Preocupación maternal primaria Winnicott

Preocupación maternal primaria Winnicott

Relación madre pequeño: Echarle la culpa a la fase oral es engañarse y generalizar. Los análisis deben profundizar en las causas de las neurosis.

Se denomina “medio no suficiente o insatisfactorio” a algo que altera el desarrollo del pequeño. También por otro lado está el “medio bueno o suficiente” que permite a la niña en cada fase alcanzar las satisfacciones innatas, también las angustias y conflictos. Anna Freud dice que no es posible lograr un “equilibrio homeostático”, o “relación simbiótica”. Se afirma a menudo que la madre está condicionada biológicamente para la orientación del niño. Una identificación consciente e inconsciente entre la madre y el niño.

Por tanto, simbiosis, podría denominarse como la comparación de la relación madre-hijo. Lo importante es en todo caso las grandes diferencias a nivel psicológico que hay entre la identificación materna con el niño y por otro, la dependencia de éste con respecto a la madre; esta última no implica identificación: Identificación es un complejo estado de cosas inaplicables a las primeras fases de la infancia.

A. Freud: la vida del pequeño no empieza con la exp. Instintiva oral, sino que ahora se halla en las búsqueda  del estudio del desarrollo precoz y del “self precoz”. Las experiencias del ello pueden más reforzar que interrumpir.

“Anaclítico” Freud dice: relación con la madre es la primera relación con un ser humano, pero no la primera que se establece con el medio. La precede una fase anterior en la que la necesidad no es del mundo objetal, sino del cuerpo, y cuya satisfacción o frustración son lo que importa.

Greenacre denomina el tipo “arrullador” de placeres rítmicos. La necesidad que es satisfecha o no, y sería una deformación decir que el niño que no es arrullado reacciona igual ante una frustración.

La preocupación maternal

En la fase más precoz estamos tratando un estado especial de la madre; condición psicológica conocida como “preocupación maternal primaria”:

Se desarrolla y se convierten en un estado de sensibilidad exaltada durante el embarazo y hacia el final de éste.

Dura unas cuantas semanas después del nacimiento del pequeño. No es fácilmente recordado por la madre una vez que se ha recobrado de éste; tiende a ser reprimido.

Este “estado organizado” (enfermedad si no es por embarazo), podría comprarse con un estado de disociación, un trastorno aún más profundo incluso (esquizofrenia). No es posible comprender el funcionamiento de la madre durante el mismo principio de la vida del pequeño sin ver que la madre debe ser capaz de alcanzar este estado de sensibilidad exaltada casi enfermo para luego recobrarse (cuando el niño la libera).

La “madre corriente dedicada” que no pueden  alcanzar este enfermedad normal para adaptarse a las sensibilidades del pequeño, que consiguen con sus hijos pero no con los demás. Tales mujeres no son capaces de preocuparse de su propio pequeño con exclusión de otros intereses, de una forma normal y temporal. También cuando la mujer tiene una identificación masculina le es muy difícil cumplir con la función materna (envidia reprimida del pene).

Tales mujeres, una vez tenido al niño y habiéndoseles escapado la primera oportunidad, se encuentran ante la tarea de compensar lo perdido. Pasan mucho tiempo para adaptarse a las necesidades del niño y no seguro reparar la deformación precoz. Se encuentran atrapadas por la necesidad de la terapia del niño, de acuerdo con las necesidades para con éste. De madres a terapeutas.

Kanner y Loretta Bender se refieren a los mismos fenómenos del tipo de madre susceptible de producir un niño autista.

Es posible establecer una comparación entre la tarea de la madre en lo que hace a la compensación de su pasada incapacidad y la tarea de la sociedad que intenta conseguir la identificación social del no desposeído que se halla en un estado antisocial. Esta labor de la madre encierra una fuerte tensión ya que no se realiza de manera natural. La tarea que se emprende tiene su lugar apropiado en una fase anterior, en este caso aquella en la que el pequeño solo empezaba a existir como un individuo. El pequeño tiene:

Una constitución. Tendencias innatas al desarrollo (zona libre de conflictos en el yo) movilidad y sensibilidad e instintos, involucrado en la tendencia al desarrollo de cambios en la dominancia zonal.

La madre que alcanza el estado de preocupación maternal primaria, aporta un marco para la constitución del pequeño, que empezará a hacerse evidente en las tendencias del desarrollo del el pequeño experimentará movimientos espontáneos y se convertirá en poseedor de las sensaciones que son apropiadas a esta fase precoz de la vida. No es necesario hacer referencia a la vida instintiva, ya que empieza antes de la instauración de los patrones instintivos.

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