Liderazgo Nelson Mandela

Ensayo

Daniela Bermeo Díaz

Escuela de Psicología – Paralelo A

Pontificia Universidad Católica del Ecuador Ambato

Ficoa, Ambato

Los Higos y Mangostinos

0997222131

daniela.bermeo.d@pucesa.edu.ec

Luis Cevallos, Mgs.

Nelson Mandela: más que un líder

Un buen líder puede participar en un debate

 de forma honesta y minuciosa

sabiendo que lo importante al final es que

ambas partes estén más cerca que antes

 y sean por ende más fuertes.

 Esto no sucede cuando se es arrogante,

superficial o se está desinformado.

-Nelson Mandela

Si bien era solo un hombre, Mandela forjó un mundo mejor a través de su propia iniciativa, formó y se unió a muchas organizaciones y alianzas durante su vida y continúa siendo un símbolo del poder que un individuo tiene para marcar la diferencia. Bajo su liderazgo, el Gobierno Sudafricano introdujo la igualdad de asistencia para la comunidad, incluida la asistencia a personas con discapacidad, asistencia infantil y fondos de pensiones para personas mayores que recibieron un nivel de mejora para varios grupos raciales sudafricanos.

Nelson Madiba Mandela, (Madiba, el nombre de su clan para personas cercanas a él), ganador del Premio Nobel e ícono anti-Apartheid^[1] falleció en 2013 en Johannesburgo a la edad de 95 años. Se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica en 1994 en una elección trascendental que permitió a los sudafricanos de todos los orígenes étnicos votar por primera vez, luego de una campaña contra el apartheid de 20 años (Tyali, 2018). Su gobierno se centró en desmantelar el legado del apartheid abordando el racismo institucionalizado y fomentando la reconciliación racial (Read, 2010). Se considera que Mandela es un héroe de liberación a la par de Gandhi y Martin Luther King Jr. Mandela, como Gandhi, fue un gran defensor de la igualdad de derechos y el potencial de las personas de todos los orígenes, pero a diferencia de Gandhi, quien creía que la no violencia y la verdad eran inseparables, y King, quien declaró que la violencia era inmoral, Mandela abrazó la lucha armada para terminar con el apartheid (Tyali, 2018).

Junto con esta notable victoria sobre sí mismo, Mandela se embarcó en su campaña de persuasión, comenzando este trabajo incluso antes de salir de prisión. Debido a que aspiraba al liderazgo de toda la nación, esto requería que aprendiera a empatizar con todos los sudafricanos, incluidos aquellos que lo consideraban su enemigo (Chasi, 2017). Durante sus cinco años como presidente, Mandela dirigió una transición pacífica de un país discordante y racialmente segregado a una democracia basada en una franquicia universal, sostenida por una constitución progresiva y una impresionante declaración de derechos. En el proceso se ganó el afecto y el respeto de todas las razas en el país y, contra todo pronóstico, marcó el comienzo de un período de paz y estabilidad. Este logro probablemente no tiene precedentes en la historia (Read, 2010).

La primera lección de liderazgo que Mandela dejó es un recordatorio simple: ningún líder es perfecto. Mandela no tuvo tanto éxito en impulsar el crecimiento económico como lo fue en los aspectos humanos del liderazgo e incluso con sus formidables fortalezas humanas, se vio obligado a hacer concesiones sobre cómo gastaba su tiempo y energía. Algunos de sus amigos, simpatizantes e incluso familiares lo encontraron emocionalmente distante; algunos creen que desperdició las oportunidades que disfrutó para transformar el sistema económico y social de Sudáfrica de maneras más fundamentales. Incluso un gran líder no puede hacer todo (Roshanzamir, 2019).

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