que hacen al estilo personal del terapeuta, entre ellas la.

Función atencional o de focalización

La primera es definida como una función básica relacionada con la búsqueda de la información necesaria para poder operar. Para ello el profesional moviliza los mecanismos atencionales y su capacidad receptiva frente a lo que manifiesta el paciente. Escuchar y preguntar son las acciones dominantes que constituyen esta dimensión.

La función expresiva o de comunicación emocional

Se refiere a las acciones que emprende el terapeuta para sostener la comunicación emocional con el paciente (empatía, regulación emocional). Se evidencia en la intensidad del intercambio afectivo que facilita, o el nivel de tolerancia ante sus propios estados o ante las reacciones emocionales del paciente.

La función operativa o de implementación instrumental

La función operativa incluye las acciones directamente vinculadas con las intervenciones específicas y con las técnicas utilizadas. Se manifiesta a través del grado de influencia o de directividad con que el terapeuta opera.

Numerosos autores coinciden en que la más importante de todas las habilidades de un psicólogo es SU CAPACIDAD PARA CONDUCIR UNA ENTREVISTA. Blanco Amalio (2001) plantea que el principal motor para lograr éxito en la entrevista es la comunicación verbal y no verbal y la capacidad de usar y prestar atención al contenido (lo que se dice/hace y lo que no se dice/hace), al proceso (como se dice/hace) y la praxis (quien dice o hace que cosa).

Es decir que estas habilidades del psicólogo en relación con los pacientes serían aquellas que logran observar la evolución y el impacto de la comunicación.

 En la adquisición de habilidades, el entrenamiento es clave.

Las habilidades de comunicación en la entrevista promueven que la interacción entre entrevistador y entrevistado se establezca con fluidez y al servicio de los objetivos de la actividad clínica.

 Fernández Liria y Rodríguez Vega (2006) distinguen tres niveles de habilidades para los que proponen procedimientos específicos de entrenamiento:

1) habilidades de primer nivel que incluyen las habilidades de escucha y las de facilitación de la actividad narrativa del paciente.

 2) las habilidades de segundo nivel, en tanto permiten que la comunicación se amolde a las necesidades del paciente y adopte los ritmos y énfasis que permiten un trabajo productivo; son habilidades de acompasamiento y guía

3) las de tercer nivel implican nuevas habilidades denominadas habilidades generativas, en la medida que generan nuevas narrativas y producen cambios en el paciente.

Establecimiento del rapport  Rapport 

es el sentimiento de armonía y confianza que debe existir entre clínico y paciente. Como una de las metas de una buena entrevista, un buen rapport tiene consecuencias prácticas. Este punto es de especial relevancia si el entrevistador se encargará del tratamiento futuro del paciente

Ayudará a motivar al paciente a hablar espontáneamente y revelar datos personales importantes. Por lo común, las bases del rapport se establecen de antemano, pues la mayoría de los pacientes busca ayuda y espera obtenerla del clínico.

Con un buen entrenamieto de las habilidades anteriores, el clínico puede reafirmar esta expectativa con sus palabras y lenguaje corporal, que deben expresar un interés real en el paciente. Desde luego, cualquiera puede decir algo fastidioso sin darse cuenta, pero hay pocas cosas que puedas decir o hacer que no se puedan reparar después si continúas siendo afectuoso y sensible frente a lo que el paciente experimenta.

 BASES DEL RAPPORT Desde el principio, la mayoría de los pacientes espera agradar al entrevistador, pero el verdadero rapport entre dos individuos no nace de la noche a la mañana. Se desarrolla de manera gradual, con una larga relación y la cooperación de las dos partes.

Aun así, puedes recurrir a ciertas conductas para acelerar el surgimiento del rapport. Tu conducta es la clave. Recuerda que el profesionalismo no exige una formalidad excesiva; de hecho, debes tener cuidado de evitar la imagen de terapeuta frío, como un tiempo estuvo de moda en películas, caricaturas y ficciones.

Si pareces relajado, comprensivo e interesado en él, es más probable que el paciente se sienta seguro y cómodo. Vigila con cuidado tu expresión facial: no frunzas el ceño, no hagas muecas ni muestres cualquier otro signo de negatividad que pueda ser interpretado como desaprobación.

Aunque debes evitar mirar fijamente, lo cual puede hacerte parecer frío y crítico, asegúrate de hacer contacto visual con frecuencia, incluso mientras tomas notas. Desde luego, no quieres parecer poco sincero, pero sonreír e inclinar la cabeza de manera apropiada demostrará que eres atento y comprensivo.

usar con moderación los elogios. Empleándolos como reforzadores, los elogios pueden moldear potencialmente la conducta, pero al principio de cualquier relación, no se sabe con la suficiente seguridad qué conductas pueden ser reforzadas. Por ejemplo, no es deseable elogiar una aparente franqueza si el paciente no ha dicho toda la verdad. La propia conducta del paciente quizás moldee la interacción más que cualquier otro factor. El lenguaje corporal –dejar caer los hombros, pies inquietos, lágrimas, puños apretados– a menudo indica con claridad el sentir del paciente. En el tono de la voz se pueden encontrar otras pistas sobre sus sentimientos. Supon que preguntas al paciente, el señor López, cómo le va con su esposa, y responde “Bien”. Si su tono es cálido y ligero, quizá la pareja tiene pocos problemas interpersonales. Si lo dice con los dientes apretados, con una monotonía pesada o con un suspiro, el señor López puede estar escondiendo sentimientos de desesperanza o enojo que aún no puede poner en palabras. Debido a que has arreglado el mobiliario de modo que no haya barrera entre tú y el paciente, con facilidad y naturalidad puedes ajustarte incluso a los cambios mínimos en el afecto y promover el rapport.

La distancia Si el paciente está deprimido, quizá sientas que es conveniente acercarte un poco para mostrar tu interés. Puedes seguir esa inclinación natural.

 Si se percibe hostilidad, puedes sentir que es mejor alejarte físicamente, aunque sea unos cuantos centímetros; hacer esto ayudará a relajar la tensión, pues cada uno tendrá más espacio para moverse. Del mismo modo, puedes reír cuando el paciente haga una broma o mostrar una expresión de preocupación y apoyo durante una crisis de pánico.

Para cuando hayas entrevistado a tu primera docena de pacientes, harás estas cosas de manera automática en respuesta a las señales inconscientes de cada paciente. Al mismo tiempo

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