Niveles de análisis de la personalidad en un cuento
Enviado por Anita Wellington • 4 de Diciembre de 2019 • Tarea • 1.749 Palabras (7 Páginas) • 175 Visitas
UNIVERSIDAD ESTATAL DE MILAGRO[pic 1][pic 2]
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES, EDUCACIÓN COMERCIAL Y DERECHO
DEBER/TALLER N°
NOMBRE: | Anita E. Wellington Mayorga | DOCENTE: | Msc. Iván Pincay A. |
CURSO: | S2 | FECHA: | 28 de nov. de 19 |
ASIGNATURA: | Psicología de la personalidad | NIVEL: | 3er Semestre |
INSTRUCCIÓN | *Redactar un cuento donde se evidencia los niveles de análisis de la personalidad *Tarea Individual en Word |
La Sirenita
Cuenta la leyenda, que por las costas de Copenhague en Dinamarca, hace muchos, muchos, muchísimos años, existía la caza furtiva de sirenas y tritones, estos seres existían y la desmedida caza acabó con su raza. Sin embargo, hay una historia que sigue presente hoy en día en la memoria colectiva de los daneses. Es la historia de Ariel, la sirenita guerrera.[pic 3]
Ariel era una princesa, hija del Rey Tritón, era la menor de seis hermanas. Las sirenas y los tritones tenían la fabulosa característica de poder hablar con todas las demás criaturas marinas. Con apenas dieciséis años y sin conocer los peligros del mundo exterior decidió un buen día aventurarse en el océano, junto su mejor amigo Flounder, un pez ángel que era bastante distraído, soñador, enamoradizo y sobre todo curioso. En su pequeña travesía Ariel le comenta a Flounder, su gran deseo de subir a la superficie. –“Sabes que está totalmente prohibido, si tu padre se entera, nos hace estofado de pescado… Ariel, no deberíamos”, dijo muy asustado pero algo emocionado con la idea Flounder. -“Si no quieres acompañarme es tu problema, lo haré sola”, dijo una determinada y muy segura Ariel.
Ella creía que el mundo exterior, como ella llamaba a la tierra en la superficie, era un mundo lleno de bondades, amor, risas, sueños y juegos. El Rey Tritón siempre mantuvo el secreto de la caza de sirenas y tritones a sus hijas, para evitar que sientan temor de vivir su vida con naturalidad en el fondo del mar, mas Ariel, era demasiado inquieta y en extremo fisgona como para seguir las órdenes de su padre, de no salir más allá del arrecife. Secreto, el cual, Ariel estaba a punto de conocer.
Cuando La Sirenita se aproximaba a la superficie notó la sombra de un gran barco, y el incentivo por conocer que era, hizo que salga al exterior y escondida detrás de una roca, observó y escuchó cautelosamente lo que ahí sucedía. [pic 4]
“Arrr!, un pirata soy, a cazar sirenas voy, esa será la misión, para terminar el día hoy. ¡Yo-ho!”. Este cántico fue escuchado por Ariel y Flounder los cuales se horrorizaron al oírlo. Se quedaron petrificados del miedo que esto les causó y cuando pudieron moverse nuevamente, sin darse cuenta, una red cayó sobre ellos. Ariel, logró zafarse, pero Flounder se quedó en las redes que poco a poco iban subiendo ante los ojos de desesperación de la sirenita.
Ariel no pudo contenerse y con sentimientos encontrados, que nunca antes había experimentado, como el odio, el enojo, la impotencia, saltó a la superficie para tratar de ayudar a su amigo, pero su intención fue en vano, ya que al estar ya infiltrada en aquel barco, logró divisar a lo lejos como aquel sanguinario pirata al que llamaban Eric, príncipe cazador del océano, tomaba entre sus manos al indefenso pez y con una navaja lo abrió a la mitad. Ariel miró con tal horror esa escena en la que su amigo era destripado, y empezó a llorar fuerte, muy fuerte. Escondida aún entre los barriles de ron, Flounder con su último aliento alcanzó a ver su eterna amiga, y con la poca vida que le quedaba gritó – “¡HUYE ARIEL, HUYE!”, es aquí cuando salió arrastrándose por las podridas tablas del barco buscando una salida hacia el océano, cuando dos piratas le obstruyeron la salida. [pic 5]
Eric se acercó lentamente hacia ella, aún con el cuerpo sin vida de Flounder en la mano. La miró lascivamente, no podía creer lo preciosa que era, pero aun así noto el precioso color de su cola verde esmeralda tornasol, la cual era muy cotizada en tierras japonesas para crear hermosos zapatos y carteras. -“¿Eran muy amigos?... parece que sí” dijo Eric, mientras mordía un pedazo de lo que una vez fue el alegre Flounder. –“¿Conoces Japón?, amo Japón!... ¿sabes lo que es sushi?... supongo que no.
Te voy a ilustrar niñita” dijo el despiadado pirata, mientras mordía otro pedazo de pez ángel. -“El sushi es un platillo tradicional en Japón a base de pescado crudo…es delicioso!”, le decía mientras relamía sus labios. –“¿Quieres probar?”, le dijo a Ariel, mientras ponía un pedazo de lo que fue su amigo en sus labios.
Ariel no soportaba todo el dolor que este infame le había causado y empezó a sacudirse por todo el piso, para poder liberarse. –“Suéltenla, déjenla irse”, dijo Eric a los piratas que retenían a la sirenita, y como la palabra de Eric, era ley, la liberaron, pero antes de poder saltar nuevamente al mar Ariel volteó a ver al malicioso pirata, para decirle –“Esto, no se quedará así… lo pagarás con sangre, y esa sangre será, ¡la tuya!”. Eric sonrió descaradamente, sin poder creer ni una sola palabra de Ariel y mientras mordía un último pedazo del desecho de pescado que tenía en la mano, le dijo irónicamente –“Aquí estaré, preciosa… cuando quieras”. Concluyó tirando el sobrante de pescado a la proa.
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